Christopher.
Enero 15, 2020.
— Sigo creyendo que esto es una mala idea, Chris.
Al enfrentar a Jess y encontrar nada más que angustia pura en sus ojos cansados de color miel, un nudo de impotencia se instala en mi interior, pero no permito que eso me doblegue, pues tengo que mantenerme firme para seguir con el plan que ya hemos organizado.
Me dirijo a ella después, quien yace en una esquina de la habitación y la tomo del hombro para hacerla mirarme.
— Confía en nosotros, te lo ruego. Sabes que podemos hacerlo.
Ella ya no dice nada, sólo desvía su mirada y suelta un suspiro.
Diablos...
Sé que no la podré convencer, pero no tengo alternativa, no a estas alturas, pues el tiempo sigue corriendo rápidamente y nosotros ya no nos podemos meter en más problemas. No quiero verme así con ella, sé que ya la he hecho pasar por demasiado, pero ahora mismo no puedo retractarme para dar al fin con el paradero de Constans.
Sé que correremos mucho riesgo sólo con el proceso y que, seguramente, uno saldrá perdiendo mucho, hasta la vida... Sin embargo, todos estamos conscientes de que el amuleto de Mireya será de gran ayuda, ya que contiene mucha información respecto a los Oscuros que se llevaron a... Connie, y también respecto a Belia.
Sea con quién sea con quién nos lleve ese amuleto... servirá de pista para encontrarla.
Tengo fé en esto, tengo fé en que por fin podremos encontrar algún camino concreto que nos llevará hacia ella. Además con el poder de Abby, que es el de crear ventanas de memorias, ya tenemos cómo garantía que lograremos identificar algún rumbo exacto. Aún no logro convencerla del todo, por cierto, pues ella teme tanto cómo yo por que esto pueda salir gravemente mal, ya que nos estaremos aventurando en terreno prohibido. En terreno de... ellos, y quizás también en el del más poderoso y peligroso ser Oscuro que existe; Lucifer.
Comprendo bien su miedo y el de los demás, tal vez esté yendo muy lejos al involucrarlos mucho y también a estar dispuesto a arriesgar demasiado a Eber en el experimento que hará Abby con él para también extraer sus memorias... pero es algo que también le advertí y, aún así, el hombre quiere hacer.
Debo aceptar que es muy valiente arriesgarse así, pues no es que sólo Abby extraiga sus memorias. Es muy probable de que él salga afectado por esa energía oscura que contiene el amuleto y estará más expuesto a ella y a los estragos que cause porque es un humano. Uno muy débil, bueno, a lo que he llegado a percibir en él. Uno que, apesar de sus errores y de sus traiciones, en esta ocasión se ve sincero y también desesperado. Desesperado por encontrar una solución para esto. Desesperado por salvarse también porque por supuesto que estoy consciente de que se ha ofrecido a ayudarnos para salvarse del seguro castigo que le espera en el infierno por haberse involucrado con Caleb.
Para ser sincero... ya no me interesa tanto que se haya vendido a ese mal nacido, lo que sea que lo esté esperando al final de su aventura... es algo que no me preocupa. Por mí puede irse al infierno o al paraíso, me da igual, lo único que quiero de él es que cumpla con su promesa y que nos sea de utilidad para terminar de resolver esto. No me debe nada a mí, pero él así quiso comprometerse, así que me aferro a la esperanza que me ha dado. Me aferro porque es lo único que tenemos ahora para arreglar el desastre que ya se ha causado.
— Chris, por favor, meditenlo un momento...— la voz de mi cuñada me vuelve a llamar, así que me atrevo a mirarla. Aún me duele descubrir ese brillo triste en sus ojos de miel—. Sé que prometimos hacer lo que sea, pero esto es demasiado, por Dios, seguramente esa cosa los enviará al infierno.
— Jess...—
— Chris, confío en ti, pero aún así me parece horrible el riesgo, y más si sólo van ustedes dos. Además puede que Eber...—
— Eber así lo quiso y yo también, Jess. — la interrumpo de nuevo y después trato de calmarla, tomándola de los hombros y fijando mi mirada profundamente en ella. Lágrimas cautiva ahora y eso sólo hace que el nudo de impotencia se refuerce más en mis adentros —. Escúchame... De verdad créeme que lo sé, pero considera el hecho de que al fin podremos dar con ella, Jess. No podemos dejarla más tiempo así. Sólo trata de imaginar lo que también debe estar sufriendo en manos de esos monstruos.
No lo controla más y empieza a derramar un mar de lágrimas frente a mí, mientras baja su mirada, negando una y otra vez. La abrazo por completo y es en ese momento donde ella ya no lo contiene más y se destroza por completo.
— Por favor... Tienes que ser fuerte y confiar. Lo lograremos.
— Es que... yo...— apenas le logro a entender por su tono de voz quebrado—. Y-yo prometí ser fuerte, me juré a mí misma que haría el intento de hacerlo pero... ahora tengo tanto miedo. De verdad Chris, lo tengo. ¿Qué tal que hago te pase a ti también y...?—
— Oye... Recuerda lo que soy gracias a ella. — mis palabras parecen hacerla consciente de algo importante ya que de pronto se aleja de mí para mirarme, con el ceño fruncido —. Recuerda lo que ella poseía; luz, fuerza. Soy esa luz, Jess, y, gracias a ella y esa luz que fue antes, puedo ser el héroe que siempre quise ser. Últimamente le he tenido mucha fé porque me ha ayudado a salvar las vidas de inocentes. Ese poder en mí me ha impulsado y ha ocasionado los milagros en los que incluso antes no creía, pero ahora los he podido ver. Ahora he podido ser parte de ellos y darle esperanza a alguien más, así que por favor...— tomo su rostro con mis manos, ella sólo traga grueso, mirándome más lastimosa que antes—. Confía en él también. Confía en lo que era ella. Tú fuiste la que más creyó en esa luz, Jess, por favor... sólo déjame intentarlo. Por favor.