CAPÍTULO 2

Una de las competencias más importantes estaba a la vuelta de la esquina, en ella se decidiría quienes clasificarían para poder representar a nuestro país, si quería ser uno de los clasificados tenía que dar mi 100%, varias personas se juntaban en el skatepark, algunos para practicar, otros para divertirse y otros como espectadores, el ambiente es muy agradable, cuando haces un buen truco o pasas un obstáculo todos te aplauden y felicitan, cuando lo fallas todos te dan ánimos, es acogedor poder practicar este deporte con más personas, todos nos apoyamos, no importa el sexo, color, raza, religión, es un deporte que todos tenemos en común en el cual queremos superarnos.

Cuando disfrutas haciendo algo el tiempo se pasa volando, llegaba a veces a las dos de la madrugada al departamento, era obvio que ya todos estaban durmiendo, menos mi vecina, se podía ver un poco de luz que salía bajo la puerta, estaba buscando mis llaves cuando escuché el sonido de una puerta abrirse

- ¡oh!, ¡woaw! ¿no hay toque de queda o algo por el estilo en este edificio? – salió diciendo con un tono sorpresivo

-no, no lo hay- respondí mientras hacía movimientos con mi mano derecha

- ¿eh? Así que yo soy la excepción-

-¿a qué te refieres con eso?- no pude evitar preguntar

-Mary me dijo que había toque de queda, lo más tarde que podía entrar era a las 8.00 pm-

-es extraño, a nadie de los que vivimos aquí nos dijeron acerca de eso-

-por eso te digo, yo soy la excepción-

- ¿eres familiar de Mary no? Así que tal vez solo trata de cuidarte-

-lo entiendo, pero ya no soy una niña, ya tengo 27 años, no necesito que me cuide- decía mientras se acariciaba el cabello, mientras tanto yo me quede sorprendido

-¿sucede algo?- ella preguntó

-espera ¿tienes 27 años?- pregunte yo

-así es- afirmo mientras lo hacía también con la cabeza

-creí que tenías mi edad-

- ¿cuántos años tienes Jake? -

-22 años-

-lo supuse- decía segura de sí misma

¿Eh? No se ve de 27 años

-por cierto, ¿qué haces despierta a esta hora? - le pregunte

-esta es la hora de inspiración para una ilustradora, antes decía que eran estupideces, pero ahora me doy cuenta que no es así-

- ¿Creí que solo te gustaba leer libros? – pregunte

-soy ilustradora de libros, vine aquí por ganar un concurso, el premio fue el poder trabajar para una editorial en esta ciudad, por eso estoy aquí-

- ¡oooooh! – dije sorprendido

Nos quedamos unos segundos en silencio

-bien, que descanses Jake-

-tu igual-

Con que ilustradora ¿eh?, aaah, pero la mayoría de libros que vi no tienen ilustraciones, me gustaría ver algo de su trabajo.

Las semanas seguían pasando, Lena y yo nos seguíamos encontrando de vez en cuando, era más que obvio después de todos somos vecino. Cada semana llegaban tres cajas grandes, Lena era quien las recibía, comenzaba a cuestionarme donde guardaba las cosas que venían en esas cajas, ya que los departamentos no son muy grandes.

-jake, ¿tienes algo que hacer ahora? – pregunto mientras nos cruzamos en el pasillo

-¿eh?, no, creo que no- respondí

- mmmmmm- mi veía fijamente con esos grandes ojos

-no, no tengo nada que hacer-

-bien, ¿puedes ayudarme con las cajas? -

-está bien-

Tome una de las cajas, woow estaban muy pesadas antes de que yo pudiera pensar algo más Lena dijo

-no son piedras-

No pude evitar sonreír

Al llegar a su departamento creí que ese era el destino de las cajas, pero terminamos yendo un nivel más arriba del edificio, Lena coloco la caja que llevaba en el suelo y abrió la puerta de uno de los departamentos, me hizo pasar primero, coloque la caja en el suelo y alce la mirada.

- ¿A caso piensas poner una biblioteca en este lugar? – pregunte

-si lo quieres ver así, puedes venir cuando gustes- decía mientras sonreía

Solo pude asentir con la cabeza. Los libreros eran aún más grandes del que tenía en su departamento, a todo esto ¿cuándo fue que trajeron todo esto?

-siempre ha estado aquí, nadie lo usaba así que le pedí a Mary que me alquilará este espacio también-

-ya veo- respondí

-te ayudare a colocar los libros en la parte alta- le dije

-oh, de verdad, gracias, toma la escalera que esta por allá, yo te alcanzaré los libros y los colocarás en ese orden-

Tomé la escalera y me subí en ella, Lena me alcanzaba los libros y me iba diciendo donde colocarlos

-no me digas que has leído ya todos los libros que se encuentran aquí- no pude evitar sentir curiosidad

-exactamente, estas en los correcto- decía con aires de grandeza

- ¿eh?, ¿acaso es posible? – estaba sorprendido

-lo es- seguía con su tono de grandeza

Estaba tan sorprendido que no sabía que más decir.

-¿desde qué edad comenzaste a leer para llegar a esta cantidad de libros?- mi curiosidad seguía en aumento

-desde los seis, comencé con libros ilustrados-

-y tú, ¿desde qué edad comenzaste a patinar? - pregunto

-igual, a los seis años, recibí una patineta como regalo de cumpleaños, ya que había insistido bastante que quería una-

-lo imagino-

-¿tu como obtuviste tu primer libro?-

-mmmmmmm, es algo aburrido de contar, así que no creo que valga la pena decirlo-

-bueno, tenemos bastante tiempo en este momento-

-lo resumiré entonces-

-nadie me dio un libro, se puede decir que estaba destinado a ser, después de todo ellos fueron mi salvación-

Un poco desconcertado con esa confesión decidí verla a la cara

- ¿a qué te refieres con eso? –pregunte

-mmmmm, bien, mis padres se la pasaban discutiendo, en casa siempre habían peleas por todo, mi madre se hartó de esto y se fue, debido al abandono de mi madre, mi padre se hundió en el alcohol y cada que se emborrachaba se encargaba de maldecirme y culparme por todo, cada vez que esto pasaba me escabullía por un pequeño pasadizo el cual tenía una habitación llena de libros, al pareces los dueños anteriores los dejaron atrás, tomé uno de los libros coloridos y comencé a imaginarme las historias, mi mundo se llenó de color, tristeza, dolor, felicidad, alegría gracias a ellos, y es gracias a ellos que estoy aquí-