No puedo creer todo lo que me pasa. De cierta forma, pienso que alguien en el mundo, no quiere que este con Aria. Normalmente no creo que nuestras vidas ya están planeadas, pero es como decir que realmente los hombres lobo no existen, lo cual no es verdad, es imposible, nosotros tampoco deberíamos existir, pero lo es, existimos y en nuestro mundo todo es posible. Este debe ser uno de los peores y más tristes días que he tenido. Mi padre fue enterrado hace unas horas, cuando tengo la oportunidad de decirle la verdad a Aria, me acobardo, para colmo una criatura se la lleva de mi lado sin que yo lo pudiera sentir en el territorio, me reencuentro con Axel, su manada la salvo, además de que él la conoce. Ella está mal herida, mi lobo se siente triste por no haber podido proteger a su mate, y ahora tengo que llamar a un doctor para que la revise, pero claro Alicia tienen que interferir y tiene que ponerse delante de mí impidiendo me el paso.
-Alicia, este no es el momento, hazte a un lado.
-Lo haría si tú la bajas y te alejas de ella- dice con una sonrisa que me daría miedo sino fuera que sé que ella no es tan fuerte, a pesar de ser una beta.
-No estoy para juegos, quítate- le di un empujón, normalmente trataría de estar lo más calmado posible, pero en este momento no estoy para aguantarla.
-A mí no me puedes hablar de esa manera- dice molesta tratando de alcanzarme.
-Yo te hablo como se me dé la gana- digo tratando de abrir la puerta de mi casa- No tienes derecho a reclamarme nada- una vez a dentro me dirijo a la sala.
-Por dios, ¿qué esto todo ese escándalo? - dice mi madre saliendo de la cocina.
-Madre, llama a el doctor Fernández, que venga rápido- digo recostando a Aria en uno de los sofás de la sala de estar.
- ¿Qué fue lo que paso? - dice tomando el teléfono fijo.
-Aria se golpeó la cabeza y está sangrando.
-Ya le dije a Joseph que nos para tanto me siento bien.
-Ya la escuchaste, no es para tanto, - dice tratando alejarme de Aria- ven tenemos que hablar- dice Alicia agarrándome del brazo.
-Ve con ella, yo estoy bien- dice levantándose, pero vuelve a tambalearse.
-No estás bien, madre ya le llamaste al doctor- digo ayudándola a volver a sentarse.
-Sí, ya viene para acá, dijo que no tardaba en llegar- dice sentándose a un lado de Aria.
-Puedes cuidar que no se duerma, en lo que hablo con Alicia.
-Ve hijo, no te preocupes, yo la cuidare- dice haciendo un asentimiento.
-Sal- digo sujetando del brazo a Alicia con fuerza.
-Suéltame Alejandro, me estas lastimando- dice tratando de zafarse de mi agarre.
-Querías hablar, pues ahora vamos a hablar- digo sacándola de mi casa.
-No entiendo porque te comportas de esa forma- dice una vez que la solté.
- ¿Qué demonios te sucede, Alicia?
- ¿Por qué lo dices, amor?
- ¿Por qué lo digo? Aria acaba de tener un accidente, ella es mi prioridad porque es mi familia.
-Ella no puede ser tu prioridad porque tú y yo somos mates- dice abrazándome por el cuello.
-Ya te he dicho varias veces que tú no eres mi mate, ¿Por qué no lo entiendes? – digo quitándome la de encima.
-Y yo ya te dije, que desde esa noche ya estamos unidos- dice tocando mi nariz con un dedo.
-Esa noche, estaba pasado de copas, ni siquiera recuerdo lo que paso.
-Esa noche me entregue a ti.
-Por favor Alicia, todos saben cómo es que eres realmente. Yo no fui tu primera vez.
-Pero soy tu Luna.
-La única luna de esta manada es mi mate, tú no eres nadie para tener ese puesto.
-Si lo soy, soy tu novia.
-No lo eres, lo único que paso fue que cometí el error de acostarme contigo- digo con frustración.
- ¿Qué es lo que estabas haciendo con Aria?
-Entiende esto de una vez, no tengo porque darte explicación del porque estoy con ciertas personas.
-Dime que estaban haciendo.
-Solo caminábamos y hablamos mientras veníamos hacia acá- dije ya cansado.
- ¿Y porque tenías que estar con ella?
-Es obvio que lo que te digo te entra por un oído y te sale por el otro. No tengo porque explicarte lo que hago- digo cruzándome de brazos.
-Ya me cansé de esa zorra, lleva haciendo lo mismo desde hace tiempo, déjame tomar el control, yo la pondré en su lugar. -dice ansioso Iván.
-Te dejare tomar el control, solo no te pases.
-No prometo nada.
No sé porque, pero me siento bien en dejar que Iván se enfrente a Alicia, ojalá y por fin entienda que nunca será Luna. Iván podrá decirle un par de verdades que yo jamás me atrevía decir, pues siempre he respetado a las mujeres, a pesar de que Alicia no se lo merezca.
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Editado: 04.11.2021