CAPÌTULO CINCO - RENATA BARRIE
"Un nuevo hogar para vivir"
“Tell me your secrets
And ask me your questions
Oh, let's go back to the start”
Coldplay, The Scientist
Observo desde la ventana del auto las calles que pasamos, a mi lado, se encuentra Teodoro con un juguete de forma de dinosaurio y mira hacia el frente mi concentrado. Tenía que dejar el departamento, que por cierto, el vecino se puso mal por no volver a verme en la residencia. Tenía que alejarme de Tessa, de mis amistades que construí y tenía que sacar a mi hijo de su escuela por seguridad.
William me buscaba y eso significaba buscar venganza por haberle apuñalado y alejado de su hijo. No me importaba la casa, no me importaba el dinero en ese entonces… sólo buscaba huir de un lugar que de pronto lo sentía riesgoso.
El auto se detuvo de pronto y se asomó Alonzo, que por cierto, se propuso dejarnos en aquella casa. Miré bien la casa y… era enorme. Tan grande como la casa Barrie.
Era lujoso, de paredes blancas. Posiblemente de cuatro pisos, estaba iluminado. Al final tenía un tejado de color marrón que le daba el toque el rustico pero a una esquina se mostraba una piscina enorme.
Era hermoso, era perfecto, era… no, era mucho más que las palabras que conocemos. Eso sin duda.
Alonzo tocó la puerta dos veces y al no escuchar nada del otro lado, se volteo para decirme algo en el oído.
—Si te dejo aquí, no significa que nuestra acaba. En serio, quiero que lo pienses y me lo digas después. Si me das la oportunidad de… bueno, me lo dices
—Mientras tanto te vas con Tessa ¿no?
—No sabía que era tu psicóloga, Renata —dice él, —Además, con ella no es sólo eso. Es una bonita amistad
—Bueno…
—Por el momento —bostezó, —Quiero que estes salvo y dudo que él vaya aquí después de todo
—¿Por…?
—¿No sabes? ¿Es que nunca te lo dijo?
Antes de decirle que no, una chica abrió la puerta. Llevaba un corto vestido y el cabello despeinado. Y sonrió al ver que había gente esperando en la puerta.
—¿Buscan al dueño? —dijo ella, tímida.
—Si —Alonzo fue quien respondió
—Está en la piscina. Tal vez no lo escuche desde arriba. Pueden volver más tard…
—Disculpen la demora —dijo alguien detrás, —Chica debes irte ya, no hables con mis invitados…
La chica agachó la cabeza y se fue con su poca dignidad que le quedaba. Al voltear a la puerta, me topé con la mirada sonriente de un chico.
—Hola Renata, me han hablado mucho de ti. Me llamo Levi Williams y es un gusto verte
—Igualmente —dije agarrando su mano como saludo.
Levi era alto, un poco más alto que Alonzo. Era apuesto, muy guapo. Tenía poca barba en su rostro y… se viste bien, justo ahora llevaba una camisa negra y unos pantalones Valenciaga muy de moda.
—Bueno… creo decirlo que no podemos ir a otra parte, Renata necesita estar a salvo de William. No debe encontrarla en ninguna parte y eso significa que tendrás el celular apagado
—Cambié de número….
—Lo sé, pero me refiero a que William puede conseguir tu número en dos segundos. Si no lo ha hecho y no te ha llamado, significa que tenemos tiempo. Así que, Renata, haz caso lo que te diga Levi y estará bien… estarás conmigo.
Lo miré de nuevo, Alonzo estaba preocupado. Estaba muy guapo, estaba… no, no era momento de pensar en eso. Miré a Levi que seguía mirándome y dije.
—No perdamos tiempo —dije volteando a Alonzo de nuevo, —Nos vemos, Alonzo.
—Nos vemos, Renata. No te vas a olvidar de mi nunca, ya lo sabes. Adiós Levi —dijo y este sólo con un gesto, se despidió.
Teodoro a mi lado, soltó mi mano cuando entramos a casa. Era más grande que mi casa, era amplia y tenía ventanas por todas partes. Era muy hermoso.
—No mires mucho, Renata —dijo él atrás de mí.
—¿Ah? Yo no estoy mirando nada malo
—Oh sí, estás mirando algo costoso. Seguro lo quieres tener ¿no?
¿Pero cómo sabe que…? ¿Lo habrá dicho Alonzo?
—¿Qué te contó Alonzo de mí? —pregunté
—Mmm que no me meta contigo, que eras y serás el amor de su vida…
—Ya
—Me dijo que eres buena persona, algo ambiciosa con tener poder pero que eres buena gente. Que primero es tu hijo antes de ti y… que estás casada con William Barrie
—Sí, me casé con William. Estaba enamorada de él
—Así que al final si lo hizo…
—¿Qué cosa? Por cierto, ¿Cómo conoces a Alonzo? ¿Y cómo sabes de William?
—Alonzo lo conocí en un juzgado, fue mi abogado por un tiempo y es muy bueno. Luego nos hicimos amigos no tan cercanos y de William… pues era alguien cercano.