P E Ó N [ #2 - Los Gobernantes ]

Capítulo XVIII

Tras todo lo sucedido en la mañana, decidí irme a dormir para tratar de olvidarme un poco de lo que sucedía. Tal vez mañana le pregunte a mi padre todo lo que sucede.

–Creo que tendré que hablar con ella al respecto.

Hablaba conmigo mismo, Julie había salido de la habitación apenas cayó la noche. Ni siquiera tuve la oportunidad de preguntarle a dónde se dirigía.

—Solo espero que no se meta en problemas de nuevo.

Después de poco más de veinte minutos, escuché que la puerta se abría y alguien entraba. Rápidamente me senté en la cama para ver de quién se trataba. Después de lo ocurrido esta mañana, no puedo dar por sentado de que siempre será Julie la que entra.

Y resultó que tenía razón, no era nadie más que Amelie, vestida con un pijama de color completamente blanco de una sola pieza, parece que hizo una visita al cuarto de mi madre antes de venir. Ella es fanática de la confección de ropa, por lo que no tardó mucho tiempo en hacer ropa para todas las chicas.

Los pasos de Amelie eran lentos, como si tratara que nadie se percatara de su presencia.

–¿Amelie? –la llamé.

Ella se sorprendió, pensaba que no había sido descubierta.

–Oh, te diste cuenta.

–¿Qué haces aquí?

–Nada, solo trato de hacerte recordar todo lo que sucedió entre nosotros.

Sentía que se acercaba lentamente, mientras deslizaba lentamente el cierre ubicado en el frente de su pijama, revelando parte de su cuello y su pecho. Poco a poco, sus hombros comenzaban a asomarse. Unos pequeños tirantes de color blanco aparecieron, por lo que rápidamente deduje que vestía algo más debajo de ese pijama.

—¿Acaso es igual a Julie en ese aspecto?

Mientras se despojaba de su ropa, traté de mirar hacia otro lado. Esto podía salirse de control si me dejo llevar.

–¿No soy lo suficientemente buena para ti?

Escuché cómo cae el pijama al suelo, por lo que ahora debe estar vestida muy ligeramente. Sentía como mi corazón se aceleraba. Supongo que es normal cuando una mujer de hermosa apariencia se acerca hacia ti mientras se libera de la ropa excedente, ¿no es así?

—¿Eh?

¿Qué es lo que estoy pensando?

No espera, siento esto algo familiar. Creo que ya he vivido esto antes, pero no logro recordar cuándo.

–¿No me observarás? Tardé mucho en elegir lo que tenía que vestir para que simplemente mires hacia otro lado.

Podía sentir que se aproximaba cada vez más a mi, yo trataba de ocultrme bajo las sábanas como un niño pequeño ocultándose de una tormenta de rayos.

–Vamos, no te escondas.

Podía sentir su peso recargado en el borde de la cama. Volteé levemente y la miré, la iluminación no era la mejor, pero era capaz de distinguir su silueta en la parcial oscuridad. Vestía un pequeño conjunto ligero de encaje color blanco, uno de los tirantes que mantenía la ropa en su lugar se había descolgado de su hombro, por lo que mostraba peligrosamente de más. Aunque esté de más decirlo, creo que lo que lleva combina a la perfección con su cabello y el color de su pieza.

–¿Qué opinas de mí?

Sentía que el ligero conjunto servía para acentuar su figura, así como su sensualidad. Es imposible que una persona se resista a una estimulación visual tan fuerte como esa.

–Pues…

Mi voz apenas salía de mi garganta. Me sentía mal por fijarme en alguien más aparte de Julie, pero, esta chica tenía algo que simplemente no podía ignorar.

–¿Será que recuerdas algo sobre mí?

Ella siguió avanzando sin detenerse en ningún momento, parecía estar decidida. No tengo ni la menor idea de qué es lo que trata de lograr o qué es lo que la movita, pero, esto sin duda ez algo peligroso, no puedo dejarme llevar.

En el momento en que ella estaba lo suficientemente cerca para poder sentir su respiración, la puerta de la habitación se abrió, revelando la silueta de Julie. Aún estaba vestida con la ropa de día, unos pequeños pantalones y una camisa unas cuantas tallas más grande que la de ella.

Apenas entró a la habitación cuando se percató de lo que sucedía, se detuvo a poco menos de un metro de la puerta, dio la vuelta y dejó el lugar, cerrando la puerta del cuarto. Creo que se molestó por lo que encontró. Tenía que arreglar las cosas con ella rápidamente.

Salté de la cama, ignorando todo lo que Amelie me decía. Hoy había decidido usar un pijama de color negro de dos piezas, con las orillas de la camisa de un color claro, por lo que no estaba casi desnudo como en la mañana. Al menos, podía salir al pasillo sin preocuparme.

Corrí tras Julie, la cual se encontraba al final del corredor sentada en una silla junto a una mesa, adornada con un florero. Supongo que tendré que ir a hablar con ella.

–Julie.

Al llegar a su lado, pude ver una expresión de sorpresa en su rostro, parece que no se esperaba que saliera corriendo tras ella.

–¿Por qué viniste?

No podía distinguir ninguna emoción en específico en su rostro, pero, por el todo de su voz, la encontraba disgustada. Tal vez porque es la segunda vez que presencia casi el mismo incidente. Tengo que dejarle en claro mis intensiones, antes de que todo esto se convierta en un desastre.

–Julie, solo venía a decirte…

–No era necesario que me aclararas nada. Yo sé lo que ocurre, así que no te preocupes. Tan solo confía en mí, ¿de acuerdo?

Una leve sonrisa se dibujó en su rostro mientras se ponía de pie, rápidamente cerró la distancia entre ambos y me besó. Debido a su repentina acción, me tomó completamente desprevenido, supongo que no podría esperar menos de ella.

Nos separamos después de unos segundos.

–Julie.

Ella llevó un dedo a mis labios, callándome.

–Solo confía. ¿Sí?

–Está bien.

–Ahora regresa, no tienes nada de que proecuparte.

–Si tu lo dices, te creeré.

Me despedí temporalmente de ella con un beso, para luego regresar a la habitación. Me sorprendí al no encontrar rastro alguno de Amelie dentro del cuarto, tomando en cuenta que apenas tendría tiempo de desaparecer.



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En el texto hay: combates, clases sociales, pasadostristes

Editado: 25.09.2020

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