Christopher 🌹
Diciembre 31, 2019.
Mi corazón se encuentra aprisionado por tantos sentimientos desastrosos en este momento, me siento desesperar y ahogar en la ola de nerviosismo que provocan en mis adentros. Arrasa cómo un huracán en busca de destrucción, este acabando con la poca calma y cordura que había quedado en mí. La presión que ejercen con violencia en mí, incluso me impide el respirar cómo se debe.
Odio la manera en la que la preocupación se adueña de mi cuerpo, altera a mi sistema, nubla cada uno de mis sentidos. No paro de temblar, pero aún así trato de prepararme mentalmente para enfrentar lo que se viene, porque sé muy bien... que esto no se quedará en sólo un silencio incómodo. Sé que, en algún momento, alguno de los dos dejará de reprimirse y tendrá que dar paso a la discusión de la que tanto se intentó huir antes.
Al menos de mi parte... así fue.
Mi pecho rápidamente comienza a resentir el caos que de pronto se crea en mi corazón y en mi cabeza. Una apenas perceptible presión que comienza a nacer justo donde yace mi corazón, es lo que me hace caer en cuenta de eso. Las fuerzas se me han esfumado, junto con mi valor para enfrentar esta situación que ahora se me presenta. No voy a mentir, de verdad tengo miedo. Miedo a recibir su rechazo, miedo a escuchar todo lo que se ha guardado reprochar. Miedo a enterarme de todo lo bueno y malo que me he perdido gracias a mi cobardía y egoísmo. Me duele pensar en lo peorbo, pero no puedo evitarlo. Tengo que, al menos, aceptar las consecuencias que yo mismo me creé.
Siento que el mundo me cae encima de nuevo.
Mi cuerpo se percibe, sorprendentemente, con una debilidad y una pesadez desesperante. Me siento sofocado, estresado, harto y, extrañamente también cansado cómo antes. Cómo cuando tenía menos fuerza que ahora. Cómo cuando era completamente humano. No debería sentirme así, no debería ser así. No estoy seguro de que haya posibilidad aún teniendo la fuerza y el poder que se supone que he adquirido al ser un Anónimo.
Al parecer sigo siendo débil...
Sigo siendo un cobarde, quizás es eso lo que hace reaccionar de esta forma a mi cuerpo. Olvidé que ese ser insignificante y patético ya estaba bien adherido a mí y, ahora lo corroboro, pues estar frente a mi primo de nuevo... me tiene preocupado y nervioso hasta la mierda. Lo peor de todo... es que no sé cómo empezar.
Sé que le debo mil disculpas por haberme ido. Sé que le debo también una explicación por haber cometido tal estupidez, pero nada viene a mí ahora. Estoy congelado y una parte de mí... prefiere quedarse así para ganar más tiempo y valor.
Fuí un completo bastardo por haberme alejado de él y de Annie por tanto tiempo, y de tan miserable manera, ni siquiera merezco ser recibido en su hogar y clamar por la antigua comprensión y lealtad que, desde niños, me ha brindado sin condición. De seguro debo verme cómo un completo sinvergüenza al presentarme aquí y quedarme callado, reprimiendo esas mil disculpas que tanto le debo a él y a mi abuela, pero... aún no tengo las palabras correctas.
No tenía a dónde más ir, no sabía qué hacer, aún no lo sé. Me estoy muriendo por la incertidumbre y por la desesperación. Ha sido demasiado en tan pocas horas y necesito tanto que él me escuche y guíe cómo siempre lo ha sabido hacer.
Aún no termino de digerir lo que me ha confesado Jess y Koran, me está matando. Me he dado cuenta de que todo este asunto, tanto cómo ella, siguen siendo mi debilidad. Me mantiene hundido en ese abismo oscuro del cual nunca he logrado escapar.
Josh sabía contenerme, siempre fue ese soporte para mí, pero ahora no merezco de eso. No merezco ni siquiera la atención que me está dando ahora. Sin embargo estoy aquí, sin saber qué comenzar a decir porque estoy a punto de quebrarme, pero con él no me importa porque ya lo ha visto muchas veces.
Joder...
Nunca me lo perdonaré.
Él no merecía esto, Annie no merecía esto, talvez yo sí, pero ellos no tenían la culpa de cómo me sentía.
¿Por qué mierda tuve que hacerlo de esta manera?, ¿por qué permití perder todo lo que tenía?
— Ammm, Chris... ¿quieres...?— me hace una seña hacia el pasillo oscuro que se oculta detrás de él. Rápidamente comprendo que está invitandome a entrar.
Un asentamiento débil es lo único con lo que le logro responder porque mi voz se encuentra aún cautiva por el monstruo del nerviosismo. Josh tampoco es capaz de ocultar el suyo.
El olor, la palidez que ha ganado su rostro, y la forma en la que también ha comenzado a temblar... me dice lo incrédulo que de seguro se debe de sentir por la sorpresa que le he dado al presentarme aquí. Incluso parece tener... miedo. No quiero dejarme guiar por esos pensamientos, pero ya he visto esa reacción en otras personas antes.
Desde que me transformé en Anónimo me cuesta más integrarme con las personas.
En mi trabajo en el hospital, en la universidad, en mi piso, en cualquier lugar público, no logro dejar de sentirme torpe e incómodo cuando estoy cerca de ellos. Siempre distante, siempre diferente, ahora con mas razón al ser un guardián de las sombras, pero... no quiero sentirme así con él.
No con Josh...
No quiero que él también me vea así...
Cómo a un peligroso desconocido.
— Pa-pasa...
Mi corazón se estruja otro poco cuando me percato del temblor en su voz, pero trato de contenerme, apretando mis puños a los costados.
Jamás había escuchado a Josh tan nervioso... ¡con nada! Ni siquiera con lo que pasaba en mi antiguo infierno con Amón y Constans.
<<Es por ti, es por ti, es por ti.
¿Qué esperabas después de todos años alejado de él?
Han cambiado, ahora debes ser un completo extraño para él. Un desconocido en el cual le costaría confiar de nuevo. Tú tuviste la culpa, Chris, tú lo perdiste.>>