#285 Hola

Kier miraba ausentemente la pared del cuarto en donde estaban, sentado en una silla, esperando a que Ciliria y Gail despertaran. Podría usar Magia para terminar con el sueño de ambas, pero no tenía mucho interés en apurar las cosas.

Gail fue la primera en moverse. Kier se asustó, pensando en qué haría mientras Ciliria se despertaba, y olvidó que pudo haber usado Magia para terminar con su sueño.

“Am…”

Vio atrás de él para asegurarse de que la puerta estaba abierta. Así era. No quería que se sintieran atrapadas.

“Ah…”

Gail abrió sus ojos y permaneció acostada por varios momentos. Movió sus manos y brazos para ponerlos frente a su cara para verlos.

La curiosidad de Kier se apoderó de él. Quería saber cómo reaccionaría Gail al habérsele removido todo de su mente.

La chica volteó sus manos en el aire para estudiarlas y se tomó minutos mientras tocaba sus brazos, cabeza, y cuello. Luego movió sus piernas mientras observaba su entorno.

Debió haber avistado a Kier de reojo, ya que se concentró en él al instante. El instinto la dominó y trató de alejarse del Mago lo más que podía en su cama.

Pero Kier sonrió.

No pareció lograr nada con ello. Gail aún veía a Kier con miedo en sus ojos y respiración agitada. Kier estuvo apunto de rendirse cuando la chica estiró sus labios en un sonrisa apenada y le llevó la mano a ellos para tocarlos.

A Kier le gustó su sonrisa. No sabía que Gail pudiera sonreír de tal forma tan inocente. Antes, sólo la había visto hacerlo malévola o lujuriosamente.

“Hola,” dijo él.

Gail se concentró en la boca de Kier.

“Hola,” repitió él.

Gail abrió y cerró la puerta. “Hooo…”

“Hola,” Kier dijo más lenta y claramente.

“Hola.” La palabra de Gail salió torpemente.

Kier rio gentilmente.

Chasqueó sus dedos para depsertar a Ciliria. La mujer mayor reaccionó similarmente a Gail. Su curiosidad era, al parecer, lo que dominaba sus acciones mientras volvían a llenar sus mentes con experiencias, memorias, y conocimiento.

Quizás esto no sea tan malo, pensó Kier.