Sheri
En el camino de la mansión de los Miller a mi casa, Travis pone la radio donde está sonando Shake It Off de Taylor Swift. Un clásico. Es una de las mejores canciones de Taylor, aunque todas sus canciones lo son. Escucho a Travis junto con Adelaide cantando la canción por lo que no dudo en unirme para cantarla con ellos, hay risas, gestos, muecas, solo nos divertimos en el auto con la canción.
— Esta canción salió en el dos mil catorce, me hace sentir tan viejo. – Comenta Travis.
— Ni tanto lo eres. – Le digo con sarcasmo.
— Gracias, Sheri. Aunque estamos en año dos mil treinta cinco y no tengo ni una sola arruga. – Dice con humor el rubio.
— ¿Qué iremos a la casa exactamente? – Pregunta la castaña.
— A recoger mis cosas, no puedo seguir en esa casa mientras todo este de cabeza. – Respondo.
Puedo ver que Adelaide me mira para luego juntar su mano con la mía.
— Cuando todo está de cabeza es cuando uno agarra fuerza. Vas a ver que de esta saldrás. – Dice ella con una compresión increíble que me transmite paz.
Ojalá tenga razón.
Llegamos a la casa y lo primero que noto es una sustancia gelatinosa de color amarillento tirando ya a verde en el llavín de la puerta, la abro, aunque se siente muy frío el llavín, pero puedo sentir el frío no solo en el llavín sino en la casa también. Entra Travis y su novia conmigo.
— ¿Esto está bajo cero o qué? Hace mucho frío. – Dice Adelaide.
El rubio se quita su chaqueta para dársela a su chica, quien acepta el abrigo.
— Estoy de acuerdo con Adelaide. Pero... ¿Qué rayos es esto? – Dice para luego mirar la pared y varios llavines de la casa con la misma sustancia.
— No lo sé, no tengo idea. – Admito.
— Deberías llamar a tu mamá, tal vez sepa de estas cosas. – Comenta Travis.
Y por eso dije que necesitaba venir a recoger mis cosas, quería mi espacio, pero parece que no será así.
— Esperen... - Dice Adelaide.
— ¿Qué? – Preguntamos Travis y yo al unísono.
— ¿Esto no es ectoplasma? – Pregunta la chica
— ¿Ectoplasma? Pero esto había dejado de existir... Debemos tomarle fotos y enviárselas a tu mamá. – Comenta Travis para luego verme.
Eso es lo que hago, saco mi celular y empiezo a tomar fotos para luego enviárselas a mi mamá.
No pienso quedarme mucho tiempo aquí por lo que agarro mi bolso y guardo todo lo que necesito, cuando acabo salimos de la casa para subirnos al auto, pero en eso nos gruñe el estómago al unísono a Adelaide y a mí, mientras que Travis solo nos observa sorprendido.
— Ya hace hambre. Vamos a que coman algo ambas – Dice el rubio.
— Creo que ya se dónde ir, vamos al auto. – Les digo para subirnos a su auto.
Le doy la dirección cuando ya estamos adentro y el auto se enciende para ir al lugar.
☾.
Cuando llegamos al lugar nos bajamos del auto, caminamos a la entrada para adentrarnos al lugar y tomar asiento los tres. Minutos después llega una señora muy amable que al verme se le dibuja una sonrisa.
— ¿Sheri? ¡Preciosa! ¿Cómo estás? Lamento mucho lo de tu papá... - Dice la señora en un tono suave y amable.
— Aimee, estoy bien gracias por preguntar. – Respondo a su pregunta evitando decir algo con respeto a mi papá.
— Pensé que vendrías con tu papá, pero bueno... - Dice ella para luego ver a Travis – Joven Miller un gusto verlo por aquí.
— Gracias, Aimee. También es un gusto verla. – Dice Travis.
— ¿Y ella quién es? Lo siento linda pero no te reconozco. – Pregunta Aimee a la castaña.
— Soy nueva en el pueblo, soy Adelaide Smith. Encantada de conocerla. –
Responde Adelaide con una sonrisa.
— Lo mismo digo encanto. Ahora ¿Qué quieren que les sirva? Hoy la casa invita. – Dice para preguntarnos y tomar la orden.
Adelaide pide una hamburguesa con papás grandes acompañado de una coca cola, en mi caso pido una pizza sin hongos acompañado de una coca cola. Aimee toma nota lo que pedimos para luego dar media vuelta e ir hacer la orden mientras tanto nos toca esperar.
— Ahora que estamos solos por así decirlo, tengo una pregunta Adelaide. – Le digo a la castaña.
— Claro ¿Cuál? – Dice para preguntar.
— ¿Qué eres? Me refiero a tu origen. - Le pregunto.
— Mi mamá es druida y mi papá era uno de los líderes con los dragones que manejan o manipulan la niebla. – Responde ella.
— ¿Era? – Pregunto desubicada.
— Mi papá falleció hace unos cuatro años, quería proteger a mi mamá y a mí de los cazadores de dragones. Nos dejó con su gran amigo Minor el dragón que manipula el fuego, después de que nos fuimos seguimos con nuestras vidas, pero mamá se enamoró de Minor y nació mi hermano. – Responde ella.
Metí la pata.
— Lo siento, no debí preguntar. – Digo.
— No, no. Tranquila, ya pasaron cuatro años y tuve que aceptarlo. – Dice ella juntando una de sus manos con la mía para darle un apretón.
Una sonrisa se le dibuja a mi amigo al vernos.
— Mi chica y mi mejor amiga se llevan bien ¿Algo más? Ya quiero verlas con mi hermana, serán inseparables. – Comenta Travis con una sonrisa alegre de ver la escena de su novia conmigo.
El hecho de que Travis me acaba de llamar mejor amiga me halaga bastante, eso me hace recordar lo mucho que no le agradaba la idea de conocer a su compañera, pero véanlo ahora. La ama bastante y se le desborda.
— ¿Todo bien con D? La vi un poco rara. – Le pregunto.
— No, la verdad que no. Pero tendremos tiempo para contarte lo que sucede con mi hermana y a ti también, cariño. – Responde el rubio mientras coloca su brazo en el hombro de la castaña para traerla hacia él.
— Espero que no sea grabe. – Susurro.
— Lo mismo espero. – Dice él con una leve sonrisa.