Capítulo 12 : Excursión

La cabeza me duele muchísimo, como si alguien me hubiese dado un golpe con un bate. Tengo los recuerdos un tanto borrosos, lo último que sé es que iba con Adam a un parque. Tampoco tengo claro cómo he llegado hasta aquí, ni porque mis cuchillos están en la mesita.

Si ignoramos la jaqueca, me encuentro bastante bien. Hoy se cumplen los tres días de reposo, así que oficialmente soy libre, además no me duele nada...que curioso. Voy a cobrarme el favor de Kai con intereses. Vuelvo a hacer la mochila y me preparo para salir. Debería despedirme de Amber y Fred, ya me estoy imaginando sus reacciones. Amber dirá: “Vale, buen viaje”, mientras que Fred montará un drama. Ahora que lo pienso, me da un poco de pena irme de aquí ahora que me he acostumbrado a tanta comodidad. Pero si encima tengo que tragarme el drama de Fred, paso.Además ¿cómo sé que no volveran los dolores? Ninguna herida así se cura tan rápido. Puedo salir, analizar la situación y si la cosa no me convence, volver. Digamos que salgo de excursión puntual y que luego decido regresar, no creo que nadie ponga pegas; total, este cuarto ya es más mío que de Liz. Bien, de todos modos por si acaso no me conviene volver me llevo todo.

Antes de salir me quito las vendas, y contemplo con asombro que no me queda ni cicatriz. Alta tecnología biomédica al parecer Después de pasarme tres días "inválida" vuelvo a tener el control de mi cuerpo. Salgo de la habitación en busca de Kai. Llego a su habitación y llamo a la puerta. Me abre ojeroso, cansado, y al verme pone cara de espanto.

• ¿A qué viene esa cara?
• ¿Tú por qué crees que es? – A mí qué me cuenta, no soy adivina.
• ¿Por qué iba a saberlo?
• Porque es culpa tuya.
• ¿Mía? – ¿De qué me habla?
• Sí, tuya – Suspira y se frota los ojos – ¿Sabes? Llevo un día bastante malo, y estas no son horas para dar el follón, así que vete.
• Qué desagradable eres – Y yo que venía todo feliz, la gente no colabora.
• Lo dice la que me vomitó encima – ¿Yo? Qué raro, no lo recuerdo.
• ¿Estás seguro de que eso ha ocurrido? Es probable que lo hayas soñado – Creo que recordaría algo como eso.
• Tan seguro como que mi camiseta está llena de vómito – Ah, pues quién sabe.
• Qué asco – Espera, si le he vomitado y no lo recuerdo… ¿Qué más he hecho? – Kai – Digo temerosa – Dime que no hice nada raro ayer.
• Define raro – Me espero lo peor – Porque casi matas a Fred.
• No jodas, pobre – Creo que voy a tener que disculparme con él luego – ¿Algo más que deba saber? ¿Algo relacionado con Adam?
• Nada importante, tonterías – Lo que para ti no es importante puede que para mí si – Y deberías preguntar qué me hiciste a mí en vez de a Adam – Esto último lo dice con retintín.
• No, lo tuyo no me interesa, gracias – Me fulmina con la mirada – Da igual, volviendo a lo que venía – Ignorante pero feliz – Quiero que me lleves a un sitio.
• ¿Ahora? Es la una de la mañana, como no sea de vuelta a tu cuarto no te voy a llevar a ningún lado – Ahí te equivocas General – Además, enana, ¿quién te crees que eres para pedirme nada?
• Ventana. Liz – Digo carraspeando – Me debes una, ¿recuerdas? – A juzgar por su cara sí lo recuerda.
• ¿No te puedes esperar a que salga el sol por lo menos? – Frunce el ceño.
• No, el tiempo es vida – Mis cuchillos piden sangre – Así que en marcha.
• Joder, está bien, espera que me prepare.

Kai tarda unos minutos en salir, que a mí se me hacen largos, eternos.  

• Ya estoy – No se le ve muy contento – ¿Y a dónde quieres que te lleve exactamente?
•  A la ciudad más cercana que esté en condiciones – No conozco la zona por lo que me da igual.
• Eso son cuatro horas en coche – Dice desganado – Y tengo que suponer que no sabes conducir.
• No tengo carné si es a lo que te refieres, pero conducir sé – Me ahorro el añadir que de manera temeraria.
• Genial – Nos dirigimos al garaje en busca de un coche.
• ¿No tenéis que notificar cuándo entráis y cuándo salís? – Con lo organizados que están me resulta raro.
• Sí, pero me da mucha pereza, ya lo notificaré a la vuelta –  Este chico está más dormido que despierto.
• Entiendo – A mí me da igual; total, seguramente no vuelva.