Ya había pasado al menos 3 meses desde que había entrado al colegio, sin embargo aun no se sentía segura.
No hablaba con nadie a excepción de Alice, y sólo intercambiaba unas cuantas palabras. Cada vez que alguien trataba de acercarse, Rose se alejaba sin darles la oportunidad de conocerse.
Eso logro que se llevara el apodo de "La mariginada" Cosa por la cual era molestada, pero no era algo que le importase.
-Nada de lo que ellos dicen, se compara con lo que mis primos y "amigos" me hacían- se decía.
No importaba que le dijeran, ella no iba a pelear o a discutir, sólo le interesaba estudiar para poder trabajar quizás en el Ministerio.
-Vaya, vaya miren a quien tenemos aqui- no, no, no. La pelirroja volteó asustada esperando que no fuera quien creía- si es Rose Granger Weasley.
-Maldita sea-se maldijo.
-Así que lo que dijo Lily era cierto. Escapaste. ¿Y eras princesa de Griffyndor?- río la chica de ojos azules y cabellos Castaño.
-Déjame en paz Martha- la había conocido tan sólo hace un año, en un campamento al que sus padres la habían enviado con su tío Charlie, sin embargo ella no fue la única en ir. Martha Collew y Lily se habían echo grandes amigas y aliadas contra ella.
-Y dime ¿Dejaste de dañar a Lily? Porque déjenme decirles amigos que esta ES UNA OFRECIDA- gritó llamando la atención de varios estudiantes- FUE CAPAZ DE OFRECERSE AL NOVIO DE SU PRIMA.
Todos murmuraban a su alrededor. Rose se abrió paso como pudo y corrió hacia el baño.
-¿Porque? ¿Porque otra vez?- se pregunto mientras ss encerraba en el. Ya había dejado eso atrás u ahora que podía continuar y empezar de nuevo, tenía que pasar esto.
Lloro por un largo tiempo- parezco Myrtle la llorona- se rió un poco- ahora sólo falta que muera.
En ese momento comenzó a escuchar ruidos extraños, alertandose.
-Abre la puerta, soy prefecto. Las clases han terminado hace media hora- resignada se lavó el rostro y abrió la puerta- vaya. Nunca imaginé que fueras tu de la que tanto hablaban Granger.- rió el prefecto.
-¿Qué? Vas a burlarte o insultarme. Adelante hazlo. Estoy acostumbrada a ello- hablo tristemente alejándose.
Tom no sabía porqué, él nunca se había preocupado por nadie que no fuera el o su "madre" Pero no le gustaba verla así. Suspiró y se jaló por suavemente el cabello- Mañana será un día muy pesado para ti pecas.- sacó su teléfono y marco un número en especial- ¿Mharta?
-¿Tom?- se escucho la chica emocionada a lo que el rodó los ojos.
-Me gustaría hablar contigo, ¿tienes tiempo?
-Pues, iba a marcarle a una amiga, pero puede esperar. ¿A que hora te veo?-
-Estúpida- pensó mientras daba indicaciones.
Rose le había contado lo sucedido a su tío, lo cual, lo alarmó, sin embargo él logro calmarla prometiendole que todo estaría bien. Sabía que el mismo debía creerselo, aunque por dentro estuviera igual o más preocupado que ella. Jamás permitiría que se la llevarán, y si debía esconderla en otro lugar lo haría. Pero antes tenían que esperar a ver que sucedía.
Rose suspiro y temerosa entró al colegio, de nuevo era el blanco de toda la atención. Podía escuchar como algunos murmuraban.
-Rosie- llegó corriendo Alice- ¿Estas bien?
-Si, ahora es mejor que te alejes de mi. Si no quieres que también hablen de ti.- Sin más que decir paso de ella.
Alice la miró sorprendida, Rose parecía saber de lo que hablaba-¿Ya paso por esto?- se pregunto preocupa.
En definitiva su amiga había cambiado. Era desconfiada. Desde que la volvió a ver estaba todo el tiempo con la mirada triste, sólo sonreía cuando Teddy, Victorie o Charlie venían por ella. Huía de los nuevos amigos. Esa no era su Rosie.
Las clases para Rose, pasaron lo más normal posible. Aunque se escuchaban murmullos de ella, nadie a excepción de los amigos de Martha la atacaban, y sólo eran un par de palabras (como zorra, ofrecida, baja novios) lo que le decían. Eso era nada, a comparación de lo que había pasado en su último año en Hogwarts, donde no había tenido ninguna mano amiga que la ayudará. Todos y todas le habían dado la espalda.
Al terminar las clases, Rose se dirigió al sanitario para lavarse el rostro, sus pesadillas habían regresado y no había podido dormir.
Una vez abiertos los ojos noto que no estaba sola.
-¿Qué le dijiste a Tom?- sollozo furiosa la castaña.
-¿De que hablas?- la miró confundida, no le había dicho a nadie más que a su tío.
-No te hagas la mosquita muerta- gritó otra chica la cual salía de un rincón junto a otras dos-
-Ayer Tom me citó, para hacerle jurar que no diría le diria a nadie de Londres donde estabas- sollozo- me hizo pactar con un juramento inquebrantable.
-Eso no es de señoritas- dijo un grupo de chicos entrando. Rose rápidamente sacó su varita.
-Fermaportus- conjuro Martha logrando que la puerta se cerrará y algunas chicas y chicos se colocaron en frente para que no pudiera conjurar su contra hechizo.
Rose al ver que se acercaban-Levicorpus- dijo señalandolo a un par que fueron colgados.
-Crucio- se escucho hablar a la castaña. La pelirroja sintió un inmenso dolor en todo el cuerpo.
En ese instante se escucho y se vio como un gran rayo salía de la varita de Riddle.
-Por Merlin. Se puede saber que rayos les pasa- todos intentaron huir, sin éxito ya que Riddle los había hechizado con un Impedimenta. Para su corta edad el ya manejaba los hechizos no verbales a la perfección.
-Todos tendrán un castiga severo- y sin más fueron dirigidos hacia el despacho del directos junto con su patronus el cual explicaba lo sucedido.
Sin decir nada tomo entre los brazos a la chica- yo sola puedo caminar- hablo ella tratando de ponerse de pie. Cosa que fue impedida por él.
-No. Y no lo harás.