—Peter. Peter. ¡Peter!
Solo es la mano cálida sobre su mejilla lo que lo despierta.
La mirada impasible de Tony, sentado junto a él en la mesa, lo hace sentirse incómodo y a la defensiva.
Las palabras que acaba de soltar giran sobre su cabeza y de a ratos siente furia, de ratos vergüenza.
«¿Qué vas a querer hacer con Venom?» empezó con calma, luego de correr el plato frente él —intacto para ser específicos— «Tengo un plan para separarlos. No sé si funcionará, pero es lo único que hay» prosiguió sin alterarse o dar muestra de nada. «Llegamos al punto dónde debes decidir qué harás con tu futuro Peter. ¿Quieres que los separemos o prefieres lidiar con esto de por vida?»
Peter piensa cosas como que: No sabía que de verdad hubiera estado desarrollando un plan para separarlos y menos que estuviera tan avanzado como para que se sentarán a hablar como si de un hecho inminente se tratara. Tony alguna vez dijo algo, pero secretamente, Peter creyó que no habría nada por hacerse. Y que haya tardado tanto era la confirmación. Según él, claro.
También, obviamente, Peter intentaba determinar qué es lo que podría haber diseñado. ¿Una máquina? ¿Un suero? ¿Lo hizo solo? ¿Alguien lo ayudó? ¿Descubrió una fisura en Venom, que él no? Y eso lo hizo sentirse molesto. Se suponía que le había prohibido hablar de aquello. Ned gozaba de inmunidad porque Ned era prácticamente la extensión natural de su persona. Pero a él se le dijo que de eso, no hablará con May las pocas veces que la llamó. Ni que decir del resto de sus amigos.
Lo único claro para Peter, lejos de la confusión en sus emociones, era que no estaba pensando en «¡Diablos sí!». Y era eso lo que lo hacía sentir vergüenza. Debería de haber intentado hasta lo último. ¿Correcto? ¿No era esa la forma obvia de proceder?
—No puedo jurarte efectividad.—dice con un mohín de irritación a esa verdad—. Pero mientras quieras hacerlo, lucharé por sacarte a esa cosa del cuerpo. —dice lentamente, pronunciando con pausa y deliberada firmeza sus palabras—. Pero no puedo hacerlo si no quieres.
La duda, mejor dicho, la forma en que expresaba que había posibilidad a una variable, lo ponía en guardia. ¿Dudaba de él? ¿Pensaba que quería quedarse así: siendo mitad monstruo? Porque Venom estaba tranquilo, pero Venom no era tranquilo y Peter no era (ya no más) tan optimista para creer que Tony fue la última gran petición.
Sabía que vendrían más, sabía que su instinto egoísta y carroñero le haría querer más y más y más. Venom no se conformaría con tener solo a Tony, porque pronto notaría que no ostentaban ningún poder allí encerrados en el complejo y vendrían más peticiones y quién sabe de qué tipo.
Alcanzaba a imaginarlo, obvio. Pero no había forma certera de saber qué. Se presentía como en el amanecer se sentía la lluvia por venir o en el oleaje se notaba una tormenta inminente. Sabías que la cosa pronto se jodería y Peter volvería a quedar atrapado a su merced y en medio.
O no, dijo una parte de él, aquella que pensaba en la palabra simbiosis como la clave y en la Venom-Telaraña. Realmente ya no era lo mismo que hace semanas atrás. Peter ya no tenía ese miedo primario a lo que pasaba en su mente y se había adaptado a Venom y sus ocurrencias.
Sí, el último enfrentamiento lo llevó a morir ese mismo día en la ducha. Ok, no sonaba prometedor, pero Peter sintió que todo se volvió muy esclarecedor al despertar. Recordó algo que había olvidado a fuerza de sus propios deseos. Venom lo necesitaba vivo. Había sido un bravucón que intentaba impresionar a Tony cuando dijo aquello de que «Sabe que prefiero morir que volverse un asesino» ni siquiera lo pensó, pero la facilidad con que Venom lo dejó volver en sí una vez que Tony llegó le recordó que si Venom se volvía loco, Peter también tenía un arma con la que amedrentarlo. Peter sabía que lo que restaba era hallar la forma de colarse una bala entre ceja y ceja antes de que el simbionte pudiera impedirlo y a joderse con todo.
Las prisas hicieron que no compartiera sus nuevos hallazgos o, mejor dicho, reales hechos. Peter bajó con otros temas que tratar. ¿Dónde estaban parados ellos dos? ¿Era así de bien que se sentía estar con todos los nombres? Porque si a esto la respuesta era sí, Peter era sorprendentemente bisexual. Si era no, era Tony sexual y venía dándole lo mismo. Obvio. Era solo una curiosidad que le surgía teniendo en cuenta que de solo pensar en el cuerpo desnudo de Tony frente a él neuronas islamistas en su cabeza se suicidaban del placer. Pero, no había llegado a agotar los temas, digamos en vistas fútiles, cuando fueron a lo "importante".
A él se le antojaba importante entender si era verdad cuando le decía que —y no era por Venom— le soltó ese suave, sorprendido y apagado «Dios, te quiero». Y no es que Peter fuera obtuso a drede, no sería Tony el primero en soltar un «te quiero» al calor del momento, mezclando sentimientos no tan profundos con palabras tan usadas que ya no se sabía cuándo eran realmente reales y cuando un modismo típico.
Ahora, no había pasado nada de eso. Nada. En su lugar, Tony fue a lo que les aquejaba, a lo que era en verdad un asunto urgente. ¿Prevé que él no está seguro de querer separarse? O mejor dicho, ¿No lo está él?
La cálida boca se roza contra la suya y no llega a responder que se aleja.
—Despierta Parker. —le dice con un tono juguetón y en su cuello el calor se extiende migrando a su rostro.
—Lo siento. —se apura a decir, viendo como se vuelve a acomodar lejos suyo.
¿Ven? ¿No era eso algo mejor y más interesante de qué hablar?. Porque él se moría por entender las nuevas reglas y sus piernas se tensaron apretándose una contra la otra, cuando pensó instintivamente en cómo es que irían a dormir esa noche y si era un poco precipitado de su parte pensar en algo así.
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Editado: 13.07.2021