Querido corazón:
Aunque nos encontramos en numerosas veces, llevo mucho tiempo sin dirigirte la palabra, pero indirectamente soy quien golpea con la cara destapada.
Tomate un buen respiro ahora porque ya todo acabó, eres fuerte, te vi sangrar en medio de tu agonía y nunca las vendé , es más seguí estrujandote hasta el límite.
Te noto tan sensible que levantaste murallas para protegerte de mi, ahora siento más frío que antes, nunca te asomas a saludar, evitas a todos por igual, algunos rechazas ayuda, otros simplemente no los quieres ver. Te entiendo, es normal sentir miedo después de todo lo que te provoque. No me arrepiento, ya que no hay peor enemigo que yo.
Esos que se dicen llamar amigos y familia, lo te harán nada comparado con lo que te haré. Lo peor de todo es que me llamas tu protector, me gusta.
Pero mírate ahora, eres más fuerte que nunca, las cicatrices que llevas son tu emblema de victorias, las murallas que protegían ya no están, ya no sangras, ni te escondes, es más te expones a la vista de todos como algo inalcanzable.
Ahora muchos te anhelan, pero pocos te tienen. Me diste un lugar junto a ti que no merezco, pero mi tormento es contante así que te escribo porque quiero que sepas que no puedes callarme por siempre, me necesitas aunque lo niegues y me quieras evitar. Yo con gusto estaré para ti, porque siempre te pienso.
K.
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Editado: 27.09.2024