Tras pedir varias copas de más, decidimos que es hora de ir a algún sitio mucho más informal, hasta que acabamos en una de las discotecas de la ciudad donde solo al entrar parece que no fuera a poder entrar nadie más. Está hasta arriba pero decidimos atravesar la multitud hasta llegar a la primera barra que encontramos para pedir. Un par de chupitos nos anima lo suficiente para dejarnos envolver por la música, la cual deja de estallar en mi cabeza y se vuelve en una sinfonía que no puedo evitar de bailar. Acabamos bailando con otras personas sin importar sus nombres. Un chico bastante atractivo me sujeta con firmeza la cintura mientras se mueve junto a mi. En este momento no me importa nada más, igual solo necesitaba esto, no pensar en nada y divertirme. Me envuelve en sus brazos y pienso que no se está tan mal aquí, su aliento sobre mi cuello me estremece y cuando quiero reaccionar me envuelve en sus labios, y un beso lleno de pasión por todas las copas que llevo de más hacen que me sienta viva. Y esa sensación me gusta. Me besa mientras sus manos acarician mi cuerpo. Le sujeto de la nuca adentrando mi lengua en su boca, y sus manos me recogen mi parte trasera con fuerza. Al despegarme de él mi cabeza parece aturdida hasta que me bloqueo al creer ver a alguien. Alguien que me sigue recordando. Lo siento aquí,pero sé que es un efecto del alcohol y que me seguirá perturbando hasta que lo supere. Pero parece que no quiero hacerlo. Siento su mirada encima de mi y siento que es tan real. No puede ser, Gin. Son imaginaciones tuyas otra vez, una vez más.Suspiro y me alejo de aquel chico dejándolo con la palabra en la boca. Me siento en la barra y sostengo la
Copa situada en la mesa como si se fuera a escapar de mi. La voz de Laura detrás de mi hace que la suelte aunque mi mano no deja de temblar.
-Quieres que nos vayamos,¿Verdad?-me da una mirada dulce y asiento sin hablar. Me bebo de un trago la copa y salimos de aquel local. El frío hace que se me inunden los pulmones cosa que agradezco ya que no creo que esté bien cuerda en este momento.
Nos subimos al coche y recorremos las calles de París hasta que lo vuelvo a recordar.
-Le vi-digo hacia mi pero con un pequeño detalle, en voz alta y Laura me mira extrañada.
-¿A quien?- aparta la mirada para seguir conduciendo.
-A él...- suspiro.
-¿Como que lo has visto?-dice extrañada entendiendo perfectamente a quien me refiero.
-No lo sé- me froto la frente intentando ser realista- creo que lo vi por un momento, pero luego las copas me aturdieron, creo que me está pasando factura toda esta mierda- cierro los ojos y apoyo la cabeza en mi brazo dejando que el aire me arrope.
Me acaricia la espalda y decide que no es buena idea seguir con esta conversación así que no habla hasta que llegamos a mi piso.
-Gracias por sacarme de casa, después de todo fue una buena noche- sonrío y dejo que me envuelva en sus brazos.
-No olvides que eres maravillosa, Gin.
Subo por el ascensor y cuando entro en el piso me dejo caer en el sofá, queda poco para que amanezca y lo único que me hace relajarme es pensar que mañana no tengo que ir al trabajo. Dormir es lo único que me va a venir bien.
Maldito sonido. El teléfono suena una y otra vez pero mi cuerpo me impide cogerlo. Nada importa más que seguir soñando con esa sonrisa que me envuelve como si nunca me fuera a caer, pero esta vez me caigo al volver a oír el teléfono. Abro los ojos y miro a ver quien me llama a estas horas, son sólo las 8 de la mañana y me he dormido hace un par de horas, por favor. Al ver el nombre de mi jefe me da un pequeño infarto y decido contestar.
-¿Siii...?- intento no sonar reventada pero casi lo consigo.
-Por Dios Gina,llevo llamándote no sé cuantas veces, ¿se puede saber para que tienes el telefono?- suena enfadado y eso hace que por un momento me sienta culpable.
- Es sábado Lucas, pensaba que hoy no haría falta-digo con cierto sarcasmo.
-Pues no pienses tanto, te necesito aquí en una hora, al final la reunión se hace hoy para acabar de ultimar los detalles que quedan, y no permito que llegues tarde.- sentencia y cuelga sin recibir mi respuesta. La cual era "que te jodan".
Me levanto de mala manera con un dolor de cabeza insoportable, y aunque necesito volver a la cama decido darme un baño de agua fría. Salgo temblando pero despejada. Me preparo lo más rápido que puedo poniéndome un conjunto que se basa en unos pantalones de traje algo ajustados con un body de media manga. Por encima me coloco una americana y la luzco con una coleta alta y marco mis labios de un rojo pasión que le da a mi aspecto la suficiente seguridad como para hacer frente a esa reunión de los demonios.
Ahora mismo odio a Laura, odio mi trabajo y odio todo. Cojo mi coche y voy lo suficiente rápido como para que me llegue una querida multa a mi casa, pero no lo doy importancia, ya que si llego tarde igual mi despido es el que me espera. Cuando consigo estar en el ascensor de la empresa suspiro intentando calmar mi cansancio y mis nervios. Al abrir la puerta una cara reconocida me recuerda mis males.
-¿Era buena idea salir entonces querida?- digo con asquedad.
-Y yo que sabía que tu jefe iba a jodernos el sábado- rechista y me sigue hasta mi oficina.
-Tendrías que ver lo exigente que estaba esta mañana cuando me llamó-Niego recordando las 5 veces que me había llamado y no había contestado. Por un momento sonrío dentro de mi, es lo más loco que he hecho en estos últimos meses, no coger el teléfono a mi jefe, bien Gina.
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OS ESTARÉ LEYENDO MUY PRONTO PRÓXIMO CAPÍTULO.
¿QUE OS ESTA PARECIENDO GINA?
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