Me lavo la cara y me cambio de ropa, resulta que en este sitio tienen una especie de servicio de lavandería. Tiro la sucia por el conducto que se encuentra en el baño y cojo un recambio limpio del armario. Los pantalones me quedan un poco largos y la camiseta ancha, supongo que son de la talla de Liz.
Sé que por mucho que me empeñe, voy a tener que quedarme tres días más. Necesito recuperarme del todo antes de salir, hacer lo contrario sería un suicidio. El estomago comienza a gruñir y decido bajar a la cafetería. El efecto de los analgésicos empieza a pasarse, el dolor del brazo es soportable pero el de la pierna ya no tanto.
Me las apaño para llegar a la cafetería donde me encuentro con Fred y Amber, mucha casualidad, empiezo a pensar que me stalkean o algo. Cojo una bandeja con "comida" y me siento junto a ellos. Amber se percata de mis muecas de dolor y se saca algo del bolsillo.
- ¡¿De dónde has sacado eso?! – Pregunta Fred horrorizado.
- Pues de la enfermería – Ella le responde con serenidad – Tómate una Ellie, te aliviará el dolor.
Amber abre el frasco de pastillas, que seguramente ha hurtado de la enfermería, y me ofrece una.
Yo no dudo en aceptarla y me la tomo. Confío en que no sea nada raro. Fred se pone ojiplático y no puedo evitar reírme.
- Fred, es solo una pastilla, no es para tanto – Este niega con la cabeza – ¿Qué? – Pregunto con chulería.
Amber y Fred dirigen la mirada a algo que está detrás de mí. Me espero lo peor. Soy capaz de detectar a un monstruo a cinco metros de distancia, pero cuando se trata de personas...
Me giro en un movimiento rápido. Encuentro a los doctores que me habían atendido anteriormente, y parecen muy cabreados. Yo pongo cara de buena y esbozo una sonrisa inocente, no cuela.
- ¿Sabes cuánto tiempo hemos estado buscándote? – Dice uno de los médicos con cara de pocos amigos.
- ¿Poco? – No sé qué espera que conteste.
- Tienes que volver para reposar – Dice el otro, que es una mujer, mientras me fulmina con la mirada.
- Ya... Eso no va a pasar – Me fijo en que el bote de pastillas que Amber cogió prestado sigue encima de la mesa.
Le hago gesto con la mirada para que lo guarde antes de que lo vean.
- ¿Ellie te pasa algo en la cara? – Señor dame paciencia, porque como me des fuerza la mato.
- Nada, nada – Sigo señalando el bote, hasta que Fred se da cuenta y lo esconde en un movimiento veloz.
- No lo repetiremos más, vuelve a la enfermería – Niego con la cabeza y me giro hacia mi bandeja. No me pueden obligar de todos modos.
Uno me engancha de la camiseta por la zona posterior del cuello y me lleva, literalmente, a rastras, mientras me quejo del dolor. Me sacan de allí, mientras Amber me despide con la mano.
Voy renegando todo el camino, diciéndoles que sus acciones van en contra de los derechos humanos. No cuela. Dentro me están esperando Kai, con su ya típica cara de pocos amigos, y John, que esboza una sonrisa, no sé si por cómo me están llevando o por verme.
- Me alegra verte tan en forma – Dice John mientras yo me recuesto sobre la cama por orden de la doctora.
- Gracias, me gustaría poder decir lo mismo – Me vuelven a enchufar a los aparatejos.
- Seguro – Su sonrisa me da escalofríos – Vengo porque tengo curiosidad respecto a lo sucedido en Northtown.
- Me lo imaginaba – Para qué iba a venir sino.
- Y ya de paso escuchar la versión del General – Kai se mantiene junto a John, serio, sin decir ni una palabra.
Le cuento lo que pasó omitiendo algunos detalles, como que me perdí, que luego me volví a perder y el hecho de que tengo un modo asesino.
- Ya veo – John parece satisfecho con mi historia – Si lo que me cuentas es cierto se trata de una hazaña increíble – Kai suelta un bufido cargado de desaprobación, que decido pasar por alto.
- Si no le importa me gustaría quedarme hasta recuperarme – Decir esto me cuesta horrores – Por eso de estar herida y tal.
- No te preocupes querida, ya contaba con ello – Este hombre esconde algo detrás de tanta simpatía, estoy segura – General, le escucho.
Lo de General me hace mucha gracia, no me acostumbro a que alguien tan joven sea General, pero en este mundo todo es posible.
- Señor.
Me acomodo para escuchar su historia, tengo curiosidad por saber qué hacían mientras yo salvaba a toda esa gente. Kai se pone firme y John busca una silla donde sentarse, sabe que esto va para rato.
- Llegamos a Northtown dos minutos antes de lo previsto, antes de comenzar con la misión de búsqueda y reconocimiento de civiles, expliqué las pautas a seguir. Hicimos recuento de suministros y armamento, y nos dividimos en dos grupos, tal y como indica el protocolo- Escucharlo hablar de manera tan formal me da sueño – Tras terminar con el recuento me percaté de que la señorita Ellie había...desaparecido – No sé si reír fuertemente o mirarlo con cara de asesina – Pero debido a la actitud demostrada durante su breve estancia no me resultó sospechoso, es más lo agradecí – Vale, eso sí que me ha sentado mal.