CAPÍTULO ONCE - RENATA BARRIE
“Elegir entre el bien y el mal”
“I know what you're thinking
I don't need your reasons
Don't tell me cause it hurts”
No Doubt, Don´t Speak
Nos quedamos unos minutos más de silencio. Levi estaba tenso, William estaba sonriendo y yo… yo estoy sin hacer absolutamente nada. Los gritos se escuchaban hacia las casas, supuse que se trataba que Verdades y Willy estaban revelando más secretos de otros famosos ricos.
—Esto no es una novela barata para quedarnos en silencio —dijo William, quitando el silencio y caminando hacia el otro lado de la sala, —No sabía que estabas con Levi, si fuera así hubiera ido aquí. He tenido que ver todo lo que hacen en las calles, las noticias que salen. Visitar los lugares que ibas… lo bueno es que ya te encontré
—Vete —dijo Levi, —Largo de mi casa
—¿Crees que es seguro estar aquí, teniendo en cuenta que hay muchas personas con cámaras y micrófonos a la espera que digas algo…? —dijo riendo, —Es ahora o nunca, Renata. Debemos volver, Teodoro no puede estar aquí, sabes muy bien que no le gusta…
—Ya
—¿Cómo supiste que ella estaba aquí?—preguntó Levi, dando dos pasos hacia él, —¿Quien te dijo?
—Una joven inocente del Bar, un día se declaro estar enamorada de un millonario que lo único que hace es jugar por las noches y dejarla por el día por otra…¿te suena?
La chica tímida del otro día…
—Maldita sea
—Renata vamos
—Me vas a matar
—¿Qué?
—Si voy contigo, me vas a matar. Te apuñale.
—¿Crees que te voy a matar? Si lo dices, haces que me mate yo mismo. No digas tonterías, debemos regresar a casa, ya fue suficiente.
—No quiero, no quiero volver a Beverly Hills
—Renata, ¿quieres quedarte aquí y ser expuesta ante ese que revela los secretos o irte a casa y estar a salvo?
—Yo…
—Renata sólo hay dos opciones, tienes elegir que elegir entre el bien y el mal
—Renata —me interrumpió Levi, estaba más serio de lo que lo había conocido, —Ve con William
—No…
—Tienes que ir, voy a ver si puedo escapar de aquí e irme allá. Tiene razón, estás en peligro aquí… ellos saben donde estás
—No…
William me agarró del brazo, ya tenía a Teodoro en el otro, que por cierto, estaba callado y quieto mirando al suelo. Fue quien dijo terminando la conversación.
—¿Dónde hay otra salida?
—En la cochera, no hay nadie más.
—Bien
—Adiós Renata, adiós pequeño
—No…
—Hasta que nos volvamos a encontrar, Renata, prometo estar bien para cuando llegue a Beverly Hil… —dijo, sonriendo, cada vez más lejos su voz cuando bajamos hacia la cochera de Levi.
William agarró una llave de un florero y presionó el botón, hizo que el coche suene y prenda sus luces. Nos subió y se puso a manejar sin decir nada.
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Al llegar a Beverly Hills, las calles se encontraban vacías. No había ni un solo vecino fuera, lo que significaba que aquellas personas ya estaban allí merodeando las calles y supe comprobarlo cuando unos papeles se encontraban en el suelo.
—Debemos ir a casa, estar afuera es peligroso —dijo él
—Ajá
Caminamos hacia la casa lujosa, aquella que tantas veces había presumido y admirado a los vecinos. En esos días que subía y bajaba con una sonrisa en la cara…
—Renata
—¿Ah?
—Teodoro no habla
Observe a Teodoro, estaba mirando el suelo.
—Teodoro… hijo, mírame —dije, obedeció, —¿Qué pasa?
—Quiero… una mascota
—¿Mascota? ¿Por qué quieres una mascota? —dijo William, sorprendido
—A ti no te gustan las mascotas…
—Quiero un perro
—Y mucho menos te gusta un perro…
—Quiero… quiero… ver sangre
—Hijo… soy papá, ¿qué dices…?
—Me gusta ver a los animales muertos, papá. Me gusta ver como chilla, como sus ojos me demuestran miedo, quiero un perro
Caí de espaldas en el suelo. No podía creer que Teodoro esté diciendo aquello, no parecía ser real. No, no Teodoro no puede ser… un asesino.
—Hijo…
—¡Quiero un perro! ¡Quiero verlo asustado! ¡Quiero matar a un perro!