Connie 🌹
Septiembre 10, 2019.
"Una agradable música de jazz resuena dentro del enorme recinto lujoso por el que ahora vago. Hay mucha gente vestida elegante. Sólo veo rostros bonitos, cuerpos perfectos y atuendos acaparados de joyas. Son demasiado perfectos.
No sé lo que ocurre conmigo en este momento, sólo soy consciente de cómo mi cuerpo se mueve de un lado a otro. No reconocía a nadie, y tampoco ni uno de ellos volteaba a verme. Cómo si fuese invisible o un fantasma dentro de su tan llamativa y lujosa fiesta. Visten principalmente de blanco y negro. Parecían de la realeza o gente importante, cómo políticos o provenientes del medio del espectáculo.
Llego después a una estancia llena de personas bebiendo y hablando con otras más. Se sonreían cómo si él mundo fuese suyo, pero algo en ellos me hace sentir alarmada e intranquila, no importa que no puedan verme. De alguna manera me siento en peligro con estas personas.
Meseros se mueven de un lado a otro, llevando copas de vino o aperitivos. No sé dónde estoy, no es un salón de fiestas. De hecho... parece ser una casa grande. Muy grande...
Una mansión.
Camino por los pasillos, en ellos sigo encontrando a más personas. Hablan y ríen, aún parece que no se percatan de mi presencia. ¿Por qué no me ven cuando paso junto a ellos? ¿Están ignorandome o de verdad no pueden verme?
Nada tiene sentido, empiezo a sentir miedo porque ni siquiera logro ser consciente de mis movimientos. No siento nada de mí, es cómo si yo no estuviera controlando mi cuerpo en realidad. ¿Qué es esto?, ¿qué está pasando?
Bajo por unas grandes y alfombradas escaleras después. No conozco las mansiones, no tengo idea de si esta casa se trate de una, pero me parece bastante grande y lujosa, no puede ser sólo una casa enorme. Sueno bastante ignorante, lo sé, y la verdad lo soy... No conozco mucho, sólo me guío ahora por lo que me han contado, o por lo que he leído o investigado al respecto de estos lugares y este en especial... no luce para nada modesto.
— ¡Familia Dykant! ¡requerimos la presencia de todos nuestros presentes por favor!— la voz de un hombre se escucha después en una de las estancias en la planta donde me encuentro ahora. Supongo eso porque lo escuché muy cerca.
De pronto empiezo a ver cómo baja la gente que estaba en el lugar donde yo me encontraba, los miro desde un rincón, cerca de una ventana. Miro por esta y me sorprendo al ver un hermoso y vivo jardín con luces y varias fuentes. Es maravilloso, pero... ¿en dónde estaré exactamente?
— ¡Vamos, familia! ¡Tenemos una sorpresa para ustedes!
Regreso al aquí y alejo mi mirada de la ventana para mirar a la gente que sigue bajando por las escaleras. Hay mujeres con vestidos muy bonitos que parecen ser muy caros. Todos lucen emocionados por algo, ¿qué estará ocurriendo?
Me animo a avanzar con ellos porque la curiosidad me gana. Rozo el hombro o los brazos de algunos al pasar, incluso logro empujarlos sin querer. Me disculpo por eso, pero ni eso los hace voltear a verme, cómo si no me sintieran, vieran o escucharan en lo absoluto. ¿Qué pasa con ellos? ¿Por qué no pueden verme?
¿Parará algo conmigo?
No tardo para llegar con ellos a un gran salón donde encontramos a más personas con...
¿Por qué están usando eso?
— Familia Dykant... es un placer para nosotros y para los organizadores del evento tenerlos una vez más en nuestra casa. Este año somos afortunados de contar con la presencia de altos mandos de Inglaterra cómo el señor Zf, y nuestros estimados soberanos.
Escuchar eso me hace sentir completamente congelada. Empiezo a percatarme también de aplausos, aturdiendolo todo. Miro de nuevo hacia el centro, donde se encuentran varias personas encapuchadas y con máscaras... extrañas. La verdad me están inquietando mucho.
Algo dentro de mí se retuerce y mis piernas me hacen retroceder varios pasos cuando soy capaz de ver al hombre que previamente habló. Se ha puesto de pie, estaba sentado arriba de un escenario, rodeado de esas personas disfrazadas. También usa máscara, la de él es dorada, y encima lleva una gran túnica con capucha de color rojo.
No sé lo que es...
Pero no puedo controlar al miedo que me ha llenado ahora. Este despertó en mí al verlo a él. No lo entiendo, ni siquiera he visto su rostro, su voz tampoco me pareció familiar, pero ser consciente de él me ha hecho sentir... aterrada.
Se acerca hasta el borde de ese gran escenario y después extiende sus brazos a los costados.
— Es un honor contar también con su presencia. Nos alegra saber que nuestra familia crece cada vez más y que su recompensa los ha llevado hasta la cima. — vuelven a aplaudir todos, esta vez logran hacerme estremecer. No entiendo nada, pero aún así presiento algo malo acerca de esto. El hombre hace una seña con sus manos y después todo el mundo guarda silencio—. ¿Y a quién le agradecemos por toda esa dicha?
— ¡Rey Manum! ¡Rey Manum! ¡Rey Manum!
— ¡¿Quién será nuestro salvador?!
— ¡Rey Manum! ¡Rey Manum!
Gritan eso una y otra vez, alzando sus manos en puño. Sus exclamaciones haciéndose más potentes y fuertes a cada segundo que pasa. Cubro mis oídos con mis manos, pero ni eso es suficiente para alejarme un poco del caos.
Miro hacia todos lados, sintiéndome de pronto nerviosa. Desconozco el porqué, pero algo dentro de mí dice que debo salir de aquí, así que empiezo a moverme entre la multitud de gente. Ninguna persona se percata de mí aún, pero ahora más que nunca deseo que no lleguen a hacerlo, pues sospecho de que algo malo puede pasar si logran verme.