O.S.I.A.S La aventura de Chloe; el eslabón perdido

Cap 5; Visiones Y Sueños

  - ¿Cuánto falta?, me duele muchísimo la mano y además necesito ir al baño.- Llevaba media hora haciendo la misma pregunta y todas las veces recibía la misma respuesta:
 - Quedan cinco minutos- decían Seth y Stone al mismo tiempo.
 - Paige, necesitas relajarte y dejar de darle tantas vueltas a todo- empezó de nuevo Stone.
 - ¡QUE NO ME DIGAS PAIGE IDIOTA, ME LLAMO CHLOE CLIFFMANN !- Odiaba el nombre Paige, siempre lo odié y ahora resultaba ser que creían que ese era mi verdadero nombre. Se quedó en silencio, pero noté que se estaba riendo, así que tomé un paraguas que había en la cabina trasera del auto y lo golpeé con toda la fuerza que me permitía mi mano izquierda.
 - ¡¡AUCH!! Debiste avisarme, mi piel de roca no funciona todo el tiempo por si sola.- ese día comprendí dos cosas; la primera es que, los poderes deben estarse controlando constantemente y la segunda es que Es extremadamente dulce la venganza, en especial contra un idiota que hizo que te fracturaras las mano. Continué riéndome interiormente dos horas, hasta que nos detuvimos en una bencinera que parecía abandonada hace siglos, ya que grandes capas de polvo se acumulaban por doquier y cualquier cosa metálica se veía oxidada y dañada. No me daba buena pinta por fuera y nisiquiera quería ver los baños por dentro, pero la urgencia me mataba y era pasar un minuto de asco o pasar una vergüenza monumental en menos de 15 minutos.
 - Chloe, iré a comprar, ¿Te traigo algo?- Preguntó Seth al bajar del moderno auto que contrastaba contra la bencinera y la hacia ver aún peor. Su camisa verde estaba un poco arrugada y sus zapatillas blancas se habían manchado con alguna sustancia negra de apariencia pegajosa.
 - Si, traeme papas fritas y una soda- Si es que está cosa aún tiene algo para vender, pensé.- y si es que tienen, traeme un sándwich. Gracias- asintió y comenzó a caminar hacia la pequeña tienda que sólo se distinguia por un cartel luminoso que había a unos veinte metros. Mientras Stone rellenaba el tanque, decidí ir al baño ya que la urgencia me mataba y estaba todo bien hasta que un par de metros antes de llegar a la puerta de este, mi visión desapareció y pude ver y oír cosas desde dentro del cuerpo de alguien más. Era incómodo, pero me quedé quieta y me concentré en ver y oír.
 - No se a donde fueron jefe, pero estoy casi seguro de que la chica con la que Stone huye es la heredera.- Explicaba el hombre desde el cual veía y oía todo eso. Era un hombre, y venía hablando por teléfono con alguien cuya voz parecía muy amenzante ya que le empezó a gritar órdenes y a regañarlo por no habernos atrapado.
  -¡¡Eres un idiota, atrapalos y traelos esta misma noche!!, el chico no importa, pero quiero viva y en buen estado a la chica, ¿ok?-  Sin embargo, lo que más miedo me dio es que reconocí la zona de la carretera en la cual  venía; se encontraba a menos de 1 kilómetro de la bencinera en la que estábamos ahora y probablemente un encuentro no sería muy agradable aunque fueran dos contra uno, ya que yo no contaba en absoluto. Volví en mi misma y eché a correr hacia el auto.
Mi coordinación en general siempre fue un asco, me tropezaba, los balones me golpeaba en la cara, si alguien me arrojaba algo jamás lo atrapaba y así. Pero esta vez logré correr sin caerme ni dañarme más la mano.
 ~Seth, vienen por nosotros. Vuelve al auto ahora YA~ Le grité con desesperación dentro de mi mente.
~Ok, ya voy, pero ¿Estás bien?~
~Si, tuve una visión rara que hizo que me doliera la cabeza, pero estoy bien.~
 -¡STONE, EL TIPO DEL QUE HUIAMOS SE ACERCA, TENEMOS QUE IRNOS YA!-Grité cuando me encontraba a menos distancia. Stone escuchó y de inmediato se subió al coche y encendió el motor. Y yo, en mi torpeza, intenté abrir la puerta con la mano derecha... La que me fracturé. El dolor fue tan intenso que no pude contener un pequeño grito y gruesas lágrimas cayeron por mis mejillas, entonces, Seth apareció corriendo con mucha comida, me abrió la puerta y me ayudó a entrar, arrojó la comida a mi lado y se subió en el puesto de copiloto.
