Oscura Obsesión (corazones Oscuros #1)

Capítulo XXII

"Granate como una mancha de sangre seca"

Annelisse se sentó junto a la joven después de despertar de un incomodo y melancólico sueño. Era un poco más pequeña y delgada que ella, sin embargo los músculos de sus brazos estaban marcados y firmes, a pesar de estar en reposo y profundamente dormida.

La joven castaña no se molestó en despertarla, simplemente sintió la innegable necesidad de contacto y se acercó hasta estar sentada, contra la pared, a su lado. La cabeza de la joven lobo estaba inclinada en un angulo pronunciado y seguramente cuando despertara tendría un fuerte dolor en el cuello.

Annelisse empezó a dormitar hasta que escuchó el repiqueteo de unos pasos acercándose desde el exterior. La joven pecosa estuvo alerta al instante, como si el sonido la aterrara se encogió tanto como pudo contra la áspera pared.

Con su corazón palpitando aceleradamente en el pecho y el miedo corriendo en sus venas, Annelisse entornó los ojos y esperó impaciente a que abrieran la puerta... No tardó demasiado en ocurrir. La curvilínea figura coronada por una espesa melena rojiza atenuada por la penumbra apareció en el marco de la puerta.

— Me alegra encontrarlas a ambas despiertas. El Amo llegó con un apetito voraz, claramente esta vez seras tú, Annelisse, pero primero les traeré algo de comer — sentenció Halyna, la vampiro de cabello como el fuego y sonrisa maquiavélica mientras volvía a cerrar la puerta y caminaba por los angostos pasillos ausentes de luz del día.

La pequeña habitación en la que Annelisse, la humana y Corinne, la mujer lobo habían sido confinadas estaba oculta bajo tierra en el hogar de su Amo, sin embargo, la estancia olía a sangre y despertó su sed en un instante.

Halyna subió los escalones para salir de ahí y se movió silenciosamente hasta la cocina, donde sacó dos trozos de pan y agua. No les daría nada más, eso sería suficiente para que conservaran sus fuerzas. Era lo único que Corinne había comido desde que fue raptada, sabía que su organismo le exigía alimentarse de carne, pero ellos le negaban eso y muchas cosas más.

Con una mueca en los labios ante la visión del pan duro y viejo; Halyna regresó hacia el pequeño cuarto, descendiendo por la escaleras y abriendo la puerta por un segundo para entrar y dejar los alimentos.

— Annelisse te sugiero comer rápido — soltó la vampiro más como una orden que como una sugerencia y observó con superioridad como las dos jóvenes se alimentaban desesperadas.

Annelisse no había notado la ausencia de alimento hasta que aquel pan de horroroso sabor fue puesto ante ellas. Devoró el trozó y bebió velozmente, al terminar, se pasó el dorso de la mano sobre sus labios resecos y suspiró en gratitud por tener algo en su estomago.

Sin embargo, aquella gratitud se esfumó cuando Halyna la tomó con fuerza del brazo y la levantó, lastimándola en el proceso. Annelisse gimió de dolor y miró horrorizada su entorno cuando la mujer pelirroja la sacó del pequeño cuarto, dejando a Corinne sola.

Annelisse detalló con profundidad los altos techos y las paredes descuidadas, la mujer le guió por unas escaleras hasta una puerta de madera, la abrió y Annelisse tuvo que parpadear para que sus ojos se ajustaran a la repentina claridad.

Era una casa, muy similar a la casa en la que se había criado con sus hermanos, un recuerdo de su antigua vida. No había nada ostentoso en el lugar, además de unas pinturas de estilo gótico y pesadas cortinas en las ventanas. Lastimosamente, no podía ver el exterior, para tener una idea de dónde se encontraba.

Sin embargo, aún mantenía su esperanza en Christopher, él la hallaría.

Halyna la empujó y Annelisse se tropezó, casi cayendo en el suelo, pero recuperó la estabilidad y alisó su vestido, a pesar que estaba arrugado y sucio. Halyna la llevó por un pasillo amplio hacia una enorme puerta, cuando la abrió. Annelisse sintió calidez, la habitación tenía un ambiente agradable, cálido y acogedor... Pero eso no logró alejar la curiosidad y el temor por el hombre que se encontraba sentado en un sillón oscuro, rozando sus labios con su dedo indice mientras acariciaba con su otra mano a una mujer sentada en su regazo.

Cabello oscuro, barba incipiente y ojos intensos de tonalidad marrón, no obstante una coloración rojiza bañó su mirada cuando la notó. Deseo puro y lujuria sanguinaria en la profundidad de su aterradora mirada.

Annelisse se congeló por el miedo puro que la golpeó e intentó retroceder, sin embargo, Halyna se lo impidió y acarició su brazo desnudo, ante la atenta mirada del hombre.

— Amo, le he traído a esta humana como muestra de mi aprecio por usted — habló la pelirroja arrastrado la voz sensualmente, casi en un gemido necesitado. Annelisse giró el rostro para observar la facciones de la pelirroja, vio su sonrisa de admiración y ojos carmesí como señal de sus emociones.




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