Valentina
―Sera un vuelo muy largo― dice en voz muy baja mi jefe que esta sentado al lado. Ha sacado una Tablet y la esta usando, talvez busca algún libro en pdf guardado o de Kindle. Serán 11 horas largas de viaje en las que tendremos que encontrar la manera de no molestarnos entre nosotros y entretenernos con algo.
Saco un libro de mi pequeña mochila que he comprado no hace mucho. El libro lo vi por recomendación en una aplicación de videos. “Atrevete a no gustar” de los autores Ichiro Kishimi y Fumitake Koga suena muy interesante para mi, sobre todo siendo que parezco no agradarle de todo a mi nuevo jefe. Comienzo a leer las primeras paginas del libro ignorando mi alrededor, los ruidos de los asientos al moverse las personas, las pisadas de las azafatas que pasan a ayudar a las personas y los parloteos de toda la gente dentro del avión. Leo los primeros párrafos del primer capítulo, estos cuentan la conversación de una platica entre un joven y un filósofo. Es muy atrapante como van conversando, justo voy donde hablan de los niños y su tierna infancia cuando no tienen responsabilidades que los preocupen, pero todo ese arcoíris se rompe cuando crecen y maduran.
Leo unas cuantas líneas “Sin embargo, cuando los niños maduran y se convierten en adultos, el mundo revela su verdadera naturaleza. No tardaran en saber cómo son en realidad las cosas y en ver lo que les esta permitido hacer y lo que no, así que su opinión cambiara y no verán mas que imposibilidad. La imagen romántica desaparecerá y se vera sustituida por un realismo cruel.”
―algunas veces no es necesario que un niño crezca para que se de cuenta de la mierda de mundo que hay. ―de repente escucho que dice mi jefe mientras continúa usando su Tablet.
―disculpe―digo al no entender porque me lo está diciendo a mí. Estaba tan absorta en mi lectura que no me di cuenta que leía siquiera en voz alta.
―eso, el mundo es una mierda. A la gente ya no le importa el respetar a los demás. Roban, asaltan, y asesinan no solo a sus enemigos sino hasta otras personas inocentes. ―continúa diciendo sin siquiera verme.
―No puede generalizar a todo el mundo por lo que hace el 1% por ciento de la población ―sus palabras me han hecho pensar que nos ve a todos como malos, cuando es claro que hay gente como yo que esta luchando por tener mas seguridad en el país y el mundo. ― ¿Qué hay de la gente como usted y yo que dejamos a nuestras familias para ir por la ciudad y el mundo buscando encarcelar a ese 1% que hace daño a los demás?
―no sea ingenua, si el mundo fuera mejor no existiríamos ni usted ni yo. No habría departamento de espías, agentes, ni policía. ―aunque me contesta no deja de observar y trabajar con su Tablet, picando en las opciones de su pantalla.
―no he dicho que sea un mundo mejor, solo he dicho que no todos somos así. ¿Acaso usted se considera un humano malvado? ―respondo mientras pretendo también continuar con mi lectura. Ha comenzado a desesperarme su actitud.
― somos malos cuando molestamos a otras personas sabiendo que les molesta cierta acción. Cuando tiramos basura en la calle y no la recogemos pensando que hay gente a la que le pagan por limpiarlo, contaminando los subsuelos. Somos malos cuando nos gana la avaricia por el dinero y nos unimos con grupos criminales vendiendo substancias que afectan al ser humano, pero no pasa nada porque no es mi familiar quien está muriendo lentamente. Somos malos, cuando vemos a niños en las calles vendiendo cosas, limpiando autos sin proporcionarles ayuda. Somos malos cuando vemos animalitos en las calles en desnutrición y pasamos de largo dejándolos morir a su suerte. Somos malos cuando como policías nos dejamos ganar por el miedo y nos volvemos corruptos. Somos malos cuando perdemos agentes en los enfrentamientos y esperamos continuar la vida olvidándonos de las familias de los elementos caídos en deber. Simplemente somos malos cuando intentamos obviar todo aquello que afecta a los demás, pero está bien porque no me afecta a mi ni a los míos. Somos malos porque nos puede más el egoísmo. Somos malos porque hicimos que ese mundo en paz no exista para los niños.
―en ese caso ¿está diciendo que todos somos malos? ―estoy comenzando a molestarme de nuevo, no puede incluirnos a todos en el mismo saco. Por lo menos yo siempre he intentado ser un buen ser humano.
― ¿ha hecho alguna de las cosas que le he mencionado? ¿nunca ha tirado basura en la calle? ¿Cuántas veces ha pasado de largo al ver a un niño trabajando o a un perrito muriendo de hambre?
―no puedo recoger a todos los perritos o gatitos del mundo, no tengo dinero suficiente para arreglar el mundo. ―cierro el libro para contestarle a su argumento.
―siempre hay una solución, el hecho es que nadie esta dispuesto a esforzarse el 100% en ayudar a hacer el mundo mejor. Es más cómodo dejárselo a alguien mas o ignorar.
―es increíble que piense así siendo un agente, entonces para que esta en su cargo si piensa que todos son malos.―le respondo molesta.
―Estoy aquí porque pienso hacer justicia y evitarles a otros el daño y sufrimiento que muchos niños ya han experimentado y simplemente la sociedad los ha ignorado.
― ¿a qué se refiere? ―recuerdo lo que me ha contado el jefe de la unidad ¿estará hablando de el mismo? ¿De la experiencia de perder a su madre?
―Me refiero que, aunque usted intente decir que no hay maldad en todos, allá afuera, en toda esa expansión de tierra hay niños que están perdiendo un padre a causa de la maldad de alguien más. Seguramente el gobierno pague ese funeral pero al paso de los días todos habrán olvidado el dolor de esos niños. Pero ese niño nunca va olvidar que ha tan corta edad se ha quedado sin un padre por la maldad y egoísmo de alguien más―con sus palabras confirmo que ha estado hablando desde el dolor de su experiencia. Decido no contestarle mas pues no se si sea adecuado o vaya escalar esta conversación . El parece ignorarme también y apaga la Tablet perdiéndose en sus pensamientos. Al cabo de unos segundos se levanta con dirección al baño.