Sheri
Son las tres de la madrugada y me despiertan unos ruidos en la casa, me levanto de mi cama para ver de qué se trata. Camino por el pasillo y los ruidos se detienen, me fijo en una de las ventanas y el auto de papá ya está afuera, camino a su habitación y él se encuentra dormido.
Esto es extraño...
Sigo caminando, pero escucho pasos detrás de mío, me doy la vuelta, pero no hay nada.
¿Qué demonios está sucediendo?
Niego con mi cabeza y camino de nuevo a mi habitación, me espera un día largo como para que este en estas. Pongo las sábanas sobre mí y me vuelvo a dormir.
Son las ocho de la madrugada, el reloj suena indicándome que debo levantarme. Lo hago.
Tomo lo que necesito para ducharme y me voy al baño. Después de me alisto para bajar y ver a papá con su taza de café.
— Buenos días, princesa. - Dice papá dándome un beso en la frente.
— Buenos días, papá. - Le digo
— ¿Cómo amaneciste? - Pregunta.
— Bien, supongo. Unos ruidos me despertaron a las tres de la madrugada ¿No los escuchaste? - Le pregunto, aunque también respondo.
— No, ayer llegué tarde y estaba muy cansado. De seguro se calló algo en el ático. - Responde.
— Seguro. - Digo mientras frunzo el ceño.
Pero los sonidos no se escuchaban en el ático. Esto es peor que la palabra confundida.
Termino de desayunar para tomar mi bolso y salir con papá de la casa rumbo al auto.
Él lo enciende y pone la marcha, mientras esté arranca veo a muchos jóvenes caminar y otros en autos rumbo a la escuela. Se supone que en Estados Unidos después de que tienes dieciséis debes tener tu licencia para conducir, en mi caso se ve que no la tengo y ya voy para dieciocho.
Minutos después llegamos a la escuela, me despido de papá y me bajo del auto.
Camino un poco para luego toparme con el chico que conocí anoche, Travis.
— Hey Sheri. Qué lindo verte por aquí. - Dice él.
— Hey, hola. Lo mismo digo. - Le digo.
— Ven acompáñame, te voy a presentar a mis amigos. - Dice
Sin pensarlo decido acompañarlo, el me lleva a un círculo de amigos donde están sus amigos hablando, riendo, contándose cosas. Cuando ven a Travis lo saludan y a mí me observan.
— Chicos, ella es Sheri Donovan. Sheri ellos son mis amigos menos los dos amargados que están allí en el auto, son mis hermanos. - Dice Travis mientras los señala.
— Hola, es un gusto. - Dicen varios en un tono simpático.
— No le hagas caso a Travis, no soy una amargada. Él no sabe lo que es diversión. Soy Delancy Miller, encantada de conocerte Sheri. - Dice una voz femenina.
Es hermosa, su cabello es oscuro y sus ojos son cafés y tiene un cuerpo de una diosa por completo.
— Un gusto, Delancy. - Digo.
— ¡Jacob! Ven aquí, no seas mal educado. - Dice Delancy para llamar a su hermano.
Este viene cuando escucha el llamado de su hermana, sus ojos se abren y me observa como si me estuviera analizando.
— Él es Jacob. - Dice Delancy para presentar a su hermano quien parece que se lo comió la lengua el gato.
— Encantada de conocerlos. - Le digo a los tres.
— Ustedes tienen rasgos totalmente diferentes. Travis es castaño con ojos azules, Delancy es de cabellos oscuros con ojos cafés y Jacob es de cabello castaño con ojos verdes ¿Cómo es eso posible? - Dice una chica del grupo.
— Eso querida, sucede cuando tu mamá andaba de novio en novio. - Dice Delancy.
— Delancy... - Dice Jacob regañando a su hermana.
— ¿Qué? Es la verdad, Jacob. - Dice ella.
Vaya, los tres son de diferentes padres.
Interesante.
Suena la campana indicando que es hora de entrar.
— Jacob acompañaras a Sheri, nosotros no podremos llegar tarde por el profesor de biología. - Dice Travis.
El grupo se desintegra para irse a sus clases.
— Suerte, linda. - Susurra Delancy en mi oído.
¿Suerte? ¿Por qué?
Frunzo el ceño ante lo que ella me susurra sin entender nada.
Jacob no le quita la mirada asesina a su hermana hasta que ella se va, quedo sola con él.
— ¿Vamos? - Pregunta.
— Si. - Respondo.
El comienza a caminar mientras yo lo sigo a su lado, todo es silencioso hasta que llegamos al pasillo de la escuela que está lleno de casilleros y aulas por donde quiera.
— Y ¿De dónde vienes? - Pregunta él.
— De Miami. - Respondo.
— Vaya ¿Por qué te viniste aquí? - Pregunta.
— Pase una temporada con mamá en Miami y ya le tocaba estar una temporada con papá. – Respondo.
— ¿Tu papá es...?
— Oh si, lo siento. Es el oficial Donovan.
— La fija del gran oficial Donovan Miller. Increíble. - Dice él.
— ¿Debería sentirme halagada? - Pregunto.
— Viniendo de mí, sí. - Responde.
Dios, este chico tiene un ego y eso apenas que lo vengo conociendo.
— ¿Dónde es que vives? Me refiero a la casa donde vives con tu papá. - Pregunta.
— En la casa 108 Ocean Avenue. - Respondo.
Este detiene sus pasos y me observa.
— ¿Vives en esa casa? ¿Cómo es que no has salido muerta de allí? - Pregunta sorprendido ante mi respuesta.
— Vivo allí desde que tengo memoria. ¿Disculpa? - Digo desconcertada ante su última pregunta.
— Yo... Debo irme a clase, te veo luego. - Dice para irse.
Quedo sola en medio del pasillo, perdida, confundida y desubicada.
A los minutos llega un profesor quien decide ayudarme, aunque la pregunta de Jacob de si debería estar viva me distrae durante el día.
Necesito respuestas y eso voy a conseguirlo, no importa que.