DOMINIQUE
Ser la hija de un ejecutivo importante nunca había sido fácil. Muchos piensan que el dinero lo compra todo, pero no lo hace y no me refiero a algo tan cursi como el amor o el tiempo me refiero a la seguridad, cambiaria mi vida entera solo por un momento de tranquilidad sin guardaespaldas y una casa prácticamente blindada. Mi vida no es terrible sé que muchos la pasan peor, pero prueba de lo difícil que era vivir de esta manera estaba la dura despedida que había sufrido esta mañana. Dejar tu vida entera, tus amigos, tu hogar, tu escuela era más duro de lo que siempre pensé.
Al levantarme esta mañana nunca pensé que terminaría el día en un auto con la hija de los socios de mis padres, tampoco me imaginé que mañana no amanecería en mi cómoda cama si no en otro lugar, en una isla, sola.
Al llegar al aeropuerto el chofer nos ayudó con las maletas a Amelia y a mí, nos dio nuestros pasajes nos dijo en que puerta de embarque esperáramos y nos dijo que al aterrizar nos estarían esperando, fue bastante raro que fuera el chofer el que nos explicara todo y no nuestros padres. Al entrar a la puerta de embarque Amelia y yo buscamos unas sillas donde sentarnos porque el vuelo no salía hasta dentro de una hora y media.
-¿Cómo crees que será?- pregunto Amelia
-¿Será qué?
- El lugar al que vamos.
- Para serte sincera no tengo ni idea nunca he estado en un internado.
-Desearía estar en mi casa viendo los Simpson- comentó ella.
-¿los Simpson? ¿Eso hacías en las tardes?- dije mientras me reía.
-¿Qué? Son divertidos- dijo mientras se reía también-¿Qué hacías tú?
-Salía con mis amigas.
-Debe ser genial- dijo ella.
-¿Qué? ¿Salir?
-No, tener amigas.
-No es tan genial si tienes que despedirte al menos tu no dejaste a nadie.
-Sí, lo sé. Lo siento debió ser duro.
-Lo superaré.
-Voy a comprar algo de comer, muero de hambre ¿vienes?
-No, estoy bien.
-Ok, no demoro.
Mientras iba camino a la tienda de golosinas una chica pelirroja me agarro del brazo.
-Ten cuidado- dijo, y luego simplemente se fue.
-¡oye! Espera, ¿Qué?- dije mientras trataba de seguirla pero había demasiada gente y de inmediato la perdí de vista.
-Ya vamos a abordar- dijo alguien a mis espaldas.
-¿Amelia?- dije al voltearme- ¿No me estabas esperando en la sala?
-Sí, pero ya vamos a abordar y me toco buscarte.
-¿Tan rápido? ¿Ya paso una hora y media?
-No, Adelantaron el vuelo-dijo mientras meagarraba del brazo y me arrastraba hacia el avión.