Pacto Final (libro 3) [terminado]

Capítulo 16

 Corremos como una estampida hacia la oficina de mi padre y cada paso parece un sueño.

 Al segundo de que mi madre pronunciara esas tan esperadas palabras, nadie se atrevió a decir nada y a ni siquiera respirar por miedo a que todo se esfumara.

 El primero en entrar es Dante, que abre la puerta y la manda a estrellarse contra la pared con fuerte estruendo, abiendola de par en par. Lo seguimos dentro y mis ojos escanean rápidamente la habitación. Me pongo tensa al ver a Lucifer pero rápidamente me sorprendo de encontrar a Uriel en la habitación, tan dolorosamente hermoso y radiante, irradiando un poder abrumador. Todos se quedan paralizados al verlo y él solo hace un movimiento con la cabeza en forma de saludo, luego se gira hacia mi

   -Ha valido la pena, Emma. - dice con una sonrisa cálida y esperanzadora.

 Cierro los ojos y asiento a nadie en particular, solo asimilando la noticia. 

   -Cuéntanos - la voz de Dante resuena en la habitación. Un ruego y una plegaria.

 Abro los ojos y veo que tiene la mirada puesta en mi padre, quien esta sentado detrás de su escritorio y tiene la mirada puesta en nosotros. 

 Mi padre suspira y se frota la cara, agotado. Y realmente me doy cuenta todo lo que estos días sin noticias significaron y la manera en la que nos afecto a todos. Puedo ver las manchas negras debajo de los ojos de mi madre y cuando me ve, su sonrisa es cansada. Me pregunto cuando fue la ultima vez que durmió bien. Una corriente de culpa me embarga y es que no he podido estar mas tiempo con ellos como el que quisiera. Aprieto los puños y me repito una y otra vez que esto ha valido la pena.

   - Orión volvió con noticias de Los Mayores. - nos mira- Al parecer se preparan para una movilización masiva al norte de Jerusalén. - hace una pausa - En busca de esa arma que los puede aniquilar. 

 Sitael maldice como solo los ángeles saben hacerlo. Y todos en la habitación comienzan a hablar a la vez, pero no puedo entender lo que dicen. Estoy de piedra. Si ellos llegan primero a este lugar...

 Mi mirada se encuentra con la de Lucifer y puedo ver una determinación oscura nacer en sus ojos, como si dijera: llego el momento, querida.

   -Hay que ir ahora.- digo en voz alta y clara

 Todos se callan y mi padre habla

   - Es muy arriesgado, Emma. - lo escucho tragar - Por lo que Orión pudo averiguar, ellos no conocen la ubicación concreta. Al parecer, lo que poseía Adda eran coordenadas no exactas del lugar.

 Lucifer bufa y todo lo miramos. 

   -Por supuesto que esa vieja tenia coordenadas. - gruñe

 Frunzo el ceño

   -¿No lo sabias? - lo interrogó con la mirada

   - Si lo supiera, crees que me habría arriesgado a dejarte ir al aquelarre solo por unas estúpidas coordenadas. - se ríe sin humor - Entonces eres mas estúpida de lo que pensé, querida. 

 Lo fulminó con la mirada

   - Cuidado Rey de la nada. - le gruño de manera impulsiva.

 Me mira con un brillo en sus ojos y puedo decir que mis palabras lo molestaron. Bastante. Le sonrió de manera lenta, recordando todas esas veces en las que él hizo lo mismo y lo desesperante e irritante que es. Me sisea y sus alas se abren de manera amenazadora. 

   - Oh, lo siento. -ronroneo - Creo que toque una fibra sensible ¿Verdad?

 Una total y completa perra. Y demonios si no se siente bien. 

 Lucifer tira fuerte y de manera brusca por el vinculo. 

   -Para nada, querida. - fuerza una sonrisa. - Pero si estas arrepentida podemos negociar con uno de tus dulces besos. - se lame los labios. - Otra vez.

 Me quedo helada y puedo decir que la temperatura de la habitación disminuye unos grados. Posiblemente me lo busque, pero eso no quita que mis garras crezcan y me prepare para lanzarme sobre él. Lucifer abre los brazos, como si estuviera gustoso de recibir mis puños.

   - Emma. - la profunda y dura voz de mi madre interrumpe en mi neblina de ferocidad. 

 Pestañeo dándome cuenta del espectáculo que armamos y que todo están mirándome preocupados. Trago saliva y paso una mano por mi cara, calmando mi respiración y empujando mi energía de vuelta a su celda, dándome cuenta de que la habitación estaba sumergida en un caos por ella. Le doy la espalda a Lucifer y me cruzo de brazos, mirando agradecida a mi madre. Ella me mira con suavidad y puedo leer la pregunta en sus ojos: ¿Estas bien? Miro a otro lado no sabiendo bien la respuesta.

 Porque sumergirme en esa pregunta, seria admitir algo que vengo evitando. 

 El vinculo ha empeorado. Yo he empeorado. Mi poder es mas oscuro, descontrolado. 

 Y supongo que es cuestión de tiempo antes de perder la cabeza por completo. Pero antes de que eso pase, debemos ocuparnos de Los Mayores.

   - Entonces iremos mañana. - dice Uriel acabando con el silencio. - Los transportare al lugar mas cerca del norte de Jerusalen y convocare una legión para distraer a Los Mayores. - me mira fijamente y me es imposible desviar la mirada. - Tendrán una oportunidad de conseguir esa arma. 

 Simple, fácil y practico. Uriel armo un plan en menos de dos minutos y confía en nosotros. Cabeceo y mantengo mi mirada en la suya. Lo haremos. Podemos hacerlo. Parece quedarse satisfecho con lo que ve en mis ojos porque se relaja visiblemente y su sonrisa es cálida.

 



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En el texto hay: demonios y angeles, guerra, chica hibrido

Editado: 30.03.2020

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