25 de abril de 2018.
Laboratorio Ahizergen.
El traslado de el Jeison fue casi inmediato solo le permitieron un par de horas con su familia, para después ingresarlo en el laboratorio como el SUJETO 0, tenía una semana en ese lugar y ya habían descubierto grandes cosas, su piel resistía asta una bala, era como un chaleco antibalas, sus ojos cambiaban de color dependiendo su estado de ánimo, era velos, fuerte, ágil, mejoro sus sentidos, su musculatura aumento considerablemente y sus dientes cambiaban cuando presentaba enojo se volvían afilados y sus colmillos crecían como los de un lobo, como el fosa, pero existía un problema presentaba comportamiento salvaje, le era difícil si no es que imposible controlar su enojo, podría ser peligrosos para los demás y para si mismo por lo que lo mantenían encerrado, mientras encontraban la manera de revertir el suero o ya bien ayudarlo a controlarse.
-El sujeto 0, come demasiada carne, tendríamos que preocuparnos por si presenta canibalismo- hablo uno de los nuevos pasantes de el doctor, quien lo observo molesto, sabia claramente que su apetito había aumentado y su preferencia por la carne era exorbitante, pero era algo normal el fosa es un animal carnívoro, probablemente eso haya aumentado su consumo de carne.
-No digas tonterías Mandes, ya realizamos pruebas para ello, que acaso no leíste el expediente- le recrimino el doctor, a lo que el chico solo se encogió de hombros lo mejor era que guardara silencio era notorio que el doctor estaba involucrado personalmente con el sujeto 0.
Los días pasaban y Jeison comenzaba a desesperarse quería pasar tiempo con su familia y salir de ese maldito lugar, solo quería tiempo libre, pero se estaban negando a hacerlo, le temían y debían hacerlo porque si insistían en retenerlo en ese lugar aria lo que estuviera en su alcance para salir de hay no importaba el costo.
la puerta de su celda se abrió dando paso a el doctor, quien tenía una sonrisa enorme en su rostro, por un momento Jeison tuvo la necesidad de lansarce encima de el y atacarlo, pero con el paso de los días había aprendido a controlar sus ansias.
-saldrás de aquí, pero estaremos monitoreándote todo el tiempo, sabes que debes de controlar tu carácter y evitar lo menos posible sobresaltos, se que no es lo que querías pero es lo que e logrado, si aprendes a controlarte podremos dejarte libre para siempre- le dijo el doctor en tono comprensible, habían hablado mucho sobre el tema, y era el único que parecía no temerle en ese maldito lugar, monitoreado, pensó, pero por lo menos podría volver a su departamento y ver a su familia, no había podido ver a su hermana desde que despertó por que era menor de edad y no la habían dejado verlo la extrañaba como el demonio.
Salió de la puertas de el laboratorio que daba a la calle concurrida, y sus sentidos se salieron de control podía escuchar lo que decían a kilómetros de él y olerlo todo, tendría que aprender a controlar lo que le estaba pasando, no podía parecer fuera de control o lo encerrarían en ese lugar de nuevo, el doctor le entrego las llaves de su auto y el las tomo encantado, nada avía cambiado desde la ultima ves parecía que el tiempo no había pasado,, llamo a su auto con el mando para encontrarlo cuando por fin lo tuvo a la mira sonrió, deseaba tanto manejar, subió en el y casi de inmediato lo puso en marcha, las calles estaban intestadas de vehículos y estaba apunto de volverse loco demasiado ruido estaba dándole jaqueca, apretó el volante con sus manos y trato de respirar sus ojos comenzaron a tornarse naranja estaba desesperado, deseaba gritar y cuando no pudo mas lo que salió de su garganta fue un gruñido como el de gato, estaba más que confundido con la situación pero tuvo que tranquilizarse, por que el semáforo estaba en verde y tenía que avanzar, cuarenta cinco minutos después se encontraba en la puerta de su edificio, sonrió, extrañaba la soledad y la tranquilidad que emanaba el lugar, saludo al portero y camino al elevador pero una idea surgió en su cabeza, subir corriendo las escaleras tal vez correr redujera su ansiedad, dio la vuelta y empezó a trotar escaleras arriba asta el piso ocho que era donde se encontraba su departamento, ni siquiera se cansó un poco pero si se sintió mas tranquilo, camino a lado derecho donde se encontraba su puerta y al estar frente a ella, escucho voces dentro del lugar, su madre, padre, Lidia y alguno de sus amigos estaban hay esperándolo, sonrió, pensarían que el no lo sabia pero escucho sus voces, abrió la puerta y no encontró a nadie así que camino por el largo pasillo y entonces los miró a todos estaban en la terraza del otro lado de la puerta, se sorprendió tanto era lo que podía escuchar, la primera en notar su presencia fue su hermanita que ya tenia 15 años la cual se lanzó a sus brazos , por un momento se puso alerta y sus ojos se pusieron rojo pero al sentir el calor de los brazos de la pequeña Tania se tranquilizo de nuevo, es tu hermana no te ara daño, se repetía una y otra vez, después le siguieron sus padres y sus amigos para dejar a ultimo a su hermosa novia, quien lo miraba con esos grades ojos verdes, el le sonrió y ella igual se miraban tranquilamente asta que ella se lanzó para abrazarlo.
-te hemos extrañado demasiado cariño- le dijo su novia mientras le daba un casto beso y volvía a abrazarlo
-y yo a ustedes- le susurro en el oído, por una extraña razón podía escuchar el corazón de todos los presentes, estaba acelerado, seria por la emoción, pensó, la tarde con todos lo tranquilizo demasiado, y para el principio de la noche solo se encontraban Lidia y el en casa, desesperados por pasar la noche juntos, el sabia lo que ella quería y diablos que se quemara en el infierno si él no lo deseara , pero si era sincero con el mismo tenia miedo, de no pode controlarse y lastimarla, se puso de pie y se dirigió a la habitación escogió su piyama y se metió en la ducha, tal ves un baño ayudara, cuando salió su novia ya se encontraba en cama leyendo un libro de anatomía, ya que ella también era medico o por lo menos lo seria a final de año que era cuando finalizaba sus estudios, se acostó de lado pero mirándola, parecía muy concentrada en lo que leía tenia un lápiz en la boca señal de que algo la intrigaba.
-puedes preguntarme si no entiendes- le comento el para llamar su atención, ella levanto el rostro y lo miro, después le sonrió, claramente el presumía de ser un genio, cerró el libro y lo puso en el buró para seguido apagar la luz y terminar de acostarse se acomodó de modo en que el la abrasara y allá le diera la espalda, el cuerpo de Jeison se puso rígido y ella lo noto.
-solo quiero que me abrases fuerte, necesito saber que estas aquí y que no estoy soñando- le dijo ella para calmarlo, el sonrió y la apretó más a su cuerpo.
-estoy aquí cariño, no soy un sueño, té amo- le susurró al oído, ella contesto un te amo y el cerro los ojos jamás pensó que podría dormir esa noche asía tanto que no descansaba, al parecer ella asía la diferencia.
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Editado: 09.03.2019