Origami |yoonmin|

CAPÍTULO UNO.

Sentado en el escritorio de su habitación viendo una serie en Netflix que ahora estaba muy de moda, se le ocurrió una idea.quiza la más estupida, pero quería intentarlo ¿quién dijo que fracasaría?

Jimin, un chico realmente adorable, estaba a punto de hacer lo que jamás creyó que fuera a hacer. Cuando su inspiración llegaba, le gustaba escribir pequeñas notas que iban dirigidas a su vecino de hace 3 años, Min YoonGi.

Jimin lo veía inalcanzable, y es que, un chico que viste ropas holgadas, con cadenas y chaquetas de cuero solo puedes pensar en dos cosas: Es de la mafia o no le gustan los hombres. Y jimin, creía ciegamente en la segunda, por eso, no se atrevía a decirle nada para no ser rechazado de la manera más cruel.

Esa noche, jimin escribió en su cuaderno de notas e hizo un pequeño avión de papel, se asomó al balcón de su cuarto que daba a la avenida principal y por ende, a la casa de su vecino, lo pensó unas tres veces seriamente si era buena idea en lanzar aquel avión de papel, y como su subconsciente es traicionero y algo malvado, le hizo caso. Y lo lanzó rogando a que cayera donde queira, y así fue.

Ahora, jimin estaba nervios, por la reacción que podría tener aquel peliazul con ojos felinos que tanto le gustaba, él no puso nombres, solo iniciales. Pero, sabía que su vecino era astuto y no tardaría en hacer un seguimiento de aquellas pocas señales que el menor le daba.

Cuando termino de morderse todas sus uñas, decidió que ya era tiempo de ir a dormir, eran pasadas las diez de la noche y mañana tenía que levantarse muy temprano para que el maestro Lee no lo reprobara, ya que estaba amenazado con eso si llegaba tarde de nuevo. 

Dio una última mirada al balcón de su vecino y con un suspiro de amor y temor,  se fue a su cama esperando los rumores que probablemente escucharía mañana en los pasillos gracias a que su vecino es extrañamente popular y mantiene hablando de cada cosa que pasa en su vida.

[...]

 

Eran las cuatro y cuarenta y cinco de la madrugada y el pequeño jimin no había podido pegar un ojo en toda la noche, su nerviosismo no lo dejaba dormir en paz, necesitaba saber ya, que pensaba su vecino acerca de su avioncito de papel, un poco mal ello gracias a que le temblaban las manos en el momento de armarlo.

Daba vueltas y vueltas en la cama, sin poder quedarse quieto, era muy nervioso, y eso era algo que a él no le gustaba de si.

Cuando estaba a punto de consiliar el sueño escucha la melodiosa voz de su madre y el gran portazo que dio al entras a su habitación.

 

-¡Rápido Jimin, llegarás tarde!- vio como su madre estaba parada con una mano en su cintura mirándolo de forma interrogativa.

Jimin ya se veía en la escuela tratando mal hasta al mismo director y probablemente tendría conflictos por ello. Su vida era genial.

 



#7700 en Fanfic

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Editado: 14.05.2019

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