O.S.I.A.S La aventura de Chloe; el eslabón perdido

Cap 8; La Traidora

Ese día me sentía enérgica así que me levanté y me dirigí al baño con todo el positivismo del mundo para darme una ducha fria que me hizo despertar y me refrescó completamente y todo iba bien hasta que mi mala suerte decidió hacerse presente y arruinar a medias mi mañana; no tenía ropa... ni toalla.
 -¡SEEEETH! ¡NECESITO ROPA... Y UNA TOALLA!- Grité a todo pulmón para ver si me quedaba un poquito de suerte y Seth me escuchaba. Pero no fue así, aunque tampoco es que fuera una suerte totalmente mala, sólo una suerte extraña Ya que si me escucharon, pero...
 - Seth salió y no tenemos ropa tuya, esa era una reserva de ropa que tenía guardada por si algo así pasaba.- Gritó Alex desde el piso de abajo- pero te llevaré una toalla y un poco de ropa mía, quizás te quede un poco grande, pero la de Seth y Stone te vendrá peor.- Ok, era pasable, no era tan malo como podría ser, a pesar de estar atrapado en el cuerpo que tenía a los 15 años, era más alto que yo y su ropa me quedaría levemente suelta.
Un par de minutos después Alex tocó a la puerta del baño y volvió a hablar.
 - Voy a entrar, dejaré todo sobre la mesa, cubrete.- cerré bien la cortina del baño y le respondí con un sencillo "No hay problema", pero si había problema.
Alex entró, pero luego de dar 3 o 4 pasos, resbaló en un charco de agua y tanto la ropa como la toalla salieron volando, Alex soltó un aullido al caer sentado y sólo del susto que eso me dio, me resbalé también y caí enredandome con la cortina de baño que se desprendió del techo y cayó sobre mi junto con la toalla. La ropa por algún extraño milagro del universo, cayó perfectamente doblada y seca sobre la tapa del inodoro y Alex aún sentado justo como había caído, se quedó mirándome mientras yo intentaba quitarme de encima de la cara la cortina de baño sin destapar el resto de mi cuerpo, cuando lo logré, Alex me miró otro momento perplejo y luego ambos empezamos a reírnos como locos ya que si lo hubieras visto desde otro punto, era algo completamente chistoso. Secándose aún las lágrimas Alex se puso en pie y me ayudó a pararme luego de enrollarme en la toalla, me ayudó a salir de la bañera sin ninguna otra lesión y salió del baño para cambiarse la ropa mojada.
Me puse la ropa que me dejó (ropa muy cómoda por cierto, un pantalón deportivo con estampado militar que me quedaba ligeramente suelto, una playera verde musgo que me quedaba un poco más grande que el pantalón y mis zapatillas converse negras de caña alta. Si, se que cualquier desconocido que me fuera creería que me escapé de una escuela militar.) y salí del baño con aires de diva recién salida de un caro salón de belleza francés y bajé a la cocina en dónde todo era... una perfecto desastre. Había un delicioso aroma a panqueques recién hechos y a café, mis dos aromas favoritos después de el de las páginas de un libro nuevo o el de los frutos rojos silvestres húmedos después de una larga lluvia; esos aromas me traían recuerdos familiares borrosos, pero me hacían sentir feliz, tranquila y relajada; me hacían sentir como en casa. 
Pero a pesar del fabuloso aroma, la casa era un desastre, cientos de cosas tiradas por aquí y allá arruinaban todo, chaquetas y zapatos en la alfombra de la sala, platos y tazas acumulados sobre la mesa de la cocina y en el comedor, mantas y almohadas desparramadas por el piso.
 - Stone por favor, no dejes las cosas en cualquier lugar, mi casa estaba perfecta hace una sema.... -Alex se dio la vuelta y al verme se quedó inmóvil.- Rayos Chloe, te ves genial. Nadie creería que hace una semana chocaron tu auto y te destrozaron las piernas y la cara.
