"No puedo morir aún doctor. Todavía no. Tengo cosas que hacer. Después de todo, tendré una vida entera en la que morir"
-Carlos Ruiz Zafón (El Juego del Ángel)
Tadeo Torres
2 meses después
Por fin saldré de este maldito infierno, dos meses sin poder salir de este hospital, pero por fin me voy de aquí, no diré que no disfruté la maravillosa experiencia de recibir las atenciones de algunas enfermeras, caían como moscas en la miel.
Las fracturas siguen curándose pero ya me puedo ir a mi casa, fue muy difícil manejar el negocio desde aquí, pero se hizo lo que se pudo. Luka se ha convertido en el segundo al mando, él viajaba cada semana para ver el negocio y hacerse cargo de algunos desgraciados que nunca pagaron lo que debían.
Mi caso se hizo viral en Honduras, nunca se había visto que alguien llegará así a una brigada médica, aún recuerdo su olor, aún recuerdo sus hermosos ojos café que penetraron mi alma, Cora Castillo, la mujer que no abandonó ninguno de mis sueños desde que la vi, se que está en Colombia ahorita en otra brigada médica, aunque ella no lo note, siempre tiene seguridad siguiéndola, desde que me atendió corre peligro, cualquier persona a mi alrededor se infecta de mi desgraciada vida. Que lastima, pero se que mis hombres la cuidan bien a ella y su amiga, que cautivó a mi querido amigo Luka, pobre desgraciado, se ha enamorado de una doctora, mientras estuve inconsciente él y ella compartieron una conversación muy larga mientras Cora cuidaba de mí.
Ay Cora que le estas haciendo a este pobre diablo...
Llegamos al aeropuerto y ya están mis hombres esperándonos para llevarnos a mi jet privado, no me puedo dar el lujo de irme en cualquier avión. Aún en mi propio jet, se hace una revisión antes que entre.
Odio estos malditos yesos, no me puedo mover sin ayuda.
Después de 4 horas de vuelo finalmente llegó a mi casa, una gran mansión cerca de Medellín, soy recibido por los empleados de mantenimiento y aseo, soledad absoluta me rodea en esta gran casa. Mi madre por motivos de seguridad vive lejos de mi, no sé que haría si algo le pasará por mi culpa. Ella sabe que trabajo en esto, nunca me juzgo, eso es lo que amo de mi madre, ella tiene un amor incondicional y es comprensiva en todos los sentidos posibles.
Aún recuerdo el primer trabajo que me tocó hacer, un viejo desgraciado que había violado a una niña, la madre de la niña me contacto para realizar el trabajo,ella estaba llena de odio y rencor, nos dio instrucciones específicas para hacer el trabajo; escribir el nombre de la niña por todo su cuerpo, aún puedo escuchar sus plegarias, él repetía que nunca le había hecho daño a la niña pero fue una gran sorpresa que la madre de la niña era su esposa y quería presenciar cuando le diéramos su fin. Una sonrisa demoníaca cubría el rostro de la señora, hasta a mi me dio un poco de miedo, le hubiera salido más fácil divorciarse pero cada quien con sus propios métodos de solución a problemas.
Necesito darme una ducha larga, pero cómo si tengo yesos todavía, me pongo unas bolsas y me doy una ducha rápida. Anhelo quitarme estos yesos no puedo ni ejercitarme, no me considero una persona atlética pero me gusta cuidarme, no puedo estar en fuera de forma, tengo que estar siempre alerta, muchos me quieren muerto.
Mi teléfono no para de vibrar y se que es lo que me mandaron, los reportes diarios de Cora y Paula, si yo se, es raro que me manden esto, llámame acosador pero todo esto es por su seguridad, no puedo dejar que dos inocentes mueran por culpa mía.
Me preparo para dormir pero necesito mi medicamento, busco por todos lados pero no lo encuentro, esta bota no la aguanto, ya quiero que me la quiten, alguien toca el timbre de la mansión y veo por las cámaras de seguridad, una chica de pelo corto con bata está del otro lado. Luka abre la puerta y la deja entrar sin interrogarla, la dirige hasta mi habitación y la reconozco.
Es Cora Castillo, la dulce doctora que me salvó, en el último reporte que vi no tenía el pelo corto, se ve hermosa, se nota que vienen de guardia.
—Y ahí está el estúpido de Tadeo—dice Luka apuntándome. Cora deja salir una carcajada que hace resaltar más su belleza.
Que estúpido me oigo
—Buenas noches señor Tadeo, ¿Hoy fue dado de alta no es así?—dice Cora acercándose a mi.
—Eh si, hace como tres horas llegamos aquí. Disculpe la pregunta pero ¿qué hace aquí? No recuerdo haberla solicitado.
—Primero antes que todo es mejor que tome reposo, no puede estar parado con esa bota, se le puede inflamar su pie.— dice Cora tomándome del brazo y me sienta en mi cama.—Segundo su amigo Luka me comunico que se sentía mal, al parecer no le dieron medicamento para el viaje, así que se lo traje yo. Y vengo a responder cualquier duda que tenga.
—¿Cuándo me quitan está mierda?—digo apuntando al yeso que tengo en la pierna. Es el que más me molesta.
Cora se sonroja un poco y Luka me mira con decepción.
—Bueno según su tipo de fractura necesitará unas dos semanas más y la del brazo este fin de semana se lo pueden retirar.—dice Cora dejando unas medicinas en mi escritorio.—Se debe tomar el desinflamatorio cada doce horas y si de repente presenta algún tipo de dolor o molestia se toma esta, es un calmante, no puede ingerir alcohol, drogas, y definitivamente no puede tener ningún tipo de relación sexual durante su recuperación, así para evitar cualquier tipo de daño por accidente.
La observo analizando lo que me acaba de decir, ¿no puedo tener relaciones sexuales?...
Desde el día que ella se fue, tuve varias rondas con algunas de las enfermeras del hospital y no me dijeron nada...
Tendré que hacerle caso, ella es la doctora y yo un simple perro que siempre anda en casería.