8. Alienígenas sobre mí. El sufrimiento de Eaves. 

Eaves descubre que todo se trataba de un espejismo para engañarlo con la trampa de Lois por lo que trata de escapar con su familia. Sin embargo, es recapturado por su esposa y su hija, versión alienígena.  

Mientras conducía de regreso hacia la casa de su tío, Eaves se hacía un sinfín de preguntas: ¿Será que mi esposa e hijos han sido secuestrados por ellos? ¿Cuál sería su propósito al invadir este lugar? ¿Volveré a ver a mi hijo Oriol alguna vez? ¿Qué habrán prometido a su tío John para que aceptara trabajar con ellos? Estaba seguro de que pronto tendría la oportunidad de preguntarle y de que su tío le explicaría con detalle lo ocurrido.

Eaves seguía a los policías a una distancia prudente de un kilómetro, ellos llevaban a su tía a su encuentro con su esposo, acusado de maltrato doméstico. En varios momentos perdía de vista a los autos, por lo que tenía que acelerar un poco más. Él no pretendía llegar a la casa para ver la confrontación entre sus tíos personalmente, sino que quería observar desde lejos, tomar fotos como evidencia y enviarlas al ejército como pruebas de lo que había sucedido en el pueblo de Strawberry, pues él estaba seguro de que había sido víctima de una invasión alienígena.

Apenas 5 minutos habían transcurrido desde que Eaves había recibido la alerta y ya estaban llegando al lugar. Tomando una decisión rápida, él se subió a la copa de uno de los árboles que estaba cerca de la casa para poder observar la confrontación desde lejos. Subiendo a la copa del árbol, Eaves podía tener una mejor perspectiva de los acontecimientos sin comprometer su seguridad.

Al sentir que le tocaban la puerta presurosamente, el tío John Student abrió la puerta, fingiendo estar sorprendido, al ver que los policías rodeaban la casa buscándole. 

—Caballeros, gracias por traer a mi esposa y a mi sobrino de vuelta. ¿Dónde está él? Lois entró a la casa sin decir nada. Mientras John se quedó dialogando con los agentes. 

—Señor, pensábamos que estaba detrás de nosotros por cierto tiempo hasta que llegamos, por lo que al parecer se quedó oculto en alguna parte del bosque. Contestaron los policías haciéndole algún tipo de reverencias al tío. 

—Todavía son incompetentes o que, la idea era que viniera junto a ustedes. Ahora tendremos que cambiar de plan, pues una de las patrullas simulará mi arresto, por lo que yo iré con ustedes. Regresaremos en menos de 10 minutos. Y ustedes agente Mick y Stick, Búsquenlo y lo arrestan formulándole cargos por la muerte del usurero Malcolm. Traten de no maltratarlo mucho si se resiste y después llévenlo a la oficina. 

Desde el árbol donde se encontraba Eaves podía ver lo que estaba ocurriendo, pero no se podía oír nada de lo que hablaban. Los policías procedieron a llevarse al tío John, lo que le dio un poco más de confianza a Eaves.  

Como puede ser posible que se lo lleven, o están jugando conmigo, seguramente quieren engañarme, no lo pienso tolerar más, pues, alguien aquí me está mintiendo. Trataba de descender del árbol cuando recibió una llamada de su esposa, pero el teléfono se le cayó cuando estaba intentando contestar. 

Cuando descendía del árbol fue sorprendido por los policías. Quiénes le apuntaron con sus armas.  

—Señor Eaves Student queda usted bajo arresto por la sospecha de la muerte de Malcolm Strata. Le gritaron los policías. 

—Ustedes están locos. Me arrestan a mí, yo que solo le intenté ayudar. Él murió de un ataque al corazón o eso creo. 

—Testigos afirman que lo vieron salir del lugar. Al momento de su muerte. 

—No fui yo, ustedes pueden estar seguros. Cuando los policías intentaron acercarse a Eaves, este les roció con uno de los sprays que sustrajo del sótano de Malcolm para su seguridad. El spray tuvo una reacción casi instantánea sobre los agentes que prácticamente cayeron al suelo, temblando y botando en forma de una espuma verde de sus bocas. 

—Es cierto, lo que dijo Malcolm, ellos no son humanos, según este, este pueblo realmente fue invadido. Grito Eaves furioso. 

Ya conociendo una de sus debilidades, Eaves se dirigió a ver qué estaba haciendo Lois entrando de forma furtiva sin que ella se diera cuenta. Al entrar y escuchar el agua del baño superior supuso que esta se estaba bañando. Cuando ella escuchó los pasos, creyó que era John que había regresado.  

—No fue tan difícil de engañar a Eaves y si no lo han capturado aún, este no debe de ir muy lejos. Dijo Lois mientras salpicaba el agua de la regadera en su cuerpo desnudo. 

Para su sorpresa, era Eaves, quien saltó a la ducha agarrándola por la espalda, no importándole mojarse. El jugador la sostuvo del cuello y se mantuvo aprisionando la cintura de la mujer desnuda, él detrás y ella delante. En una escena que pudo haber sido como una fantasía romántica, si no fuera por las circunstancias.

—Ya yo sé quiénes son ustedes, son unos “malditos Aliens”. Antes de todo, tú que tienes cierta inteligencia, así que comienza a decirme ¿dónde se encuentra mi esposa?, porque si no me dices te voy a rociar con esto que mató a los policías. Le dijo esto mostrándole una mezcla de químicos que era utilizada por la resistencia conocida como “mata árboles’’. 

—No te atreverías, okay yo te diré todo lo que quieras, no siempre tienes que llegar a la violencia para lograr tus objetivos. Ellas están bien, deben de estar en el río. 

—El río dices, no me estás engañando otra vez, ¿verdad? Este estaba seco desde hace mucho tiempo como resultado de las operaciones de la planta química, la cual taló los árboles de su desembocadura, sacaron los materiales como la arena y en última instancia contaminaron el agua lanzando sus desechos en esta. Aseveró Eaves mientras sostenía fuertemente a su tía.