 - ...Gracias.- dije aún analizando si era un cumplido o un mal chiste.- La verdad es que me siento mucho mejor hoy, en especial luego de esa ducha que casi acaba en una par de fracturas y una casa inundada.- Alex empezó a reír mientras que Stone sentado a la mesa de la cocina nos miraba sin entender que ocurría.- No te preocupes Stone, Alex y yo seguimos ilesos.- El primer aludido le dio un sorbo a su café, se encogió de hombros y volvió a ver el pequeño televisor que había en un esquina de la casa en dónde mostraban en las noticias los restos de mi auto sobre el título "Familia Cliffmann desaparecida. El auto de Chloe (hija adoptiva del matrimonio) es hallado volcado y vacío en la ruta Me espanté al ver como se encontraba; volcado de forma que el techo estaba apoyado en las piedras del fondo de un barranco, las puertas abiertas y abolladas sin vidrios, las ruedas sueltas y una colgando de un eje del auto, pero a pesar de todo eso, al interior no había nada, ni una maleta, ni una mancha, ni mi pequeño peluche, aparte estaba siendo cubierto por una fina capa de la nieve tan común en Canadá.
 - ¿Cuándo sacaron todas las cosas del auto?- Le pregunté a Stone
 - Mientras te dedicabas a dormir princesita -habló burlón Stone- tu no Príncipe hermano y yo, el bombón más guapo y codiciado de la galaxia, te dejamos en esta casa con el heroico doctor Alexander para luego volver y retirar las cosas que quedaban al interior. Las recuperamos todas, pero las quemamos para que no nos rastrearan.- Seguramente me quedé con la boca abierta o algo así porque Alex me sujetó el hombro y me sacudió un poco.
 - ¿¡Quemaron todas mis pertenencias?! ¿Y mi billetera? ¿O mis llaves.. o mis fotos especiales?
 - Tranquila majestad, salvamos un par de cosas... creo. Pero si de algo sirve, cuando revisamos las maletas... sólo tenían millones y millones de dólares en efectivo... por eso pesaban tanto.
 - Lo siento Chloe, pero que quemaran todo era lo mejor, así no podrán rastrearte.- Parecía triste pero seguro de lo que decía, así que le creí sin cuestionar nada. Seguramente él también intentó huir una vez pero lo atraparon por no deshacerse de algunas pertenencias. Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando reaccioné y miré por la ventana... o lo que quedaba de ella. Nieve. Y es que así era el clima a veces, un día había un sol primaveral y las flores cantaban del gozo y al otro ¡boom! Tu ventana estaba cubierta por un muro gigante de nieve.
 - ¿Cómo rayos nevó tanto y aquí nisiquiera hace frío?- pregunté incrédula al notar que mi playera manga corta no me resultaba muy fresca para llevar mientras nevaba, sino que me resultaba muy cómoda y agradable.
 - Tu - dijo Alex mientras me indicaba con el índice.
 - ¿Yo? -Esto no tenía sentido alguno
 - No controlas tus poderes, pero ellos se encargan de mantenerte lo más cómoda y a salvo posible. De hecho, te apuesto a que te diste una ducha fría porque despertaste muy acalorada- Eso era cierto-, tu piel parece una estufa justo ahora y niveló la temperatura de toda la casa. Gracias.
 - Ok, necesito empezar a...- alguien tocaba a la puerta principal de forma desesperada, así que corrí hacia la entrada y vi por la mirilla quien era. Abrí rápidamente y Seth, acompañado de una chica desconocida se desplomó dentro de la casa. La chica se puso en pie y la sujeté justo a tiempo porque sus piernas no resistieron y se cayó, la agarré con firmeza y la ayudé a llegar al sofá mientras Alex y Stone ayudaban a Seth a levantarse del frío piso de cerámica.
