-Llegas tarde- hablo aquella sombra sentada en el sillón-
-Lo lamento estaba con mi hermano y su esposa-
-¿La comadreja y la ratona de biblioteca?- rió divertido.
-No les digas así. Y si. Con Ron y con Herms que es su esposa.
La persona no supo porque, pero al escuchar lo último, sintió como una punzada en su pecho lo cual lo molesto y bastante- Sabes tendré que castigarte Ginebra Weasley- y sin más el rubio atacó feroz los labios de la pelirroja.
-Dra.... Draco- gimio para entregarse una vez más a la pasión.
Harry Potter sería siempre su esposo y el amor de su vida, pero Draco Malfoy era el hombre que siempre había deseado. Contradictorio a lo mejor, pero él lograba borrar todo recuerdo de su vida matrimonial por unos momentos.
-Muy bien PECAS, mi nombre es Tom. Tom Marvolo Riddle Gaunt. Mucho gusto.- se presentó dando un apretón de mano.
Un momento! Ese era el nombre de!...........
Al escuchar la gran carcajada a su lado, volteó a ver a su acompañante que se había sentando a su lado. Ella lo miró curiosa e interrogativa, por su parte él trataba de controlar su risa. Realmente se veía atractivo.
-Lo siento... de verdad lo siento pecas. Veo que eres de Londres. Pero no, no soy Lord Voldemort, se supone que el esta en el reino de la sombras, donde su alma estará por siempre sin poder regresar ni siquiera como fantasma. Yo soy su nieto.- la pelirroja no pudo evitar poner cara de sorpresa al escucharlo. ¡¿El era nieto del que no debía ser nombrado?!
-¿Y quien era tu abuela?- no pudo evitar preguntar, ni siquiera supo cuando las palabras salieron de ella. Pero de inmediato el chico cambio su semblante divertido a uno serio.
-Eso no te importa- dijo tajante y miro hacia frente.
-Si que es bipolar- pensó, aunque el.chico pareció escuchar sus pensamientos porque fruncido aun más el seño.
Poco a poco los estudiantes iban llegando, llenando el salón. Fue en ese momento que se dio cuenta que el tal Tom, era una persona totalmente diferente a como se había mostrado minutos antes con ella. Era alguien frío, solitario, líder. Por lo que observaba todos los estudiantes le guardaban respeto, admiración y no sólo ellos, sino también de los profesores, si eras demasiado observador te podrías dar cuenta que él ligeramente los manipulaba.
La pelirroja no podía parar de pensar que él y Voldemort tenían cierto parecido por lo que le habían contado sus padres y su padrino, claro cuando aun se llevaban; pero a la vez creía que había algo que los diferenciaba, aun no sabía que.
Pero tampoco quería descubrirlo, no por miedo a él, sino por miedo a que su familia, Ministerio y demás se enterarán de su existencia y dieran con ella o peor que lo hicieran pagar a él por algo que no sólo ya había pasado, sino por algo que él no tenía culpa alguna.
Una vez terminadas las clases, Rose fue la primera en salir, no espero ni hablo con nadie a pesar que algunos más intentaron hacerle la plática.
-¿Van a salir?- preguntó al ver a la pareja con maletas.
-Si cariño, iremos a la....- Victore se pauso, no sabía si estaba bien decirle a Rose.
-A la madrigura- arrastró aquellas palabras Teddy, no quería ver a nadie. No sabría que hacer cuando los viera, tendría ganas de golpearlos y eso era seguro.
-Oh, que tengan un buen viaje- sonrió Rose. Sabía que ellos nunca la delatarian-Teddy- ambos que estaban por salir se detuvieron y giraron a verla- No quiero que tomes represalias, por favor. Ellos no te han echo nada, además les extrañaría mucho tu actitud.
El metarfomago sólo sonrio- lo intentaré, aunque no te prometo nada. Aun quiero golpearlos- al decir eso, su novia golpeó su hombro- Auch- se quejó mientras las chicas reían.-Nos vemos Rose.
-¿Ya se fueron?- pregunto su tío saliendo de la cocina, a lo que ella asintió-
-¿Tío hoy no vas a trabajar?-
-Si, pero me tome el día, hoy estaré contigo. Así que Cuéntame que tal tu día.- dijo sonriendo.
Rose no sabía si contarle lo del chico, así que le contó todo lo demás a excepción de él. Le renconfortaba saber que su tío se encontraba a su lado y que no estaba sola; su trabajo era duro, pero a pesar de eso se había tomado no sólo el día, sino también el tiempo por ella. Algo que sus padres jamás habían echo, le agradaba estar con el y sus primos que aunque ellos no se quedarán mucho tiempo.
En la madriguera.
Casi todos los primos se hallaban reunidos en la madriguera, Ya Que el siguiente Día regresarian a Hogwarts, siendo su último día de vacaciones navideñas.
-Por fin regresamos a Hogwarts. Ufff....- hablo Fred II Weasley.
-Si, la última broma que hicimos fue épica. Ojalá así haya aprendido la lección, no puede molestar a mi hermanita- dijo James quien abrazó a su hermana menor.
-Yo... Yo de verdad se los agradezco. No hubiera querido esto, pero......- fue en ese momento en que la pequeña de los weasley estalló en lágrimas- yo ya no podía más. Cada vez me hacía más daño. Incluso trato de quitarme a Scorpius, aun sabiendo que era mi novio y mis sentimientos, se le declaró. Yo confíe en ella- lloro. Acto que hizo que todos corrieran abrazar a la pequeña Potter.
-Lily tranquila, ella ya no esta. No podrá dañarte otra vez.- la consolo Albus.
-Yo nunca me imaginé que Rose fuera capaz, pero tú nunca nos mentirias. Y si no iba a dejarte en paz por la buenas, debíamos actuar. Nadie se mete con los Weasley- hablo Lucy.
-Yo tampoco creí que fuera capaz de dañar a la familia. Ni pensar que me llevaba tan bien con ella. Sólo era una egoista- terminó Roxanne
-Será mi hermana y todo, pero no debió lastimarte. Siempre estaremos contigo. Eso no lo olvides- el pelirrojo se oía serio y decidido Rose sería su hermana, pero NADIE debía meterse con Lily.
La menor de los Potter no podía estar más orgullosa de lo que había logrado con su bella familia, toda su lealtad era absoluta a ella y se encargaría que así fuera. Ella era la menor, por lo cual debía recibir más cariño, y Rose con su estúpida perfección se lo arrebataba. Asi que, ¿Porqué no arrebatarle su perfección? Había logrado su cometido incluso los Granger Weasley se avergonzaran de Rose
Todos confiaban en ella, ahora su familia era perfecta dejando a un lado a su prima.