Con el alma rota y el corazón en pedazos no me queda más remedio que aceptar esta nueva soledad que no había sentido desde que conocí a Gillian. No sabes cuán solo estás hasta que llega alguien a tu vida y llena ese espacio vacío llamado soledad y lo remplaza con compañia, pero es entonces que esa persona se va por donde vino y vuelves a quedar solo, es ahí cuando verdaderamente te das cuenta de la soledad de tu alma.
Un poco callados y sin mucho ánimo de pensar demasiado Julian y yo nos disponemos a salir de la estación de policía para empezar a planear el funeral, la morgue tendría el cuerpo de Gillian por dos días más para hacer pruebas y conectar sus causas de muerte con otras víctimas por si resultaba alguna pista que no habrían notado,mientras tanto nosotros nos encargariamos del funeral y de dar aviso a todos los familiares incluyendo a Delia la madre de Julian y Gillian la cual vivía en un pueblo más natural y apartado de la ciudad, en donde nosotros crecimos. Gillian no tenía mucha familia, pero era querida por cualquiera que la conociera, ganandose el corazón de todos, estoy segura de que no habrá alma que falte a su fúnebre despedida. Julian su hermano menor tenía una gran conexión a ella, nosotros tres éramos como hermanos y la partida de Gillian nos hace sentir incompletos.
Apenas cruzamos la puerta nos abordó una de las personas que todos en Rroterville conocían muy bien, estaba esperandonos, acechandonos y esperando el preciso momento para saltar. Laurette Miller, una mujer de unos 25 años con un resaltante cabello cobrizo siempre recogido en una pulcra cola de caballo nos esperaba en la entrada de la estación de policia con libreta en mano y ansiosa por preguntar si acaso nosotros tenemos algo que ver con una noticia, muchos creían que Laurette la periodista estrella de la ciudad tenía un informante en la policía pues se enteraba de todo antes que nadie, siempre buscando la noticia en primicia.
—¡Oh! Lilianne lo siento mucho, se que ella era como una hermana para ti ¿Te han dicho algo? ¿Tienen alguna pista?
—No es por nada Laurette pero en este momento no tenemos ánimos de responder ninguna pregunta, talvez en otro momento— Le dediqué una triste sonrisa intentando que captara el inapropiado momento.
—¿Cuándo podrías darme una entrevista?— Laurette siguió insistiendo.
—Ahora no Laurette, cuando sea el momento lo será— Esta vez Julian fue el que hablo, cortando en seco a la insistente periodista, Julian nunca era hostil ni mucho menos, era bastante agradable con todo el mundo, por lo cuál verlo tan cortante impactaba muchisimo a cualquiera que lo presenciara, Laurette no fue la excepción, quién asombrada ante tal respuesta dejó de insistir, se disculpó y desapareció de nuestra vista.
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Julian me acompañó hasta la puerta del edificio donde vivo, llegamos precedidos de un trayecto de silencio y lágrimas contenidas, ninguno de los dos habló, sin embargo caminábamos en un abrazo de consuelo mutuo y al llegar a la puerta nos despedimos sin muchas ganas, Julian tendria que ir a donde su madre para darle aviso de la muerte de Gillian y posteriormente iniciar los planes del luto y el funeral, por mi parte yo planeaba llorar sola en mi habitación pretendiendo que no existo y recoger algunas cosas como ropa y otras cosas necesarias para vivir en el departamento de Julian por una semana, ya que seguramente la señora Delia insitiria en que me quedase acompañandole en su dolor, y yo no tendria el corazón para negarme, además de que lo que más quiero en estos momentos es el abrazo confortante de una madre.
Un piso antes de llegar a mi destino, justo cuando esaba a punto de subir el primer escalon de la ultima escalera que me llevaría a mi departamento me sorprendió el sonido de una puerta abriéndose, peculiarmente el sonido provenia de una puerta de la cuál nunca en todos los años de mi estadía en el edificio había visto abrirse o cerrarse, jamás había visto entrar o salir a nadie de aquella enigmática puerta, incluso viví pensendo que era el único departamento del edificio que se encontraría vacío, misteriosamente sin ser rentado a ningún individuo, pero al parecer había vivido engañada todo éste tiempo pues de la puerta salía un chico, el cuál el apenas asomarse pudo detectar mi presencia con su mirada azul; del azul el cielo nocturno, un azul intenso que era poco común ver el los iris. El hechizo de esos ojos era hipnótico siendo incapaz de poder apartar la mirada de ellos.
El chico claramente notó mi mirada y me devolvió una expresión de tremenda confusión mezclada con intriga y curiosidad como la mirada de un gato, El chico era alto y delgado de unos 20 o 21 años segun logro calcular, el chico tiene piel pálida del tipo a la cuál rara vez le da el sol, el cabello revuelto y despeinado de un marron oscuro casi negro y sobre su cabeza descansaban lo que parecen ser unas gafas redondas metálicas de protección para soldar.