- No preguntes, sólo tómatelas.- Dijo mi amigo tendiendome tres pildoras grandes y una botella de agua. Jamás me gustaron las pastillas ni jarabes, en especial las primeras ya que la sola idea de tener que tragarlas me producía náuseas.
 - No puedo, son inmensas- intenté convencerlo- las vomitaré si intento tragarlas.
 - Me da igual, al menos inténtalo, te harán sentir mucho mejor y ya no sentirás la mano.- intervino el inmenso de Stone como si desde el principio me hubiera dirigido a él y no a Seth.- De todas formas, ya casi llegamos con mi amigo.- Creo que intentaba tranquilizarme, pero sólo la forma en que lo dijo me produjo desconfianza.
 - Aún quiero ir al baño y la mano me duele más- empecé a lloriquear- quiero dormir en mi cama y tener a Ly conmigo.- Ly. Era un pequeño peluche con forma de... ¿Fantasma? La verdad es que no tenía una forma muy definida, pero tenía dos ojos y como era una de las pocas cosas que llegaron conmigo al orfanato, formaba una parte importante de mi vida.
Tres cosas, eso fue todo lo que me dejaron mis padres al abandonarme. Uno; El pequeño peluche de forma rara e indefinida de color azul claro. Dos; La nota con un poco de información acerca de mi, decía que nací el 2001, aunque no especificaba el día o el mes, decía que yo eligiera mi nombre y una fecha cumpleaños. Tres; los poderes que tanto odiaba, aunque en el fondo sabía que Seth también los tenía, me hacían sentir rara e incómoda ya que muchas veces no los controlaba, aunque cabía reconocer que de vez en cuando no eran tan inútiles.
Una vez en la escuela, vi a dos chicas molestando a otra de un año inferior en el baño, me molestó tanto que deseé poder echar a las chicas del baño, hacerlas cambiar de opinión y obligarla a irse sin recurrir a la violencia. Sin pensarlo levanté una mano hacia ellas y ambas se detuvieron en seco, miraron hacia la puerta y se fueron sin decir nada. La chica a la que molestaban sólo me miró y con un asentimiento de cabeza me agradeció sin saber que había pasado en realidad.
 -Chloe, es una orden, toma estas cápsulas, te harán bien, lo prometo. Aparte, entre más tranquila estés, más fácil va a ser todo.- Lo pensé durante un minuto, pero finalmente tomé las pastillas de la rosada y tibia mano de mi amigo y me las tragué con mucha dificultad y casi medio litro de agua.- Muy bien, de hecho, lo hiciste tan bien que te daré algo...- metió la mano dentro de su chaqueta y sacó a Ly, el pequeño peluche azul claro, me lo tendió y se volteó para coger una manta y cubrirme con ella para que descansara.
 -Gracias- Le dije, aunque ahora que me lo pensaba, nisiquiera me detuve a preguntar para que eran tres las cápsulas que me tragué- , ¿Para qué eran las pastillas?
 -Son somniferos, te harán dormir en menos de 10 minutos- Maldita sea estúpido traidor- Lo lamento, pero no había otra forma de calmarte.- continuó diciendo Seth.
 -Estúpido traidor, recuérdame patearte el trasero cuando despierte- Le dije cabreada de  verdad, si había algo que odiaba era que me sedaran, ya que perdía la conciencia y me sentía  muy indefensa. Por lo menos cuando uno duerme de forma natural, inconcientemente está atento al peligro, pero cuando te sedan, no hay nada que puedas hacer.
 -Perdón.- fue lo último que oí antes de perder la conciencia.
Soñé que una niña pequeña muy bonita corría hacia mi por la pradera. Era una niña de piel extremadamente blanca y pálida con una cabellera dorada llena de rizos de lo más lindos, tenía unos ojos claros de un color que no alcanzaba a ver y unos labios de color rosado vivo. La niña llevaba un vestido rosa con flores blancas y unos zapatos hermosos tan brillantes que parecían reflejar el sol. -¡Hermana!- gritaba la niña. Y yo quería creer que era su hermana, porque era tan bonita, que parecía una muñequita de porcelana, pero yo sabía que no tenía una hermana porque mis papás me habían dejado en un orfanato que odiaba, aunque tenía sentido, quizás se la quedaron a ella porque era más bonita. La niña llegó a mi lado y me abrazó -Te extrañé Paige, pero pronto estaremos juntas de nuevo- entonces todo se oscureció de nuevo y empecé a recobrar la conciencia.




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