Edificio de Tecnologías Ferd, 1:17 A.M
¡Menudo golpe que se acaba de dar Tommy! Afortunadamente no ocurrió lo peor y tiene la suerte de seguir con vida. Una caída así probablemente matara a alguien. Tommy despierta un poco mareado y muy adolorido por la caída y el golpe. Enseguida se da cuenta que está sobre una mesa. Cuando se levanta ve a Alejo Ferd y su laboratorio. No puede creer dónde está. Luego mira hacia arriba y v el agujero en el tragaluz que atravesó. Alejo se voltea y exclama "¡Perfecto! ¡Despertaste! ¿Cómo te sientes, Tommy?". Tommy, aún más confundido ahora, se toma la cabeza y descubre que tienen una venda. A esto se le suma que no puede creer que Alejo Ferd sepa su nombre, así que pregunta "¿Alejo Ferd? ¿Cómo sabes mi nombre?".
Alejo: Mi reconocimiento facial te identificó —Revela—. Te diste un buen golpe en la cabeza. Digo, atravesaste mi tragaluz, caíste en mi laboratorio y sobreviviste. Tuviste muchísima suerte.
Tommy: ¿Suerte? No lo creo. Me duelen partes del cuerpo que ni siquiera sabía que tenía.
Alejo: Ahora te doy unos calmantes. Y, respecto a los tipos que te perseguían, no te preocupes por ellos. Las cámaras de seguridad captaron lo que pasó en el bar. Está todo bien. No estoy molesto porque te hayas metido así en mi edificio.
Tommy: Gracias. Qué alivio. Aún así lo siento. Por lo de entrar así y lo del tragaluz. No suelo hacer eso.
Alejo: ¿Sabes, Tommy? Te estuve investigando mientras estabas inconsciente". Tienes buenas notas en el Liceo, este año al menos, y lo que hiciste recién fue bastante noble. No cualquiera lo haría —Le reconoce—
Tommy: Cualquiera con un poco de moral lo haría. Escuche, de nuevo lamento lo del tragaluz. Y quería decirle que si puedo pagarlo lo haré. Puedo trabajar con usted como asistente o algo así hasta que logre pagar los daños. No tengo idea de Física o de Matemáticas pero aprendo rápido.
Alejo: No te preocupes por eso. Mañana lo voy a cambiar a ese tragaluz. Y llámame Alejo. Pues ¿Sabes? Mi hijo era mi asistente pero tuvo un accidente y estará fuera por al menos 3 meses. Así que de momento no tengo asistente. Si quieres compensarlo puedo darte una oportunidad. Y no te preocupes de no saber nada; mi hijo de no ser por mi no hubiera salvado los exámenes de Matemática en la facultad. Pero, como dije, te he investigado, y creo que eres un chico muy listo. En el Liceo podrías tener mejores notas si quisieras. No lo tomes a mal. Y no solo por eso. Lo que hiciste ahí afuera tal vez pienses que fue poca cosa pero de todas las personas en ese baile quisiera saber si una sola hubiera hecho lo mismo. Seguro que no.
Tommy: —Mira uno de los estantes y ve las botas cohete de Alejo— ¡Qué lindas botas!
Alejo: Si, fueron las que hicieron que mi hijo se accidente. Son botas cohetes. Son más bien un prototipo eléctrico; nada de combustible —Explica—
Tommy: ¿A batería?
Alejo: Si, pude diseñar una batería que se adapten a vuelos no muy largos. Pero los controles mismos como verás están en las botas; y es difícil estar todo el tiempo manipulándolos. Que baja, que sube, que avanza, que detente, ya sabes. Y así es como mi hijo perdió el control y se accidentó.
Tommy: No soy experto. Como ya dije, no se un carajo sobre ciencia. Pero tal vez tenga un par de ideas. En vez de una batería poco duradera ¿qué tal utilizar energía solar? Energía solar y con alguna clase de reserva de electricidad para emergencias. Eso y, respecto a los controles, ¿no has visto Spiderman 2? El Dr. Octopus originalmente había diseñado una especie de chip para controlar los brazos mecánicos como si fueran otros miembros más del cuerpo. El chip se destruyó pero eso es otra historia. ¿Qué tal algo parecido? Controlarías las botas de la misma manera como si contrajeras un músculo del cuerpo.
