Un calor abrazador me rodeaba, me sentía cómoda. Algo frio me acariciaba la mejilla, lo cual me hizo estremecer un poco. Abrí lentamente mis ojos, y lo primero que vi fue la chimenea, y luego un par de piernas.
Mi cabeza estaba sobre las piernas de alguien. Sentí como unos mechones de cabello que no eran míos rozaban mi cara, luego unos labios besaron mi mejilla y voltee mi mirada hacia él, Nicolae. Él me sonrió y paso una mano por su cabello.
-Hola, mi bella durmiente. –Sus simples palabras provocaban que mi corazón quisiera salirse de su lugar.
-Hola, –Fruncí el ceño al recordar que había visto al Rey de los universos. – ¿Qué hago aquí?
-Te encontré en el bosque. –Su sonrisa desapareció.
-¿Estaba inconsciente? –Me senté para verlo mejor.
-No. Estabas peleando con Alex. Te estaba buscando cuando oi un grujido, pero no era de Alex, supuse que era tuyo. Al principio pensé que eras otro lacayo de Dante por como estabas vestida con esa túnica. –Suspiro. –Pero luego me di cuenta que eras tú, pero... estabas actuando diferente.
-¿Diferente? –Apreté mi puño. – ¿Cómo?
-Te mostrabas agresiva, tus ojos tenían un par de destellos, como si pequeños rayos estuvieran dentro de tus ojos. –Hizo una pausa. –De milagro no llegaste a matar a Alex, porque tuve que intervenir. Cuando estuve enfrente de ti, me causabas hasta miedo. –Sonrió un momento pensando en ese momento. –Estuviste apunto de lastimarme, pero detuviste tu mano antes de que pudiera tocarme.
Preferí no interrumpir, no creía que era fuera yo, no recordaba eso.
-Entonces tu mirada cambio, reaccionaste, me miraste por unos segundos hasta que te desmayaste. –Me miro. –Pero sentía que algo nuevo había crecido en tu ser. Emanabas una energía inexplicable. Un poder que no había sentido.
-Es porque ya acepte quien era desde hace siglos. –Mire la chimenea un momento y luego voltee a ver hacia él. –Ya recuerdo todo mi pasado. –Sonreí. –Y perdón si intente lastimarte...
Vi cómo se acercó un poco más a mí. –No me importa, puedes hacer lo que quieras conmigo.
-Me suena a una declaración... –Hablo mi conciencia.
Su nariz y la mía se rozaron, su rostro y el mío estaban demasiado cerca, sus labios estaban a unos pocos centímetros de los míos apunto de tocarse, pero, alguien toco la puerta dañando el momento. Vi como Nicolae cerro sus ojos y bufo, alejo su rostro del mío y se levantó.
-Discúlpame, es Alex. –Dijo porque ya lo había presentido. –Tengo que ir a hablar con él. –Trago con dificultad y luego salió de la habitación.
-Ya puedes salir de ahí, Lex. –Mire el fuego de la chimenea.
-Ya veo que es capaz de sentir mi presencia. –Sonrió y se hizo aun lado de la chimenea. –Me alegra que ahora allá aceptado su poder, y no lo retenga.
-Gracias. –Hice una pausa y mire hacia donde estaba. –Lex...
-¿Si, mi señora?
-¿Por qué reaccione de manera agresiva?
Lex aclaro su garganta. –Porque ese era su instinto al no ser controlado, usted buscaba lastimar a alguien, pero eso es normal en usted.
-¿Es normal que sea agresiva? –Asintió. –Y ¿Por qué no ataque a Nicolae?
Soltó una pequeña risa que me hizo erizar. –Oh, mi señora, ¿Acaso no se da cuenta? –Sonrió de lado. –Usted reacciono por el vínculo que los une, uno especial. Por ello usted no lo ataco, la presencia del joven Nicolae la ayudo a manejar su descontrol.
-Nuestro vinculo... –Murmure. –Lex, ¿Por qué tengo la sensación que mañana será un dia especial?
-Mi señora, mañana será la Gala de la Luna Roja, y además será su cumpleaños. –Se cruzó de brazos. –La aguardan muchas sorpresas el día de mañana. Mejor me voy, necesita descansar, sigue de noche, así que puede dormir un poco más hasta que amanezca. Mañana en la noche usted será la sensación del lugar.
Un humo grisáceo la rodeo hasta que ella desapareció, dejándome sola.
Nicolae
Ya lejos de la habitación en donde estaba Karen, Alex volteo a verme con el ceño fruncido. Cruce mis brazos y arque una ceja.
-¿Qué? ¿Ahora que hice? –Le pregunte.
-Gracias. –Soltó de repente lo cual me causo un poco de sorpresa.
-Presiento que viene un pero... –Murmure aunque sabía que me había escuchado.
-Pero... no se me olvida el incidente de hace años. –Puse mis ojos en blanco.
-Ya te explique porque mate a Marina. –Fruncí el ceño. –Era ella o tú y tu familia.
-Ella me amaba, nunca me habría hecho daño. –Apretó sus puños.
-Alex. –Pronuncie su nombre calmadamente. –Ella tenía su mente retorcida, ella no era quien parecía ser, y quería aniquilarte.
-¡Eso no es cierto! –Su respiración era más rápida por el enojo que intentaba contener.
-Pero tu como yo, sabemos que intento seducirme y matarme igual... –Alce una ceja. –Y perdóname por haber matado al amor de tu vida, pero en ese entonces yo quería proteger a mi mejor amigo –Lo mire de pies a cabeza. –Pero vi que fue un error.
Me aleje por el pasillo mientras que Alex se sentó en el suelo y se limpió una lágrima que salía de su ojo. Ese era el remordimiento, el pensamiento, el recuerdo del pasado que no dejaba que avanzara mucho en mi futuro, pero tenía mis razones. Aunque sé que por eso tendría la consecuencia de perder a mi mejor amigo y ganarme un enemigo, pero era por su bien.
Aun así prometí no volver a hacerle daño a nadie sin encontrar una excusa razonable para hacerlo. Pienso contarle a Karen, a ella también se lo prometeré, lo más importante para mí, es su opinión.
Mi padre y mi madre aparecieron delante de mí con una sonrisa cómplice. Alce una ceja y sonreí de lado, me acerque a mi madre y la abrace.
-Pensé que estaban con Lex. –Pase mi mano por mi largo cabello, y los mire con insistencia. – ¿Paso algo?
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Editado: 03.11.2021