El Linaje de Lissie Lorens

26. Paquete Misterioso

Mathias cerró sus ojos y apretó el puente de su nariz con fuerza.

—La decisión está tomada y debes atacar las ordenes —fue lo único que dijo su padre antes de mandarlo a irse.

—¿Qué mierda estas diciendo, papa? En este siglo los matrimonios por conveniencia quedaron en el olvido. No puedes decidir algo como eso sin consultarme.

Su padre siguió manteniendo una expresión tranquila.

—Cuan equivocado esta, Mathias.

—¿Equivocado? No me vengas con esas cosas papa. No me casare con Alissa. Buscare la forma de romper este matrimonio.

Mathias le fastidió ver como su padre comenzó a reír. Teniendo el descaro de burlarse de él.

—Tú sabes que así nos regimos en esta sociedad. Matrimonios que benefician a ambas familias. Tus amigos no están extensos de esto tampoco. Puede que el próximo sea Peter o incluso Edward. Deja de llorar por esta decisión. ¿Tienes pareja? Si es así, lamento decirte que tendrás que terminar esa relación. Te casaras con Alissa Betans y no replicaras nada más.

Mathias apretó ambas manos y salió de la oficina de su padre sin despedirse. Eso no era lo que había planeado para sí mismo. Sabía que su clase se movía entre esas aguas de conveniencias. Al conocer a Lissie nunca creyó que no iba a tener que preocuparse por los intereses de su padre.

Ahora no estaba ella en su vida y encima tenia un matrimonio encima.

Como si eso no fuera suficiente, sabía que después de esa noche, no cambiaria de opinión.

Todo había terminado.

Llegó a su casa y vio que recargada en la puerta estaba una joven castaña. Cuando estuvo mas cerca la reconoció. La situación estaba tensa entre ambos.

Después de estar juntos habían asegurado que ninguno de los dos volvería a verse. Ella estaba huyendo de sus problemas familiares y él estaba huyendo de la mentira de Lissie. Ninguno de los dos imagino que se reencontrarían. Y mucho menos Mathias esperaba que fuera él el causante del problema familiar de Alissa.

Ella no quería un matrimonio por conveniencia y ahora resulta que el chico que la ayudo a despejarse era su problema.

—No te esperaba aquí —dijo mientras había la puerta de la casa y la dejaba entrar. intento no sonar molesto. Alissa sonrió no muy contenta. También estaba cansada con todo lo que estaba pasando.

—Supongo que no resolviste nada con tu padre.

—Supones muy bien.

Ella asintió y se adentró aún más a la casa.

—En vista de lo que está pasando creo que debemos hablar sobre nosotros. Sobre lo que pasó esa noche y lo que está pasando ahora. Créeme Mathias, no estoy contenta con esto y no sé cómo cambiara.

—Estamos metidos en mucha mierda.

—Mis padres no saben nada sobre que ya nos conocíamos. Y se que no pueden saberlo porque harán un caos peor.

Mathias se acercó a la nevera y sacó dos cervezas se acercó a Alissa y le dio una. Ella la tomó y no dudó en abrirla. La necesitaba.

—¿Qué crees que deberíamos hacer? Ya nada de lo que haga importa. Ya la perdí, otra vez —comenzó a tomar de su cerveza.

Alissa se sorprendió con lo que escuchó.

—¿Ha sido mi culpa? Dios, lo siento tanto Mathias.

—No tienes nada que ver en eso. Ha sido mi culpa. Planeaba ocultarle lo que sucedió con mi ex y lo que sucedió contigo. Al final olvide que ella es clarividente y todo se supo.

—Lo que sucedió fue un error y aunque en su momento se sintió bien y estuvo bien, realmente no iba a meterme en la relación. Vaya mierda saber que era el hombre que mi padre me escogió.

—Me sorprende que seas tan inteligente y estés viendo esto de forma más seria que yo.

—No me sentiré ofendida por eso —dijo con una media sonrisa y se sentó en el sofá sin permiso—. Uno de los dos debe comportarse como el adulto. Escucha, Mathias, he estado haciendo las averiguaciones y… si este matrimonio no se da tu bufet se irá en picadas muy grandes. Desprestigiaran a todos los abogados que estén metidos en él. Y no será nada bueno para nadie. Te arruinaras —dijo con un deje de preocupación que Mathias notó.

Él no sabía sobre eso.

—¿Tienes un super poder? ¿Cómo te has enterado de todo eso?

Ella se encogió de hombros.

—Mientras tú pasabas esta semana auto compadeciéndote, yo estuve haciendo el trabajo de los dos. No miento cuando te digo que eso es lo que sucederá.

—Estamos jodidos.

Mathias se levantó agotado con toda esa información en mente. Estaba fastidiado con la situación. Para su sorpresa se estaba tomando mucho mejor la presencia de Alissa a su alrededor. Él no era como todos esos hombres que culpaban a la amante de los problemas. Ella ni siquiera era la amante porque técnicamente Lissie y él no estaban juntos de esa forma.

Alissa era una chica brillante, vivaz y rebelde. Y le estaba asombrando ver que era ella la que estaba haciendo las averiguaciones.




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