La chica era gordita y un poco más baja que yo, su cabello rubio estaba atado en una coleta que le quedaba genial, su ropa, un pantalón café bajo el que llevaba unas panties de red y un top rosa sandía, estaba empapada por completo y su piel clara estaba casi azul a causa del frío, aunque ahora que me fijaba mejor... su piel si era azul. Me concentré en su ropa y la imaginé completamente seca, el positivismo con que me había levantado ese día me ayudó mucho y me permitió secar su ropa sin mayor esfuerzo, pero un par de minutos después la chica empezó a murmurar cosas inteligibles hasta que consiguió decir la frase clave:
 - Agua, necesito agua, no puedo morir sin entregar el mensaje.- Sin pensármelo dos veces, hice aparecer un vaso con agua (ni yo entiendo bien de donde salió) y se lo entregué, pero en vez de beberselo... se lo arrojó en la cara. De inmediato reaccionó y se activó como si le hubieran inyectado epinefrina a la vena, se enderezó y se sentó en el sofá, examinó todo alrededor durante algún tiempo, estudió a Alex, Stone y Seth y finalmente reparó en mi.- Princesa Paige - Se levantó del sofá y se arrodilló frente a mi.- Perdone lo irrespetuosa que fui.- ¿¡Que rayos?! 
 ~ Seth, ¿Estás bien?~ 
 ~Me duele la cabeza por el frío, pero estoy bien~ Hasta su voz mental sonaba adolorida, como si además de ser cubierto por nieve y una temperatura extremadamente baja, también le hubieran pisoteado el cerebro.
 ~¿Quién es ella y qué está ocurriendo? Son las 10 de la mañana y ya se volvió raro el día.~ Miré a Seth, pero estaba tendido en la alfombra como si hubiera llegado borracho y se hubiera tendido allí un momento para que se disipara la jaqueca.
 ~Ella es Lara, la encontré en un parque no muy lejos de aquí pero viene del reino, la envió tu hermana Maya. Es una mensajera de tu hermana y traidora a los Reyes, te recomiendo escucharla y usar tus poderes para saber si dice la verdad o no, aunque parece bastante sincera.~
 ~Ok, gracias.~
 -Esto... Lara, sólo... sé más informal, ¿ok?- la aludida se puso en pie y luego se sentó mientras asentía con la cabeza y me miraba con unos impresionantes ojos azules que me recordaba al mar en algunas playas Estadounidenses.
 - Mi Hermosa y valiente princesa -No llevaba ni cinco minutos con ella, pero su manera de hablarme, como si yo fuera superior, me estaba molestando- su hermana, la princesa Maya, me ha enviado a usted con un importante mensaje... que he olvidado.- Esto tenía que ser una broma de mal gusto, ¿no?
 - ¿A qué te refieres con que lo has olvidado?- pregunté un poco más molesta de lo que quería, por lo que Lara se espantó y dio un brinco en el sofá.
 - Perdóneme señora, es que si paso mucho tiempo fuera del agua, olvido todo. No soy de mucha utilidad en el Reino ya que no hay océanos cerca y las Drops como yo - ¿Drops? Sé que Drops en inglés significa gota, así que lo más probable es que tuviera poderes acuáticos menores- , vivimos en el agua y aunque podemos adaptarnos a la tierra, sufrimos de la pérdida de algunas habilidades o capacidades. Yo pierdo la memoria, pero si tan sólo me permitiera un rato en una bañera con agua con sal, recordaré todo. 
 - Emmm.... Esto, ¿Quién te envió y como nos encontraste?- hablé con la voz un poco más firme.
 - Ohh claro, perdóneme señorita, es que a veces olvido que es la hermana de la señora y la hija de los bondadosos Reyes.- En mi mente me estaba golpeando la frente contra un muro de cemento- Su hermana, la princesa Maya me envió a buscarla con una brújula mágica, es la única del mundo y la hizo su inteligente hermana...
 - ¡ALTO! No creas que soy...- iba a decir que no era la princesa, pero Seth se enderezó rápidamente y me amenazó con la mirada mientras Alex fingía cortarse el cuello con un dedo para detenerme.- ...No te refieras a mi como si fuera superior, sólo llamame Chloe, ese es el nombre que adopté hace tiempo.
 - Claro, claro, perdóneme seño... Chloe. Ok, como le... te decía, Tu hermana construyó una brújula mágica para guiarme hacia ti, así que sólo la seguí y llegue aquí en dónde la brújula activó una alarma cuando pasé junto al pelirrojo.- Dijo indicando a Seth- Creo que es muy cercano a ti ya que la alarma se disparó a todo volumen y me dolieron los oídos.- se empezó a rascar la oreja derecha distraidamente mientras volvía a examinar la casa con sus oceánicos ojos.
