Siento caricias cálidas por mi rostro y es extraño, curioso, porque en este instante estoy sólo. Casi siempre lo estoy realmente.
Mi mano derecha se siente cálida, como si un vivo me estuviera tocando a pesar de que por naturaleza solo expando frio de mí.
Voces resuenan mis oídos haciendo que logre sentirme mareado a pesar de que eso no normal entre los míos. Bueno, nada de mí es normal.
Desde el instante en el que llegué confuso y lloroso me han hecho saber que no lo soy del todo. A diferencia de otros se podría decir que me sé vincular fácilmente entre los vivos, puedo llegar a tocar cosas y lograr asustar fácilmente a las personas. Algunos dicen que es porque una parte de mí se reúsa a aceptar que ahora soy parte de los fríos, que debería renunciar en su totalidad a la vida.
¿Pero cómo se logra eso? ¿Cómo se rehúsa a la vida que no recuerdas haber tenido?
La curiosidad me invade a diario, de la nada me llega calidez y una parte de mí cree que ésta viene de un ser vivo, pero lo extraño es que no estoy tras ningún sol o centello.
La calidez me llega acariciándome la piel como si realmente fuera de material orgánico.
Es mi secreto, nadie sabe de esto, ni J y X, dos de los pocos amigos que tengo en este limbo, en esta dimensión que me permite caminar entre los vivos sin que ellos me perciban.
Quisiera presentarme pero lastimosamente no tengo un nombre. Cuando se llega aquí se es sin recuerdos y sin la conciencia de quien fuiste en vida. Llegas vacío y solitario. Las otras animas que caminan conmigo no son amistosas, solo andan perdidas buscando a qué ser vivo robarle energía. Pierdes la percepción del paso del tiempo y solo te dejas llevar por este eterno castigo.
A pesar de todo, a veces te puedes sentir llamado por ciertos sonidos fonéticos y en mi caso algo hace que me conecte con el sonido de la J; pero es extraño que hayan dos J entre un grupo de amigos por lo que después de colarnos en un cine, dictaminaron llamarme James como el personaje principal de la película. No me quejo, es mejor que llamarse solamente como una letra de abecedario.
- ¿Otra vez fingiendo dormir? – escuché la voz de X. Solté un falso suspiro y le di la espalda. – ¡Hombre! Levántate tabla surf.
- No quiero... – Susurré y me dejé llevar por las caricias en mi frente.
- Y yo no quiero golpearte – amenazó. ¿Olvidé mencionar que entre nosotros sí había contacto físico y no andábamos como estado gaseoso por ahí? – Pero si no te levantas en lo que cuento hasta 3 no lo dudes, igual de cualquier forma no podrás morirte dos veces.
Me digne esta vez a mirarlo. Estaba a los pies de la cama con los brazos cruzados y mirándome desdeñosamente.
X es un tipo que para muchos debe lucir atractivo. Alto, trigueño, cabello negro y una barba descuidada del mismo color. Los músculos de sus brazos se marcaban a través de la camisa azul, con la cual lo he visto todo este tiempo. No es como si nosotros necesitáramos cambiarnos de vestimenta.
- ¿Qué quieres ahora? – pregunté decepcionado, la sensación de caricias a mi alrededor había desaparecido y solo quedaba el recuerdo de la calidez.
- ¿Qué me acompañes a un lugar recientemente asaltado?
- ¿Ahora te unes a la delincuencia humana? ¡Hasta dónde hemos llegado los fantasmas!
- No, idiota – se pasó la mano por su rostro e imitó respirar profundamente como queriendo llenarse de la paciencia que nunca poseía – Hay artefactos electrónicos abandonados y ya que tú puedes manipular algunos... - se cayó abruptamente queriendo evaluar sus palabras.
- ¿Qué?
- Quiero conocer el mundo del internet – me negó la vista directa de su rostro y miró hacia la ventana que se encontraba a pocos pasos de mi cama.
- ¿Te crearás un Facebook y un twitter comentando las penurias de los fantasmas? No me digas...
- No, solo quiero saber algo.
- Pues invade la mente dormida de un humano y averígualo. - volví a darle la espalda y a acomodarme encima de las sabanas.
- ¡Ayúdame! – Repuso él ante mi rechazo. Lo sentí acercarse a mí y darme un fuerte golpe en el brazo. Maldito.
- A veces me cuestiono a qué te dedicabas siendo humano... – mascullo levantándome de la cama y dirigiéndome a la puerta. Es mejor acabar con esto antes de que X me presione más.
El local de artefactos electrónicos está alejado de la casa donde resido y el ambiente tenebroso que hay alrededor no me agrada ni un poco.
No pongas los ojos en blanco.
No porque sea un ente paranormal quiere decir que no pueda temer.
- Entra tú primero – Dijo X en voz baja, como si temiera que alguien además de mí le oyera.
- ¿Ya entraste antes? – pregunté. Me fui acercando a la puerta del local, la cual era de vidrio trasparente pero que no dejaba en claro todo lo que había adentro pues estaba a la penumbra.
- No.
Me cuestione por qué no habrá entrado, no es como si alguien lo fuera a regañar o no. Observe a los alrededores y algo hizo clic en mí, había un sol acabado alrededor.