Oscuro paraíso (la oscuridad del angel)

CAPITULO 20

CONNIE 🌹

Septiembre 18, 2019.

























 

He dejado de poner atención a todo lo que ocurre en el aquí, sólo me concentro en ordenarle a mis piernas que corran lo más que puedan, pero ellas no dejan de temblar exageradamente. Olvidé que era mala para esto, olvidé que me volvía más torpe cuando entraba en pánico.

<<¡Corre Connie, corre!

¡No te detengas, vamos!>>

Las suplicas de mi alarmada cabeza no hacen más que incrementar mi tortura interna. No puedo ver nada, ya han sido demasiadas las veces en las que me he caído y levantado. El lugar sigue siendo invadido por la oscuridad,y, aunque eso esté alterando  a mis nervios ahora, hago todo lo posible para mantenerme firme. Trato de concentrarme en el sonido inestable de mi respiración, pero aquellos gritos desgarradores, provenientes de la sala de la cual escapé hace unos momentos, en donde me encontraba con la señora Emily, siguen escuchándose por todos lados, muy fuertes, cómo si viniera de cada rincón de la casa, pero es sólo una voz.

Su siniestra voz gritando mi nombre una y otra vez...

— ¡Maldita! ¡Mil veces maldita! ¡No escaparás! ¡No esta vez!

No puedo dejar de temblar y sentir que no me falta poco para que sea capturada por aquella criatura que ha tomado posesión del  cuerpo de la señora Emily.

<<No es ella...

¡No es esa cosa!>>

No entiendo nada ahora, no sé lo que ha pasado con ella. Pero en cuanto despertó de aquel desmayo y me vio..., todo en ella cambió. Ahora todo se siente incorrecto, el ambiente con ello, cómo si algo maligno y pesado se hubiese apoderado de la casa, no sólo de la señora Emily.

<<¡No es ella!

¡No es ella!>>

— ¡Lamia! ¡NO ESCAPARÁS! ¡LAMIA!

Me adentro por un pasillo oscuro, esta enorme casa tiene cientos de ellos y la verdad no reconozco en donde me he metido ahora. Sigo sin poder ver nada, sólo me he dejado guiar por mi pánico. Mi pecho me duele por mi corazón alterado, incluso temo que eso pueda escucharse y delatarme. Entro de pronto a una especie de armario, y después de rendir mi cuerpo hasta el suelo, cubro mi boca con mi mano. Esta no deja de moverse incontrolablemente mientras lo hago, no sé cómo calmarme.

No sé nada ahora...

Esto parece una pesadilla...

Dios...

Tiene que serlo.

— ¡Lamia!

Empiezo a negar con la cabeza y a derramar lágrimas. La he escuchado más cerca, más  siniestra.  Ya no estoy segura si se trató de ella de verdad porque esa voz se ha escuchado incluso más... grave.

Aterradora...

<<No hagas ruido, Connie, ¡no hagas ruido!>>

Los nervios me consumen, de pronto no puedo medir nada de mí y más lluvia sale de mis ojos y más sonidos estrangulados de mi boca. Presiono fuertemente mi mano sobre ella hasta doler, no sé si eso logrará algo, pero no me importa. No encuentro otra manera para tratar de reprimir mis  lamentos y mis sollozos. Sé que es inútil, sé que va a encontrarme, sé que, sea lo que sea que es esa cosa que ha tomado posesión del cuerpo de la señora Emily ahora...  es más fuerte y más peligrosa. En realidad no quiero saber qué tanto, pero ya me quedó claro su intención conmigo y con algo así de desconocido no tengo oportunidad.

<<¡No te rindas! ¡No dejes que te atrape! ¡Esta no es una pesadilla, reacciona! >>

Sé que esa voz de mi cabeza tiene razón, pero no encuentro qué más hacer ahora, y este lugar es lo único que encuentro seguro por estos momentos. No quiero salir, no quiero enfrentar sola lo que sea que esté ahí afuera con la señora Emily. Dios... ¡¿Qué es ésto?! ¿Será algún espíritu indeseado que se coló por el portal del espejo? ¡¿Nosotras lo trajimos con el ritual?!

Maldición...

— ¡Constans!

Vuelvo a escuchar más gritos seguidos de ese. Grita Constans y Lamia... De nuevo ese nombre, Constans. ¿Será mi verdadero nombre?, talvez esa es una de las miles respuestas que esperaba obtener de todo esto que hicimos la señora Emily y yo.

Tengo tanto desastre mental respecto a lo que pasó también con esos escenarios que se hicieron presente gracias a la alucinación que tuve antes de volver al aquí. No puedo concentrarme bien en todo lo que pasó con ella ahora, pero puedo estar segura  de que el ser que me ha estado siguiendo, y el que talvez se ha apoderado del cuerpo de la señora, debe estar muy relacionado con ese pasado y obviamente conmigo, o con la persona que fuí antes.

<<¿Quién habré sido entonces en esa anterior vida? ¿En qué tanto estuve involucrada para estar tan relacionada con esos seres oscuros? ¿Por qué se muestran tan enojados conmigo? ¿Qué hice? ¡¿Qué?!>>

¡Constans! ¡Sal ahora, maldita! ¡Maldita!

Trato de inspirar profundo para regular mi respiración, pero ni eso logra calmarme. Sumida en la oscuridad que también me envuelve en este pequeño armario, es más difícil lograr mantenerme firme y cuerda. Siento que de un momento a otro algo saldrá de las paredes y me atacará, siento que algo emergirá de la oscuridad y me arrastrará hacia ella.

<<No es el momento para dejarte vencer así por el monstruo del miedo. ¡No seas gallina y no te lo compliques más con esos pensamientos!>>

De pronto escucho pasos afuera. Todo en mí se dispara, el aire se siente pesado, no puedo atraerlo con normalidad hacia mis pulmones, de inmediato me encuentro en una lucha constante para no dejarme asfixiar por la ansiedad, pero es que incluso me cuesta asimilar lo que está pasando conmigo misma.

<<Respira, sólo respira.>>

Escucho de nuevo su voz y la madera rechinando debajo de sus pies con cada paso que da. El silencio que le sigue después de sus palabras y de sus  movimientos de acecho me inquieta y me deja con la expectativa de algo horrible.  Suplicando por valor desde mis adentros, trato de ponerme de pie con sumo cuidado, temo de hacer el más mínimo ruido, y después, con exagerada cautela, me incorporo, respirando con dificultad y sin despegar la mirada de la puerta de madera blanca que yace frente a mí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.