Operación Astra

Capítulo 9 : La Gran Tormenta

7 de Julio de 2017, París, Texas.

Ante los ojos de Will y Tony, el tiempo parecía transcurrir con mayor lentitud que durante clases. Llevaban una hora sentados en la acera. La secundaria estaba, en su gran mayoría, vacía, exeptuandolos. Al ver aparcar la camioneta roja ambos chicos se pusieron de pie con rapidez, torpemente tomaron sus mochilas. Esperando ver a alguno de sus padres. La ligera sonrisa que se había formado en su rostro decayó al ver bajar del vehículo a un hombre calvo, bajito y con gafas de armazón grueso.

-Tesoro, ¡¡aquí!!- El hombre agitó el brazo en su dirección. Ambos jóvenes se miraron entre sí confundidos.

-¿A mí?. -Preguntaron al unísono.

-¡¡Papi!! -Se oyó un grito efusivo detrás de ellos. Jess pasó a su lado golpeando el hombro de Will, y vaya que esa chica tenía fuerza. Sobo su hombro y volteó a ver a Jess quién abrazaba a su padre.

-¡Lo siento!. -Dijo un tanto apenada. Los chicos se acercaron al par.

-Descuida. Oye Lee, ¿les molestaría llevarnos?. Mi padre olvidó recogernos. -El padre de Jess acomodó sus gafas y los observó con preocupación.

-¿Sus padres olvidaron recogerlos?- Tras un ligero asentimiento del par, el padre de Jess, asintió-Los llevaremos. No sé preocupen. ¡Suban!.- Los chicos subieron con prisa a la parte trasera de la camioneta y tiraron sus mochilas sin cuidado. 

-Oh, por cierto soy Will, William Graham.- Will estiró su mano hacia el padre de Jess, Tony lo imitó al instante quería demostrar que también tenía modales. Pero fue ignorado.

-Oh, eres el nieto de Gilbert. ¿Como esta tu abuelo?. - estrechó sus manos.

-Que jóven tan educado. Soy Arthur Lee, pero puedes llamarme Sr. Lee. - se oyó un carraspeo detrás del Sr. Lee, era Jess advirtió a su padre con la mirada. Todos en el pueblo sabían que el Sr. Graham padre había desaparecido, la mayoría creía qué su locura lo llevó a una muerte segura en la carretera, y sus restos, quizá, eran comida de coyotes.

-Él está bien, señor. Gracias por preguntar.- interrumpió Tony, aliviando la tensión de su amigo.


El señor Lee se dirigió hacia el volante, dejando a Jess, quién se quedó para disculparse.
-Lo siento, Will... Tiene episodios de confusión. Lamento lo de tu abuelo.
Jess se unió a su padre en el vehículo sin esperar respuesta. Sintieron la camioneta moverse. 
Will se recostó mirando al cielo, la temperatura había bajado desde la mañana, y el sol estaba bajo, proyectando una luz cálida y casi reconfortante.
-Va a llover -susurró Will con tranquilidad, cerrando los ojos.
-¿Tú crees? -Tony miró al cielo buscando signos, pero no encontró ninguno. El sol brillaba y el cielo estaba despejado. - ¿Lo viste en el pronóstico del tiempo o lo escuchaste en la radio?
-No, lo siento en los huesos.
Tony frunció el ceño, escéptico.
-¿En los huesos, en serio?. ¡Vaya!. Deberías ser meteorólogo.
Will solo pudo sonreír ante el escepticismo de su amigo. Sin embargo, estaba seguro de que llovería.
-Do'quiera que vaya, do'quiera que estoy.
Soy oso dichoso, oso feliz...

-Y ahí se fue mi segundo de paz.

Pronto la camioneta se detuvo frente a su rancho. Will y Tony tomaron sus cosas y con algo de dificultad bajaron del vehículo. Sus piernas se habían acalambrado, se sentían como miles de hormigas al caminar.

-¡¡Adiós chicos. Tony nos vemos el lunes para entrenar!!

Tony volteo a verla con desagrado.

-¡Agg no me lo recuerdes. Te rompere el trasero!.

El pánico se apoderó de él cuando el Sr. Lee volteó a verlo.

-¡Es metáfora señor!.

Un susurro disgustado salió del auto antes de arrancar. "¿Y se cree poeta?".

-Genial. Ahora el Sr. Lee no volverá a traernos. Gracias, Tony.

-Él se lo pierde. Soy buena compañía.

-Si. Claro.

Will atentó contra Tony derribandolo sin esfuerzo. Tomó su cuello entre sus brazos y fingió vencerlo. Tony se hizo el muertito.

Pronto sus padres hicieron presencia con grandes maletas que sin esfuerzo el Sr. Graham subió a la parte trasera de la camioneta.

-¿Porque tardaron?. 

Ambos sacudieron sus ropas y cabellos. La Sra Rey estaba molesta se notaba en su postura. 

-Amm no lo sé...¿porque olvidaron recogernos?.

Soltó Tony con agresividad. Parecia un pequeño chiwawa rabioso. 

Su madre los abrazó estrujandolos contra si misma. Will fue él único en no rechazar el abrazo, Tony por otro lado rogaba por respirar.

-Olvidaron recogerlos.¡¿Como pudieron olvidarlos?!.

Los hombres adultos no pudieron sostenerle la mirada, donde danzaban las llamas de su ira.

-¡Hablare con ustedes luego!. Niños vamos adentro les haré algo de comer.

Su tono delataba su deseo por compensar el mal momento. Acarició el cabello de Will y esté cerró sus ojos para profundizar el tacto materno. Envidiaba a Tony, su madre era genial.

-¿Pero, ya se van?.-Tony miró decepcionado a su padre-se suponía que se irían más tarde. 

-La feria agrícola. No espera, debemos llegar temprano para ver a los mejores caballos y tractores. Pero tranquilos les dejaremos el auto, por si necesitan ir al centro.

Explicó el Sr. Graham mientras subía la última maleta. Mientras se despedía de su padre pudo oír a Will y su padre despedirse. 

-Recuerda que te amo, ¿de acuerdo, hijo?.- Miró con ternura a su único hijo. Sin querer separarse de él. Confío en su capacidad para dirigir el rancho.

-Yo también te amo, papá. - La admiración en sus ojos era evidente. Para Will no habría mayor mérito qué el de enorgullecer a su padre.

La conmovedora escena fue interrumpida por la risas burlescas del par más inmaduro de la historia.

-Siempre recuerda que te amo hijo. 

La mala imitación de Tony hizo reír a su padre quién con dolor tomaba su estómago. Will y Grant miraban cansados, pero nada sorprendidos, sus malas y nada apegadas a la realidad, imitaciones. Eran padres e hijos.




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