CHRISTOPHER 🌹
Diciembre 31, 2019.
La determinación y la seriedad que se ha hecho presente en la mirada del hombre maduro que se encuentra frente a mí... me hace sentir tan confundido y preocupado. Sus ojos azul marino, ya de un aspecto más cansado y opaco, pero aún conocidos, parecen contener un silencioso mensaje hostil, el cual me hace sentir de inmediato reprendido.
Una parte de mí se empieza a sentir inquieta y contrariada, un fuego nuevo a nacer en mi pecho y es eso lo que me hace percibir de inmediato que algo malo me comienza a corromper de pies a cabeza. Tengo que controlarlo, el poder destructivo que aún yace en mis adentros sigue siendo sensible ante cualquier provocación. Sigue siendo peligroso y traicionero, hasta para mí. Sin embargo esta vez parece haberse desatado de una manera más rápida, más hambrienta, más... riesgosa.
No me preocupo tanto, me digo a mí mismo que confíe en mi fuerza y en mi dominación sobre ello, pues ya he tenido veinte años logrando contenerlo con éxito. Comprendo por qué ese poder empieza a alborotarse de tal manera, pues las previas palabras de mi primo... han despertado algo más que el sentimiento de decepción.
Aún no puedo creer que lo haya dicho...
¿De verdad... no piensa apoyarme en esto?
Después de varios segundos mirándolo a los ojos en silencio, trago grueso y debilito la presión que ejercían mis puños cerrados. Necesito calmarme en lugar de contenerlo, necesito liberarme de cualquier inquietud o sólo lograré engrandecer la amenaza del monstruo de la ira que vive dentro de mí.
— Josh... necesito que entiendas...—
— ¿Entender qué mierda, Chris? — me interrumpe y después extiende sus brazos a los costados, en modo exasperado. También está tratando de contenerlo, ahora lo veo—. ¿Te refieres a ponernos en peligro de nuevo? ¿O a volver al mismo infierno de antes? Chris, no hay nada qué entender, ni decisión que tomar. Lo que sugieres es una locura.
— ¡¿Y cómo le llamas a lo que le han hecho a ella con este nuevo "plan", Josh?! ¡Constans no merece esto! ¡Me necesita!
— Chris, por el amor de Dios, esto puede ser un riesgo mayor que el de hace veinte años. ¡No estás considerando ninguna maldita consecuencia! ¡No es sólo Amon el que pueda estar involucrado esta vez! ¡Tú mismo me lo confesaste hace momentos! ¡Todos los malditos de allá abajo buscan saldar cuentas con ella! ¡¿Acaso quieres echarte encima a todo el maldito infierno esta vez?!
Mi pecho empieza a subir y a bajar por mi inestable respiración, mi voz se mantiene cautiva gracias al nuevo desastre mental que han desatado sus previas palabras en mí.
— Esto va más allá de ti y de nosotros, Chris. Piénsalo, por esta vez creo que Koran puede tener razón. Contra algo así... no podemos pelear, aunque queramos. Demonios, el maldito regidor de allá abajo es el que la está buscando.
— Estoy seguro de que lo que dijo Koran no fue todo. Josh, escúchame, no puede ser posible que ahora suceda esto. — siento la necesaria desesperación de hacerle saber una de mis mil dudas. Su mirada sigue su escrutinio conmigo, de una forma fría y severa. Trago grueso—. Constans o... la chica humana que ahora es ella... no le puede ser tan relevante a los regidores de allá abajo, Emmett me lo había dicho. ¿Para qué se atrevería a romper un trato cómo el de quebrantar la vida terrenal, por ella?, por venir a buscarla. ¿Para qué harían tanto alboroto y venir aquí a causar un desastre innecesario, sólo para cobrar un alma que ya no tiene nada que ver con ellos? Toda atadura con su padre y con su naturaleza se había roto con el sacrificio que hizo por mí, por Jess y Koran... ¡Todo esto ya había terminado!
— Chris, recuerda lo que me dijiste. ¡Ellos ya actuaron! ¡Ya la encontraron! Con eso ya sabemos que es real todo este alboroto y que por algo ya hicieron lo que hicieron.— esas palabras me detienen en seco con las mías y me hacen sentir cómo si algo horriblemente pesado hubiese caído en mi estómago—. Ya está pasando algo. ¿Qué crees que podamos hacer al respecto ya? Ni siquiera tenemos la certeza de que se trate de ella, ni siquiera sabemos si hay más motivos que le hayan provocado esto de nuevo.
— ¿Motivos? ¿Entonces prefieres dejarlo así solo porque crees que se lo merece, Josh? ¿También piensas que es justo esta mierda?— la indignación empieza a quemar en mi pecho de inmediato, su mirada y su nueva renuencia para hablar me llenan de una nueva decepción.
Niego, alejando mi mirada de él. Las sombras de la noche colándose por la estancia, la luz de la luna que resalta por algunos rincones me hace posible visualizar lo que hay en las paredes blancas que me rodean.
Mis ojos se clavan por un momento en una de las fotografías que están colgadas y rápidamente mi corazón se hace un nudo al reconocer esos jóvenes rostros. Somos nosotros cuatro... Josh, Jess, Constans y yo. Estamos sentados en una mesa, era en la Fiesta de Aarón, creo. La había invitado para que fuera mi pareja, lo recuerdo. Lucía hermosa con ese vestido negro corto y esa rosa negra que adornaba su cabello. Aún la mantengo conmigo. Es uno de mis más preciados tesoros, fue el único recuerdo físico que me dejó antes de irse.
La rosa se volvió una de verdad, pero es de un color negro. No es marchita, sus pétalos aún parecen tener vida, su belleza aún sigue resaltando con ese color. La flor no ha muerto, continua tan viva... cómo mi esperanza de volverla a ver.
Rápidamente me golpean los recuerdos y un nudo en mi garganta se forma con fuerza. Sin embargo... no recuerdo cómo permití que tomaran esa foto, no recuerdo ninguna sugerencia de los chicos que estaba conmigo. Esta vez logro reconocer muy poco de ese día, pues, durante todo este tiempo he tratado de hacer lo posible para liberarme de cualquier recuerdo en donde aparezca ella. He tratado de huir cómo un cobarde para evitar este dolor y este sentimiento de hundimiento que ahora me golpea con brutalidad por encontrarme de nuevo con su rostro.