 - ¿Y qué es eso de que eres una traidora?- se tensó al instante y miró al suelo muy incómoda.
 - Bueno, es que los Reyes cambiaron luego de que ustedes se fueran y creo que hay gato encerrado ahí, porque su... tu hermana me llamó con la escusa de que necesitaba que la peinara (trabajo como peluquera a pedido y desde la primera vez que peiné a la señorita nos hicimos buenas amigas), pero cuando entré a su habitación, cerró las puertas con llave y me dio  la orden directa de traerte un mensaje y además me prohibió completamente contarle a cualquier otro que no fueras tu o tus amigos. No recuerdo más, pero ahora mismo me meteré a la bañera; en una hora recordaré todo a la perfección. Y... ¿Podrían darme algo de comer?, llevo una semana buscandolos y más de 3 días sin comer, a pesar de ser casi agua, siento mucha hambre.- Y sin decir más, se fue hacia el baño y pronto sentimos el agua correr con fuerza a pesar de que probablemente las cañerías se estaban congelando. Me levanté y camine hacia la alfombra en dónde Seth aún se hallaba tendido con las piernas y brazos lo más separados del cuerpo posible.
 - Seth, ¿Estás bien?¿Qué te pasó?- ahora que estaba junto a él, me percaté de que tenía una muñeca, la muñeca izquierda, doblada en una posición antinatural... de hecho, creo que estaba rota.
 - Me atropelló un camión por culpa de la chica. La bocina de su brújula chillaba como loca y me hizo mirarla durante un estúpido segundo ¡AUCH!- pasó a mover la mano- un estúpido segundo que bastó para que el estúpido camión me pasará por encima de la estúpida muñeca. Y luego cuando logré levantarme, un hombre me reconoció y empezó a gritar que había visto a Seth Cliffmann y que la recompensa era suya. La mensajera de tu hermana caminó hacia mi y me ayudó a ocultarme en un callejón durante algún tiempo, hasta que ella se empezó a congelar por estar hecha más de agua que de otras cosas.- entornó los ojos para ponerlos en blanco - Finalmente tuve que arrastrarla hasta aquí porque casi no podía moverse.- suspiró pesadamente y se cubrió los ojos con el antebrazo derecho.- Alexander, por favor haz tu magia, esta idiotez duele muchísimo.
 - Claro, claro, ya mismo te reparo el hueso, pero necesito que te quedes quieto. Ahh y te advierto, esto va a doler un poco porque tengo que reacomodar todo lo que hay dentro de tu muñeca y mano sin ver, así que probablemente duela un poco.- Alex se quedó quieto y en silencio un minuto, como si evaluará una posibilidad, y luego dijo- ¿Quieres una pastilla para dormir? Te dejará grogui todo el día, pero no sentirás absolutamente nada.
 - Dame tres o cuatro de esas, si hay algo que odio son las fracturas. Y repararlas lenta y dolorosamente suena aún peor.- Al ser deportista y muy activo, Seth se había hecho varias fracturas de niño y adolescente, así que odiaba los yesos y cualquier tipo de vendaje que lo inmovilizara
 - Iré a preparar más desayuno para todos, ¿Seth estás seguro de tomarte las pastillas? Voy a preparar mis super panqueques con malvaviscos.- No quería que estuviera dormido por si debíamos huir, sería muy difícil sacarlo así. Se destapó un poco los ojos y me miró fijamente durante un minuto que se me hizo eterno.
 - Tienes razón, vale la pena sufrir un poco con tal de comer super panqueques con malvaviscos.- Sonrió y volvió a cubrirse los ojos.
 - Chloe, no me quedan malvaviscos.- Dijo Alex- Pero si quieres te puedo ir a comprar.- sugirió no muy emocionado. No le contesté con palabras, pero extendí la mano y me concentré en hacer aparecer dos bolsas de las deliciosas sustancias en mi mano. Y ¡poof! No aparecieron dos, sino tres bolsas de malvaviscos blancos.
Alex sonrió y me guiñó un ojo antes de volver a concentrarse en curar la muñeca rota y casi desintegrada de Seth que seguía quejándose desde el suelo.




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