Por mis descripciones parece que hemos pasado un largo e incómodo momento de silencio con solo miradas de escáner, sin embargo no ha pasado tanto tiempo, como mucho cinco segundos desde que salió de la puerta que ahora se encuentra abierta.
Al igual que yo el chico a juzgar por su expresión parece no haberme visto antes, y claramente nunca lo había visto por aquí y con su aspecto resulta resaltar en la atmósfera lo cuál le prohíbe pasar desapercibido a la vista.
—Hola, nunca te había visto por aquí, vives en el piso de arriba ¿cierto?— Al parecer el chico sabe quién soy, o por lo menos dónde vivo.
—Si, pero yo no sabía que eras mi vecino del piso de abajo, creo que antes de hoy no sabía de tu existencia.
—Eso es culpa mía, casi nunca salgo de mi departamento así que rara vez se me ve fuera de él. Por cierto me llamo Lewin... Lewin Stonecraft— Lewin se acerca extendiendo su mano en forma de presentación mientras en su rostro muestra una sonrisa sincera y simpática.
—Lilianne Fairwood, mucho gusto— Con una sonrisa le estrecho la mano.
—Bueno, creo que lo que procede en estos casos es decir que si necesitas algo puedes tocar a mi puerta ya que siempre estaré ahí...Literalmente siempre estaré ahí.
—Lo mismo digo, aunque parece que estaré una semana fuera así que por una semana yo no estare ahí — Señalo con mi dedo el techo,pero sin intención dibujo una triste sonrisa en mi rostro al recordar el motivo de mi ausencia por esa próxima semana, en ese momento él pareció captar que algo no andaba bien y enseguida algo en su rostro cambió, ahora mostraba una cara de comprension como si se acabara de dar cuenta de algo.
—Oh, lo siento mucho, sé que eran muy unidas, desde mi departamento siempre escuchaba las risas de ambas mientras subíanlas escaleras... Mi más sentido pésame— Mi mirada se torno sorprendida puesto que no sabía como era que se había enterado de lo sucedido, al ver mi expresión se apresuró a añadir —Lo leí en el periódico, parece que Laurette tuvo la primicia esta mañana, han traido el correo junto con un ejemplar del periódico.
—Supongo que los rumores son ciertos y no hay nadie más al pendiente de la primicia de ultima hora que Laurette Miller. Bueno supongo que estoy entreteniendote, claramente te diriges hacia algún lugar, será mejor que me vaya— Los ojos de Lewin se abrieron de par en par al comprender que lo que decía era verdad, en un movimiento su mano rozo su cabeza y en un instante de comprensión y confusión se quitó las gafas como si hubiera olvidado que estaban encima de su cabeza.
—Es verdad, gracias por recordarmelo te debo una— Con sus gafas en la mano salió corriendo escaleras abajo.
—¡Olvidas cerrar la puerta!— Grité, sus pasos más abajo se detuvieron en seco y en menos de un segundo se volvían a escuchar sus pasos subiendo a toda prisa.
—Gracias por eso, soy muy distraído a veces—Lewin volvió a aparecer en la escalera y al encontrar su puerta abierta se dispuso a cerrarla no sin antes dejar sus gafas en una mesa cercana a la puerta en el interior del departamento—Te debo dos.
—Antes de que cierres ¿estás seguro de que tienes las llaves? Solo por si acaso— Lewin empieza a palpar sus bolsillos en busca de sus llaves y en un momento vuelve a abrir su puerta y de la mesa donde había dejado sus gafas recoge sus llaves que ahora sí están en su bolsillo.
—Gracias por eso, si no hubieras estado aquí seguramente habría dejado la puerta abierta o me habria quedado fuera varias horas sin poder entrar— Lewin me dedica una dulce sonrisa de agradecimiento sincero, cerró debidamente su puerta y antes de empezar a bajar se despidió de mi haciendo el gesto de adiós con la mano.
—No hay de qué Lewin— Me salió una sonrisa simpática y le devolví el gesto con la mano, sin duda la presencia de este chico puede sacarte varias sonrisas sin importar que tan mal haya ido el día. Sin más me dispongo a subir la escalera al siguiente piso.
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Nota de autora:
Creo que éste capítulo es mi favorito hasta el momento pues hoy les presento a otros dos personajes, y sin duda Lewin me saca sonrisas con su presencia mientras escribo esto.
Espero que esté capítulo les guste ya que a mi me ha gustado mucho escribirlo.
Y la pregunta que siempre hago ¿qué tal les pareció?
En otros avisos las actualizaciones sueles ser entre jueves y viernes con actualización de capítulo asegurado, por lo menos actualizaré un capítulo por semana, aunque podrá haber capítulos otros días de la semana , aunque en los otros días serán actualizaciones opcionales.
Editado: 05.07.2020