La soledad… muchos de nosotros interpretamos la soledad como algo malo y preocupante, pero yo nunca la e visto de esa forma, para mi la soledad siempre a significado paz y calma, un pequeño respiro en este mundo ajetreado, sin embargo la visión que yo tengo sobre la soledad no es compartida por muchas personas, todos o casi creen que la soledad es algo malo, como una señal de que algo estas haciendo mal en la vida, muchas personas se preocupan de mas por ello, ya que no importa lo que hagas para evitar quedarte solo, eventual mente ese momento llegara… y aunque no durara para siempre a muchos si no es que a todos les aterra la simple idea de estar solos por un periodo indefinido de tiempo, puedo imaginármelos preguntándose a si mismos ¿que sera de mi cuando llegue el momento en que me quede solo? ¿algo cambiara? O ¿todo seguirá igual que antes? ¿yo cambiare? ¿ellos cambiaran? ¿tú cambiaras? Al menos en mi caso podría decirte que cada momento de soledad e mi vida a representado un cambio enorme en mi vida, aveces para bien aveces para mal.
Mi nombre es kenji yamada nací en la prefactura de kanto en la ciudad de Kanagawa, toda la vida e sido considerado alguien raro, era muy poco sociable de pequeño por lo tanto o tenia muchos amigos, por o decir que no tenia ninguno, nunca me gusto relacionarme con la gente y no es porque fuera tímido o no me gustara socializar, era porque simplemente no podía entender a las personas su sentido del humor, su tristeza o su rabia son cosas que asta la fecha no puedo leer en las personas, siempre me hago la pregunta de si ¿acaso hay algo mal conmigo? O ¿porque es que soy el único que actúa de esta forma? Como sea no hay respuesta existente a ello… o almeno una que yo conozca, tengo vagos recuerdos de siempre preguntarme ¿acaso alguna vez podre conocer a alguien que no se incomode ante mi forma de ser? No se porque siempre pensaba en ello apenas tenia unos 5 o 6 años para estar pensando en esas estupideces, un día como cualquier otro recuerdo a alguien tocando la puerta de forma muy insistente baje de mi habitación para abrir la puerta y fue hay cuando la vi, una piel liza y blanca, un cabello largo y negro, y una gigantesca y hermosa sonrisa que me hizo enamorarme desde el primer segundo que la vi.
-Hola, soy kamikaze nakamura, acabo de mudarme a la casa de al lado
-H – hola soy kenji
-Es un gusto pequeño kenji ¿tu madre esta en casa? Me gustaría saludarla también.
-No, pero pasa volverá pronto del trabajo.
Recuerdo que estuve toda la tarde mostrando le mis juguetes y la colección de libros de mi padre, era la primera vez que hablaba con una persona por tanto tiempo sin incomodarla, con el paso de las horas mi madre termino llegando y conociendo a kamikaze, recuerdo que ambas se llevaron bien desde el primer segundo, ellas terminaron hablando hasta la hora de la cena para luego de terminar despedirse, al día siguiente kamikaze volvió a aparecer en mi casa, amaba que ella volviera ya que era una de as pocas personas con las que podía hablar sin ningún problema además de que por culpa del trabajo mi madre no llegaba hasta la noche, a lo largo de los días las visitas de kamikaze se volvían mas y mas frecuentes, a mi madre le fascinaba esto ya que yo ya no me quedaba solo y de paso tenia a alguien con quien hablar mientras ella estaba ausente.
Kazumi y yo la pasa vamos muy bien jugando y charlando sin parar recuerdo que con el tiempo empece a llamarla tía kazumi, ella no parecía aburrirse de mi nunca, aunque ahora que lo pienso, seguramente era porque me estaba cuidando, era algo obvio que ella se hacia cargo de mi ya que o tendría entre 5 o 6 mientras que ella 15 todos los días eran una nueva aventura para mi si estaba con kamikaze, hasta que un cierto día ella no vino, me pareció raro el hecho de que no viniera pero no le hice mucho caso, quizás solo tuvo un problema y no pudo venir aunque al día siguiente notaria que un ¨problema¨ era quedarse bastante corto, kazumi llegaría a mi casa con un ojo morado y con un par de la grimas, no importaba cuantas veces le preguntara ella siempre me respondía que no le sucedía nada, intentaba ignorar su ojo y seguir jugando pero me resultaba imposible pasarlo por alto.
-¿Alguien te lastimo tía?
Kasumi solo asintió con la cabeza, yo con toda mi inocencia recuerdo a verle dicho que no se preocupara que si esa persona volvía yo la protegería, una de sus repuestas fue reírse de mi adorable acción.
-Ven kenji, siéntate en la cama con migo
Sin negarme tome asiento aun lado de la cama junto a ella.
-¿Puedes jurarme algo?
Solo asentí con la cabeza.
-Júrame que cuando crezcas te casaras con migo. - Decía entre lágrimas.
-Lo juro – Fueron las únicas palabras que salieron de mi.
Siempre me pareció curioso la habilidad que tiene el ser humano para despedirse sin la necesidad de decir adiós y como los otros podemos entender que esto son las ultimas palabras que nos diremos hasta un largo tiempo, si es que tenemos la surte de que nuestros caminos se vuelvan a cruzar.
Kazumi pondría su mano sobre mi rostro al mismo tiempo que este se llenaría de lágrimas sabiendo que esto es un adiós para siempre seguramente, acariciaría mi mejilla para luego acercare lentamente asía mi rostro hasta que nuestros labios se encuentran… y luego sonaría mi alarma sacándome del sueño, apagaría la alarma y me quedaría en el futon del suelo por unos minutos mientras acariciaba mis labios con mis dedos…