—Entonces... ¿tienes un alien metido en el cuerpo?
Peter frunció los labios meditabundo pues no se sentía conforme con esa descripción. Era un poco simplista decirlo así sin más y llevaba lo que parecía una vida lidiando con Venom como para reducirlo a "un alien". Era mucho, mucho más complejo que eso. Decir alien sonaba a algo lejano, poco tangible o corpóreo. Y Peter sabía que Venom era un paquete completo y algo bastante alejado de la versión cinematográfica que vio en "El día de la Independencia".
Pero, pese a lo poco abarcativo del concepto, debía admitirle a Ned que no por eso era menos acertado. Llanamente era eso, ahora, la falta de información hacía la situación mil veces más compleja y diferente.
El señor Stark y él intentaron de mil formas sacarle a Venom de qué planeta venía, cómo llegó a la tierra o a manos de Marcell al menos; pero nunca les soltó prenda, ni un pobre e inútil dato les quiso dar pese a que lo intentaron sin descanso por varios días consecutivos.
Tony probó varias cosas (trampas en las oraciones en su mayoría) intentando confundirlo o enterrarlo con sus legendarios juegos de palabras para hacerlo dar un traspié, más nada funcionaba. Y para peor, como si fuera que les faltaba algo, cada vez que se volvía todo muy intenso y Venom se enojaba, Peter tenía que luchar por conseguir hacer que el simbionte se volviera a meter en su cuerpo, impidiendo que el señor Stark pudiera continuar el interrogatorio.
Sabía de sobra que el millonario lo miraba frustrado en esos momentos, como si Peter le estuviera arrebatando algo, pero no pensaba permitir más incidentes. Suficiente difícil para él era llevar la convivencia sin ponerlo realmente molesto. Era obvio que Venom no estaba nada interesado en compartir cosas de su lugar de origen o su vida en este al menos.
Así que, la noche en la que debió huir cuando Tony se volvió en verdad, verdad, intenso con sus preguntas (olvidando completamente la idea de ser sutil) Peter le juró a Venom que, si no lo atacaba, él no iba a permitir que volviera a interrogarlo.
Ese fue el primer acuerdo que hicieron y para su tormento personal, ni siquiera fue el último.
Él, por su cuenta, tampoco consiguió mucha más información pese a que intentó por medios más amables sonsacarle cosas. Venom, con más confianza adquirida al ver que Peter le respondía cualquiera fuera la duda que tuviera, se pasaba gran parte del día preguntándole cosas y esto se convirtió rápidamente a que en gran medida pareciera un niño con sus malditos «¿por qué?» incluidos. Peter le respondía de forma cordial y hasta solícita, devolviéndole la pregunta, esperando que picara el anzuelo y dijera algo de donde él venía, pero el maldito solo se reía y le decía que no era «Estúpido como él».
Peter se esforzaba a diario por no darse con una olla en la cabeza y asegurarse de morir de una contusión. A diario. Pero, sacando sus pocas ganas de morir, sabía que, sin importar qué, no podía solo seguir enojado. Estaba agotado de su frustración perpetua. No podía solo encerrarse a odiarse por ser débil, por no lograr salvarse. En verdad agotaba tener toda esa mierda en su cabeza y viendo el panorama actual, tampoco podía solo entregarse a hacerlo. No quería que Tony llegara como su perpetuo salvador, le dolía verse como una damisela en apuros a sus ojos, era insultante a un nivel que no era explicable en palabras. Y no es como si pasara mucho tiempo con él, pero en verdad Peter quería que viera algo, mínimo así sea, del chico que fue en los pobres ratos que hoy por hoy compartían.
Así que empezó a negociar. Alzó el rostro de la almohada con la que se había intentado ahogar cuando se dio cuenta la última película que figuraban en su lista de vistas en Netflix y empezó a negociar con Venom cansado y decidido a tomar lo que fuera que pudiera de su vida y hacer algo al respecto. Después de todo, uno no deja el simbionte con ideas retorcidas que lleva adentro vea «365 ADN» y no hace nada al respecto. Peter ni la vio ni le interesaba verla, pero Venom lo acusó de "mentirle sobre el poder y las relaciones sexuales" cerrando así la idea que en su mente se gestaba con el correr de las horas juntos: Era hora de llegar a un maldito acuerdo con esa cosa.
Primero sintió que se podría morir de solo oírlo usar esas palabras y de la forma siniestra en la que esa implicación podía alcanzar la paupérrima relación con su mentor, pero después entendió que su pasividad a sus descarriadas ideas era más contraproducente que solo quejarse por la vida y su mala suerte.
Y así llegaron sus preciados acuerdos. Sin olvidar nunca que Tony le juró iba a liberarlo de ese tormento, Peter decidió hacer aquello más fácil para todos y menos bochornoso para él.
Al principio fueron cosas idiotas como dejar de ver series estúpidas y novelas ridículas, especificó qué tipo de películas quedaban completamente fuera de discusión y activó el control parental de su cuenta una vez que en el catálogo entró «50 sombras de Grey». Casi vomita cuando le figuró como tendencia, bajo ningún maldito concepto iba a soportar aquello en pie si Venom tomaba solo media idea de esa película. No vivía en un contendor, podía otra vez no estar interesado en consumir ese tipo de películas, pero él (como todo el mundo con un celular en la mano) sabía de que iba y antes que lo maten. Antes muerto que esperar sentado a ver qué podía intentar Venom después de verla.
Peter en su lugar le dio una lista con clásicos y se esforzó por horas en encontrarle cualquier bizarro significado que pudiera malinterpretarse a todos los títulos que venían a su mente para tacharlos y no correr riesgos. Programó algunas series en Netflix y hasta inclusive llegó a ver algunas con él antes de caer rendido. Sabía que ese simbionte no concebía el concepto: Mantener la palabra. Porque Peter amanecía viendo novelas en la televisión que no estaban en la lista de permitidos y el simbionte solo se ría antes de empujarse dentro de su cuerpo.
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Editado: 13.07.2021