Alejo: —Se ríe de incredulidad al no poder creer las ideas de Tommy y confiesa entre risas— Chico, aunque no lo creas, en un minuto se te acaba de ocurrir lo que a mi no se me hubiera ocurrido en años. ¿Ya ves a lo que me refiero cuando digo que eres inteligente?
Tommy: —Sonríe—. Gracias. Pues, aparte de eso no se que más podría aportarle pero, si necesita un asistente, cuente conmigo. Al menos como compensación por los daños. Quiero ser honesto; me gustaría tener una conciencia limpia y eso implica que pague por los daños.
Alejo: —Suspira— Pues si lo pones así, entonces bienvenido. Tengo que arreglar detalles pero pásate mañana después del Liceo. Si te preguntan en la entrada di que yo te espero y que me llamen si no te creen.
Tommy: De acuerdo. Nos vemos mañana.
Alejo: ¿Tienes como volver a casa? Puedo llevarte.
Tommy: Tengo dinero para un taxi. Gracias de todos modos.
Ambos estrechan las manos antes de retirarse.
Esa noche Tommy regresa a su casa con la venda en la cabeza y una capucha. Sus padres están dormidos así que no se enteran de nada. A la mañana siguiente, para evitar preguntas, se levanta más temprano que ellos, desayuna y se va más temprano en la bicicleta. Cuando llega al Liceo antes de entrar se pone un gorro de lana y arriba la capucha de modo que así logra disimular más o menos la venda en la cabeza. El grupo de Tommy entra a las 9 ese día, Miércoles, y la delegada de la clase pregunta por los boletos de la rifa. Tommy piensa en voz baja "¡No puede ser!" y se toma la cabeza pero enseguida se quita las manos de ahí por el dolor que aún tiene. Cuando abre la mochila para devolver los boletos encuentra $200 y una nota que dice "Me tomé la libertad de comprar todos los boletos a nombre de mi hijo; quiero compensarle por el accidente y creo que tu necesitas el dinero para lo que sea que hagan. Firma: A". Tommy no puede creerlo y entrega el dinero ya sintiéndose mas aliviado. La tranquilidad de Tommy dura hasta que la profesora de Biología llega y al ver a Tommy con la cabeza toda cubierta le pide amablemente "Señor Tomás, ¿puede sacarse los 2 gorros que tiene puestos?". Tommy de pronto se pone muy nervioso, se le eriza la piel y su corazón empieza a latir cada vez más rápido por los nervios. Con voz temblorosa responde "Am... Es que tengo mucho frío". Todos sus compañeros se ríen. La profesora también se ríe y dice con el mejor ánimo "Pero si hay casi 20 grados. Vamos, quítate esos gorros". Tommy revolea los ojos y mientras se saca los gorros dice en voz baja "No es posible" para que lo escuche toda la clase. Cuando se saca los 2 gorros muestra una cara poco amigable al estar su venda a la vista de todos. La profesora pregunta sorprendida "¿Que te pasó?". Raúl comenta entre risas "¿Te operaron la cabeza? Espero que te hayan arreglado y parezcas un poco mas normal ahora". Ante esto toda la clase se ríe. Tommy inhala profundamente y exhala y en los segundos que esto le lleva piensa que contestar y dice "Me... Caí de unas escaleras. Estoy bien, no fue nada. ¿Podrían por favor dejar de mirarme? Gracias —Dice con un tono poco amigable—". Otra compañera pregunta "¿Pero como pasó?". Tommy sigue respondiendo con mentiras pero aún con el mismo tono poco amigable y nada contento "Estuve en un lugar donde no debí... —Mira a Raúl y Roberto mientras tanto, ya que todo ocurrió gracias a ellos, que lo persuadieron para ir a ese baile— tropecé y caí por unas escaleras. Estoy bien, lo juro. ¿Podríamos seguir con la clase por favor? No estoy de humor para hablar de anoche, gracias" y se lleva ambas manos a la cara mientras suspira estresado. En el recreo vuelve a salir con la capucha pero ahora la lleva casi sobre los ojos para tapar totalmente la venda y camina mirando hacia el suelo en vez de hacia el frente. De pronto tropieza con una chica a la que no le ve la cara y se disculpa "Lo siento. Ando medio torpe hoy". Cuando alza la cabeza es Marilyn, la chica del otro día. Ella pregunta "¿No eres el chico del otro día? El que se chocó con la rubia cascarrabias". Tommy responde "Si, soy yo. Marilyn ¿verdad?".
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Editado: 08.03.2024