Ora Pro Nobis Spiritus Sanctus

Capitulo VI: LA NUEVA ORDEN DE LOS CABALLEROS TEMPLARIOS

Llevabamos un largo viaje el cual dejamos de pasarla bien luego de lo escuchado en la conversación con Alexa, ahora tenemos más personas involucradas en este asunto y no es por que hayan querido, si no por el simple hecho de que ellos los tenían en un grupo privado, quizá esto no hubiera pasado si no hubiera sido tan terca en meterlos en este lío. Era de madrugada y todos perdimos el sueño, en cada autobús o automóvil que pasaba íbamos alertas, Katsuki y Camila observaban al lado derecho, mientras Lucia y Julieta al izquierdo, yo veía a ambos lados ya que por seguridad me pusieron en medio, por si llegaba a ocurrir un ataque, según el GPS de Brandon habíamos cruzado Queretaro y estábamos a un par de horas de San Luis Potosí aquí íbamos a hacer una pequeña parada para echar gasolina al camión ya que llevaba poco más de la mitad consumida, revisaba parte de mis pocas pertenencias y trataba de proteger el libro que tenía el cual Katsuki llevaba en su mochila, en parte del viaje lo saco ya que podía tener información para saber y que podría conectarse con lo encontrado en la basílica, en una página la cual estaba en su mayoria en blanco contenía una figura la cual era asimilada a la virgen de Guadalupe, tal cual y como es descrita, una túnica verde con estrellas, sus manos juntas orando y una luna en sus pies, sin embargo en la poca escritura que había aquí hacia una pequeña referencia a algo: Quaerite me in nebula ubi sidera mundum tangunt et parietes ad horizontem extendunt. No fue hasta que en pura casualidad mire más adelante casi al final de este libro, un mensaje el cual fue escrito en el año 1966 ya que aparecía en la parte superior de la hoja y decía algo en latín como en la mayoría de escritos, pero este me llamo demasiado la atención ya que no mencionaba una advertencia ni amenaza a alguien, más bien sonaba a un codigo: Qui sanguinem effuderunt, et nomen tuum blasphemaverunt, omnes sub tuo templo absconditi sunt, invenies eos in loco, ubi sancta crux a summo usque deorsum regnat. Katsuki me tradujo esta frase y en ella se leía una descripción de un lugar el cual se puede decir que es una guarida o lugar donde se reúnen ciertas personas, todos comenzamos a dar teoría de esta descripción, podría ser acaso el lugar donde se resguarda esta secta?, Brandon llevaba varias horas conduciendo, se sentía cansado, pero el mismo seguía insistiendo en seguir manejando, cuando menos en lo que salía el sol, Camila se dispuso a suplirlo temprano para que el descansará, sin embargo todo empezaría a oscurecerse ya que, llegando a San Luis, nos detuvimos en una de las gasolineras que se encontraban a orilla de la carretera, bajamos para comprar algo en la tienda que se encontraba en el mismo lugar, era un restaurante con diferentes locales para venta, Katsuki y Camila se detuvieron en un local el cual tenia recuerdos del lugar, me acerque a ellas ya que se sentían demasiado atraídas por los diseños tan artesanales que estaban ahi, Camila me dijo. — Nunca creí que México tuviera tantas cosas que apreciar che... Mi país, es muy especial respecto a sus tradiciones, olvide todo de mi para venir acá. Katsuki tomando un trompo me dijo. — Esto en Japón valdría mucho... Le tienen mucho cariño a México pero, es lindo ver todo desde el país que lo exportó. Me quedé un momento pensando en lo que decían y simplemente les dije. — Nunca salieron de vacaciones a otro lugar verdad?!. Ambas acertaron que en lo que llevaban viviendo en México nunca habían salido de la ciudad y su único viaje era a los parques y plazas de la misma, salieron de sus países pero para encerrarse en otro lugar y era bonito ver sus rostros de impresión al ver cada objeto que tomaban. Entró Alberto casi corriendo diciendo. — Chicas, tenemos que irnos, hay problemas graves... Yo conducire no se preocupen.  Ya en el camino, Alberto nos comenzó a contar que mientras estaban cargando gasolina vieron cuatro camionetas pasar casi en simultáneo, lo que les preocupo fue que después de haber pasado, transcurrieron alrededor de diez minutos, ellas se orillaron en el estacionamiento del restaurante y mientras platicaba, vieron que pasaron las mismas camionetas ahora de regreso, las comparaciones daban a que eran similares a las camionetas que dejamos en distintos puntos de la ciudad de México, miraba atraves del retrovisor y a lo lejos detrás de nosotros había una luz muy fuerte de color blanco, no eran de trailer, eran de automóviles, esto nos comenzó a preocupar, no había otro camino, solo carretera recta, faltaban varios minutos e incluso horas para llegar al próximo desvío a un municipio de San Luis ya que nos tomaría un largo rato en poder salir del estado, las luces poco a poco se iban acercando, teníamos miedo, incluso Miguel sugirió que tomáramos cada uno un arma por si se originaba una persecución, el sabía muy bien el manejo de las armas pero nosotros éramos débiles para sostener armas largas, para ir comenzando nos sugirió que tomáramos las armas cortas, solo para mantener neutralizado al enemigo, conforme se acercaban sentía esa presión y miedo, eramos nosotros contra ellos, al visualizar bien las luces, Katsuki confirmó que se trataba de una camioneta de altas dimensiones, en cuanto se acercó, aceleró y nos arrebaso, era una camioneta negra larga, detrás de ella venía otra camioneta la cual parecia ser similar a la primera, lo que me sorprendió de estas camionetas es que, una vez nos arrebaso, sacó un pañuelo blanco el cual onceava en señal de paz, se movió a un lado y bajaron uno de sus vidrios, Alberto algo nervioso bajo un poco el suyo a lo que una voz femenina sonó en el viento diciendo. — Detenganse!! No les haremos daño, queremos hablar con ustedes!. Por un momento creímos que iba a ser la mafia del estado, pero llevamos una sorpresa. Nos orillamos en la carretera y observamos como las camionetas se iban detenimiento una por una en línea recta, comenzaron a bajar en grupos de tres y cuatro personas por camioneta, la camioneta que nos arrebaso habían cinco personas, tres mujeres y dos hombres, todos ellos vestían de una manera muy elegante, note en todos que portaban un anillo, Sheila al verlos sintió una presencia familiar la cual solo ella podía saber, incluso susurrando me dijo. — No son malos... Conozco sus rostros por parte de mi familia. Nos pidieron que bajaramos ya que querían hablar con nosotros, fue aquí donde.me di cuenta quienes eran realmente y que era lo que querían...




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.