-Ahora sí que la armaste, Nox.
Después de la impactante declaración del general, los técnicos se habían dado prisa en sacarlo de allí alegando unas afinaciones de último minuto, para no dejarlos con el credo en la boca sacaron a Alfa y dejaron a los mandatarios mirándolo a sus anchas con la promesa de una prueba de vuelo.
-No lo comprendo, profesor- dijo con calma- ¿acaso hice algo malo?
-No malo, pésimo- le dijo Gideón- dijiste lo único que tendrías que haberte callado.
-Solo fui franco, el I.A pronto estará en todas partes… ¿Verdad?
-¡Claro que sí!, pero para eso falta, escucha, estas sobre terreno peligroso, ya es bastante difícil para las personas aceptar la idea de que una maquina piense, ¡Pero todas!, si te hubieras limitado a las avanzadas quizás, ¿pero como esperas que la gente acepte la idea de que de pronto sus equipos de diario piensen?
-Pero es la meta- siguió Nox con terquedad, algo allí ni le gustaba- al final será así…
-Ese no es el punto, ahora vas a tener que irte con mucho cuidado, otro error de estos puede costarnos demasiado caro a los dos.
Un técnico se asomo.
-Profesor Gideón, quieren saber si el general los acompañara al desayuno.
-Diles que si, ya estamos aquí, hay que seguir hasta el final- se volvió a Nox- vamos, no quiero más comentarios fuera de lugar.
Nox se levanto con pesar, estaba molesto, Gideón evadía el tema que le interesa, ¿Seria el I.A para todos o solo para algunos privilegiados?, sin embargo había que seguir, ya luego saldría de dudas, de una manera u otra.
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En la mesa no le sirvieron tornillos, el listillo del cocinero fue más fino y le puso una copa fina llena hasta el borde con aceite para motor y un platito de plata con tuercas relucientes.
Los técnicos esperaban que la broma bajara la tención pero era imposible saber que pasaría, Nox estuvo viendo largamente la copa y el plato, quizás pensaba en algo que poder decir y que no estuviera “fuera de lugar”, finalmente levanto la vista al resto de los comensales.
-¿Alguien aquí es caníbal?- pregunto.
Los mandatarios se miraron y acuciados por la mirada de Nox fueron negando con la cabeza, una vez todos los presentes lo hicieron el general lanzo un resoplido de alivio y aparto lo que le habían servido.
-Entonces nadie debe ofenderse- dijo- imagino que ya lo saben pero quizás deberían decirle al cocinero que lo que me sirvió es exactamente lo mismo de lo que estoy hecho, es casi como si a cualquiera de ustedes le hubiera puesto una copa de sangre y un plato de viseras- algunos se estremecieron ante la comparación- comprendo que hay culturas que consideran esto algo normal y lo respeto, pero yo prefiero ser más conservador y abstenerme…ahora que no le diría que no a una pila de 200 voltios.
Margaret soltó la risa, luego se tapo la boca apenada pero esto tuvo la virtud de calmar los ánimos, se llevaron la copa y el plato remplazándolos por un cargador con una pila de 200 voltios que Gideón adapto ágilmente a la estación de recarga en el hombro de Nox, listo esto todos empezaron a comer.
Pasados los primeros minutos se empezó la charla clásica de mientras se come, los periodistas habían sido mandados a paseo y estarían de seguro preparando notas sensacionales para todos los periódicos del mundo, la situación ahora quedaba entre líderes, según sabían Nox había sido informado sobre los temas de actualidad y deseaban saber sus opiniones al respecto.
-Y dígame, general-dijo el presidente de México- ¿cuál es su opinión sobre la situación de inmigración?
-Un contrasentido absurdo- dijo Nox, Gideón miro al cielo exasperado- sin ánimo de crear polémica, mis opiniones no tienen por qué ser tomadas en serio pero piénsenlo un segundo: Estados Unidos es el país de la libertad y se cierra tras un escudo de murallas, es el país de las oportunidades y no dejan de promover leyes que coartan a las personas, aquí y en el extranjero, provocando en parte esa afluencia de personas que deben dejar sus hogares en busca de sustento.
-Muy bien dicho- dijo el presidente Mexicano, complacido e impresionado con la respuesta.