Capítulo 6

BAILE DE INVIERNO
 

El baile de invierno llegaba una vez más para el público, omegas y betas mujeres alistaban sus más finos y hermosos vestidos, propuestas de matrimonio se hablaban tras bambalinas y el mundo estaba a la expectativa, esperando este momento debido a que él gemelo Valenthe que había tenido la mala suerte de ser traicionado haría su aparición para buscar una nueva pareja ya que no se había anunciado ningún compromiso previo así que todos estaban a la espera, la joya que codiciaba la Emperatriz estaba nuevamente disponible en el mercado.

El salón de baile se adornó con muchas flores blancas que crecían específicamente en el sur, nadie sabía como se habían podido traer para este baile pero estaban encantados, los adornos, el lujo, las joyas en los candelabros le daba un toque de encanto al salón, la mayoría lo disfrutaba mientras veían la puerta principal, estaban esperando.

— ¡EL CONDADO VALENTHE! —él vocero anunció creando un silencio en el salón, los presentes observaban sorprendidos a la figura más pequeña de aquel grupo que ingresaba al salón.

Nain Ivan Valenthe, se escucharon rumores de que su padre le había concedido el nombre de los herederos de Valenthe debido a sus grandes ideas que aportó para administrar los muelles y evitar que barcos se perdieran en el camino tan cambiante que era el océano, pero eso no era tan importante como su apariencia, muchos decían a verlo visto demacrado, que había perdido su belleza y que tenía cicatrices de sus intentos de suicidio, pero nada de eso parecía verdad, porque él omega que entró al salón se veía hermoso, llevaba un traje enteramente hecho de seda lo que daba la sensación de estar viendo un vestido, caía en manera recta pero también se movía suavemente, la capa de seda que llevaba sujeta desde sus hombros parecía brillar como si fuera el océano iluminado por la luna, todos tenían en mente una cosa.

Le quedaba muy bien el azul celeste.

Además, su cabello rojo cobrizo estaba finamente trenzado en una cola que caía libremente como una cascada por su espalda, adornado por hermosos broches de zafiros rojos en forma de flores, su silueta en reloj de arena tampoco dejaba nada a la imaginación, cada paso de él hacia suspirar a cada alfa y beta masculino en el salón, Nain, la belleza encarnada, lo habían confirmado una vez más ¿Lo mejor? Estaba disponible, no solo era una belleza si no que tenía un cerebro detrás de ese hermoso rostro y estaba en la mira de la misma familia Imperial.

Todos querían acercarse a hablar con Nain para presentarse pero su hermano que era un alfa de por sí bastante intimidante miraba a todos con ferocidad así que decidieron esperar solo un poco más.

— ¡SU ALTEZA EL PRÍNCIPE HEREDERO Y EL JOVEN MAESTRO IAN IVAN VALENTHE! —anunció otro vocero en la puerta opuesta a la principal, la puerta doble se abrió dejando ver al príncipe Erlan con Ian como su acompañante y prometido, ambos con una sonrisa pasaron hacia el palco preparado para la familia Imperial, tomaron sus lugares en silencio y él vocero volvió a anunciar— ¡SU MAJESTAD ÉL EMPERADOR Y SU MAJESTAD LA EMPERATRIZ HAN LLEGADO! —anunció y todos hicieron la reverencia apropiada que debían hacer según su género de alfa, omega y beta.

Ambos aparecieron siendo seguidos por las concubinas y concubinos del Emperador, todos también se sentaron en sus respectivos lugares, luego se dio la señal para dejar de hacer reverencia y recién empezaron los murmullos, él primer príncipe no estaba presente en el baile de invierno lo cual era preocupante para algunos que lo apoyaban, no sabían si estaba enfermo o si algo peor había pasado.

— ¡ATENCIÓN! —gritó un vocero y él Emperador se levantó para dar su discurso.

— ¡Nuevamente nos reunimos para otro baile de invierno! ¡Mucha suerte a los omegas y betas mujeres que debutan esta noche, doy gracias por su asistencia y también le doy la bienvenida oficial a mi yerno! —proclamó él Emperador sonando orgulloso mientras Ian saludaba tímidamente— ¡Bailen, celebren, que este baile sea inolvidable! —con ese último anuncio los músicos empezaron a tocar.

Las parejas que previamente habían pedido un primer baile ingresaron a la pista mientras que otros empezaban a buscar con quien bailar. Y sin que nadie se lo esperara la pieza musical más temida empezó a resonar por todo el salón, aquella pieza de baile tan difícil que casi nadie se acercaba a la pista de baile para no arriesgar su honor, esperaban que este año nadie bailara pero fue una gran sorpresa para todos ver a una alfa dominante muy alta, con un cuerpo que se notaba robusto por los músculos que su traje apenas podía esconder, su cabello era tan oscuro como un carbón pero las puntas de su cabello eran rojas como si fueran estar manchadas de sangre, los iris de sus ojos eran de un extraño color, no, ni siquiera había color ya que eran de dos colores, negro y rojo mezclados como si fueran un remolino de pintura que jamás se uniría. Todos sabían quien era, la Marquesa Regnsne era la única que tenía esos rasgos físicos, su familia era la única tan peculiar, ella cruzo caminando a paso lento la pista de baile dirigiéndose a donde estaba la joya más buscada.

Cuando llegó frente al omega hizo una reverencia perfecta y ofreció su mano, todos esperaban que Nain no la aceptara pero sorprendentemente si la aceptó y ambos se dirigieron a la pista de baile, los músicos al ver que una sola pareja iba a bailar su pieza musical empezaron desde el inicio, de manera lenta y constante, la música comenzó y esos dos extraños que jamás se habían visto en persona comenzaron a bailar, hicieron una reverencia y empezaron.

Todos como siempre esperaban un error, un mal paso, pero la forma en la que bailaban hacia parecer que habían practicado juntos durante años, conociendo el tiempo del otro a cada paso, no había un paso descoordinado o mal hecho y simulado, no había ningún error en sus pasos, incluso sus miradas estaban llenas de confianza con unas sonrisas tan naturales que parecía que se estaban coqueteando.