Se pueden llegar a decir muchas cosas de mí.
Que soy un sociópata, un fanático, o un pasional y sádico sin remedio.
La gente me ve y me compara con un villano, pero yo les hago esta pregunta...
¿Es un villano alguien que no actúa para ayudar a otros?
¿Qué ve el sufrimiento ajeno y simplemente se queda parado observando?
Muchos pensarán que soy un villano, pero la realidad solo soy un testigo.
Si quieren ver a un verdadero villano, véanse a un espejo.
—Douglas T. Butcher
Año 2058, el presente...
Aunque pareciese una infinidad de tiempo, hace tan solo diez minutos las vidas de Ken, Roxanne, Winnyfer y Zelda, eran relativamente normales, aun con el peligro y las constantes carreras, conocían las reglas, sabían que estaba bien y que estaba mal en el mundo.
Sabían que evitar, sabían a qué aspirar, conocían una historia del mundo, pero ahora descubren que eso era mentira.
Toda su vida habían escuchado del Order Omega, del dios de la destrucción quien trajo fuego y orden al mundo.
Nora Waller nunca fue descrita en ningún libro de historia, incluso Kenny quien había estado investigando el tema durante el último medio año, no tenia idea.
Esto cambiaba todo, los Wagner, los Van Helsing y Olivia, todos estaban implicados, es como si la vida que han vivido hasta ahora hubiese sido planeada, era imposible que ellos se encontrasen por pura coincidencia.
El único de los presentes que estaba fuera de lugar era Ken, quien esperaba atentamente el final de la historia que les relataba "el padre" a través de Zelda.
—¿Y qué pasó después? —pregunta el detective.
—Eso, es lo que se cuenta en los libros de historia mis niños —espeta con su roja sonrisa —Nora, o más bien el ente en su interior, empezó a ser errático, viajando de un extremo a otro del planeta destruyendo lugares simplemente aleatorios, pero que no lo eran. Desconozco los detalles, pero en esos seis meses ataco áreas no pobladas y después simplemente desapareció.
—¿Qué paso con Nora al final? —pregunta Winnyfer.
—La localizamos 7 meses después, en las junglas del Perú, los habitantes locales hablaban de un monstruo que aterrorizaba a su ganado, más rápido, inteligente y fuerte que los Wraiths, pero muy bestial para ser un usuario...
Cajamarca Perú, 2038, 7 meses después...
Douglas Butcher se había convertido en una celebridad, en un testigo de las atrocidades causadas por Omega, aunque el mismo sabía que sus declaraciones eran mentira.
No podía revelar la verdad pues contradiría su coartada; desde entonces tampoco volvió a ver a Macalister, más se presumía que había muerto en un accidente.
Junto a un grupo de guardabosques fuertemente armados en las profundidades de la jungla, y tras días de búsqueda, la encontró, pero no de la forma que esperaba.
Su cuerpo era más grande y bestial, sus dedos se habían vuelto navajas y su piel se tiñó de negro, mientras que dos pares de brazos emergían de su torso y un espiral rojo se daba a relucir desde el centro de su cabeza.
Aquella forma era evidencia de haber sido poseída y posteriormente abandonada por la primordial del caos; ahora solamente era un cuenco vacío sin alma ni razón.
Lastimosamente Douglas tardaría mucho tiempo en entender este hecho…
Varios días después...
La bestial criatura abre los ojos en una habitación blanca, frente a ella ve a Douglas, trata de embestir, pero se ve incapacitada, sus brazos y piernas se encontraban atadas a una cama de hospital y su cuerpo conectado a máquinas extrañas.
—Hola Nora, si me oyes o me entiendes sé que probablemente estés molesta, pero quiero decirte que esto es por tu propio bien. —Douglas se sienta junto a la cama y pone una mano sobre ella —Descubriré lo que te pasó y encontraré la forma de revertirlo, tu solo duerme hasta entonces.
En su cuerpo es inyectado un poderoso sedante quitándole instantáneamente el conocimiento, era lo mejor, pues ahora su intelecto bien podría ser el de un animal embravecido y rabioso.
meses después...
La bestia vuelve a abrir los ojos, en esta ocasión despertó en un laboratorio diferente en una cama más grande que restringía más sus movimientos, y frente a ella se encontraba Douglas nuevamente, quien desesperadamente trataba de tranquilizarla.
—Nora… calma, todo está bien, lamento haberte despertado de esta forma, pero tuvimos que hacerte un procedimiento que no teníamos previsto y fue necesario bajar el nivel de tus sedantes; tranquilízate… todo estará bien.
La vista de Nora empieza a hacerse borrosa nuevamente, pero en esta ocasión un sonido la despedía del lugar, un sonido agudo buscando necesidad...
Años después...