8.


 

Otra fiesta. Sí, ya ha pasado toda la semana de nuevo, y con ello llega otra noche de viernes. Nick está planificando otra salida al club y yo solo escucho sin prestarle mucha atención.

El sábado después de estar en la casa nos fuimos al piso de los chicos. Alex ha pasado algunas noches conmigo, haciendo que todas mis pesadillas desaparezcan. No me ha llegado ningún mensaje más, cosa que me tranquiliza bastante, la verdad.

- Oye, Ali. - Mike me saca de mis pensamientos y le miro sonriendo - en una semana es tu cumpleaños, ¿no? - sabía que no lo dejarían pasar tan fácil - Tenemos que hacer algo para celebrarlo.

- No hace fal...

- Ni se te ocurra, Alicia Green. Cumples 18 y además, llevamos tres años sin celebrarlo. - Nick me regaña, serio, y yo me limito a asentir - tenemos que hacer algo inolvidable.

- ¿Por qué no me habías dicho que iba a ser tu cumpleaños? - me pregunta Alex, hablándome al oído.

- No me parecía importante. - me encojo de hombros restándole importancia.

- Alicia odia su cumpleaños. - añade Nick.

- Pero nosotros la animaremos. - concluye Mike.

- ¿Y qué se supone que queréis hacer, queridos amigos? - apoyo el codo en la mesa y recuesto mi cabeza en la palma de mi mano, mirando a los dos chicos que tengo enfrente.

- Déjanoslo a nosotros. - me aseguran con una sonrisa que no me da ni un poquito de confianza. Y así, sin más, vuelven a hablar de la fiesta de esta noche.

Vuelvo a mi casa agotada y me dejo caer en el sofá resoplando. Oigo la risa de mi madre y me incorporo un poco para verla mirándome desde el otro lado del sofá.

- ¿Cansada?

- Muchísimo. - se sienta a mi lado y me recuesto en su regazo dejando que me acaricie el pelo.

- Ali, cariño. - Oh no, eso suena mal. Me incorporo de inmediato para mirarla a los ojos. - Tenemos que hablar.

- ¿Ha pasado algo?¿He hecho algo? Juro que...

- Cállate y déjame hablar, Alicia. - me dice seria cortando mis palabras. Asiento y dejo que hable. - Bien, supongo que es mejor decirlo directamente... - suspira y me tenso esperando que continúe - tu padre ha salido de la cárcel.

- ¿Qué?¿Cómo?¿Cuándo?¿Por qué? No puede ser, esto no puede estar pasando. - Mi cuerpo tiembla y el miedo que había conseguido retener vuelve a invadirme. Siento que todo a mi alrededor desaparece, el aire deja de entrar a mis pulmones y los oídos me pitan. El corazón golpea mi pecho con fuerza. - Va a volver, va a volver, va a volver. Vendrá a por mí... no quiero que me haga daño, ni a tí.

- Hey, cielo. Mírame, respira, tranquila... - enfoco los ojos de mi madre, que me mira asustada. Coge mi cara entre sus manos y limpia las lágrimas que ni siquiera sabía que habían caído y niego frenéticamente. - Él no va a venir, ¿vale? Estaremos bien.

- Yo... necesito salir de aquí. - Me levanto a toda prisa y subo las escaleras corriendo. Me cambio de ropa e intento callar esa voz que me dice que soy una irresponsable y que debería quedarme en casa, a salvo. Marco el número de la única persona que me podría ayudar ahora y contesta al instante.

- Ha vuelto.

Media hora después estamos sentados en el mismo reservado de la última vez. El chico a mi lado me mira preocupado mientras bebo directamente de la botella de vodka que me han traído. No lloro, no hablo, estoy completamente paralizada.

- Ali, cariño, necesito que hables, que digas algo, lo que sea...

- Nick, estoy bien, enserio. - pero él sabe que miento, me conoce.

- No, no estás bien, nada está bien. ¿Cómo cojones le han sacado?

- No se va a acercar a mí, y si lo hace sabré arreglármelas. Tú solo, no se lo cuentes a nadie.

- Pero Alex...

- Alex no va a saber nada de esto porque no hay de que preocuparse, ¿vale? - Nick asiente despacio y yo sigo bebiendo en silencio. Supongo que estará pensando que soy una irresponsable. De hecho, puede que lo sea, pero no puedo quedarme encerrada en mi habitación muerta de miedo, no de nuevo.

Un rato después oigo las voces de los chicos sobre la música. Mi mejor amigo me da una mirada preocupada y yo fuerzo una sonrisa justo cuando abren las cortinas.

- ¿Me echabas de menos, guapa? - Alex se deja caer a mi lado rodeando mis hombros con su brazo. Huele a alcohol y me fijo en sus ojos. El rojo destaca con el azul de sus ojos.

- ¿Cuánto has bebido?

- Nada...

- Oh venga ya, Alex, ¿enserio? - me aparto bruscamente de él y me mira un poco aturdido.

- ¿Pero qué te pasa? - me pregunta sorprendido.

- No, ¿qué te pasa a ti?¿Con quién has estado? - sé que me estoy pasando, que estoy pagando todo lo que tenía dentro con él, pero no puedo evitar que la sangre arda en mis venas cuando veo como me mira.

- ¿Y a ti que mas te da? - abro la boca y le miro soltando todo el aire por la boca. - Ni que fueras algo mío como para poder controlarme.

- Genial, me voy de aquí. - me levanto del sofá y abro las cortinas sosteniendo aún la botella en la mano.

- ¡Alicia! Joder, Alex... - oigo detrás de mi. Sigo andando sin mirar atrás, me escabullo entre la gente, la música golpea en mi cabeza y me empiezo a marear. - Ali. - siento como toman mi brazo y me giro asustada, temiendo lo peor. Sin embargo me relajo cuando veo a Mike mirándome preocupado. - Hey, cálmate. ¿Quieres hablar?

- Estoy bien, Mike. Vuelve con los chicos, tranquilo.

- Vamos fuera a hablar, por favor. - asiento rendida y le sigo a la salida.

- Nick estaba al borde del colapso, ¿qué os pasa?

- A Nick nada, es un exagerado. A Alex, no lo sé, ni me importa. - respondo simple, resoplando.

- ¿Y a ti? - pregunta acercándose ligeramente a mí.

- No me pasa nada. - me recuesto en la pared tomando aire profundamente. Me siento agotada por todo lo que ha pasado hoy.

- ¿Y qué ha sido lo que ha pasado ahí dentro?

- Por Dios, Mike, deja de hacer preguntas. - me llevo las manos a la cabeza y bajo la mirada al suelo. Siento sus manos en mis hombros y me tenso bajo su toque.