Pasiones Ocultas [serie Ice Daggers 4]

Capítulo 1

 

 

 

Una carta y un viaje

 

 

"A la señora Alfa del clan Ice Daggers:

Me complace invitarla a usted al primer Congreso Mundial Cambiante, un evento único en la historia de nuestra raza que se celebrará el día 15 de septiembre del corriente año en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.

El objetivo del evento es reunir a los representantes de los clanes más importantes del mundo para discutir los temas más relevantes y de mayor importancia para nuestra raza.

Por último, para asistir al evento, cada Alfa deberá ir acompañado de su lugarteniente, un dominante de alto rango y dos sumisos que actuarán como embajadores de cada clan.

Esperamos que nos honre con su presencia.

Atentamente: John Wayne"


— ¿Qué opinas de esto?

—Que debe ser un ricachón inglés estirado.

Aiden se echó a reír por el comentario de Riley.

— ¿Es en serio? —Le arrebató la carta de sus manos—. Hasta tiene sello y todo... ¿Por qué deberíamos ir? No somos tan importantes.

Aiden también pensó lo mismo la primera vez que leyó la carta, pero Aria le había dado una respuesta que lo dejó pensando.

—Aria dice que somos el único clan de leopardos de las nieves que existe, por eso nos invitaron, no hay otros clanes de nuestro tipo.

Riley borró su sonrisa.

—Eso no puede ser posible, somos apenas veinte, no podemos ser los únicos.

—Eso espero, tenemos que reunir nuestras cosas para el viaje, Aria dijo que debemos estar en la pista en dos horas.

—Entonces es verdad...

—Claro que sí Riley, no te habría llamado para mostrarte una carta como esa si no supiera que es verdadera.

Ella se sentó en un escalón, su mirada fija en el suelo.

—No estoy segura de querer ir.

— ¿Y tú crees que yo sí?

Lo miró frunciendo el ceño, pero no dijo nada.

—Es una orden, de Aria, no hay objeción en esto, prepara tus cosas ¡Nos vamos a la gran ciudad!

—Yuju —dijo sin ánimo mientras arrastraba sus pies para levantarse—. Vamos a rodearnos de cambiantes desconocidos ¡Qué maravilla!

—El sarcasmo no te pega.

Le enseñó el dedo medio mientras se iba en dirección a su cabaña. A Aiden le gustaba mirar cómo ondeaba su largo cabello liso cuando caminaba, pero ahora, su cabello apenas se movía con la brisa.

Entró en su cabaña y armó su maleta, pensando en las palabras que le había dicho Aria ¿Era verdad que eran los últimos de su tipo? Aiden deseaba que no, el futuro luciría muy oscuro para ellos.

Cuando se aseguró de tener todo lo necesario, se dirigió hasta la casa de Emma, ella aún no sabía de su viaje, probablemente lo reprendería por no habérselo dicho con anticipación. La conocía lo suficiente como para saber que no dormiría por los próximos días, no hasta que él regresara a su lado. El vínculo que existía entre ellos era algo único, diferente a todo lo demás, juntos habían enfrentado peligros y dolores, y como verdaderos hermanos, los habían superado.

— ¿Aiden?

La dulce voz de su hermana recorrió su cuerpo como la brisa de primavera.

—Hola Emma.

— ¿Qué llevas ahí? —Preguntó confundida— ¿A dónde vas?

—Viajaré a Nueva York, junto con Aria, Liam, Alexei y Riley.

—Oh... ¿Que..., van a hacer? — preguntó como si dudara del hecho de que se fueran tan lejos—. Aria nunca te ha llevado a Riley y a ti a ninguna reunión.

—Debemos asistir al Congreso Mundial Cambiante —Sonaba importante, pero él no lo veía así—. Un evento donde se reúnen los representantes de los clanes de todo el mundo.

Evitó decir los más importantes, porque eso le dejaría vía libre para hacer la misma pregunta que le hizo Riley, y él no quería decirle lo que había descubierto. Todavía no.

—Te voy a extrañar hermano. —Se acercó y lo abrazó con fuerza—. Cuídate mucho.

—Lo haré, cuídate tú también.

Ella no era una mujer de muchas palabras, y el sentimentalismo no era algo que ella demostrara muy a menudo. Pero en el fondo, Aiden sabía del enorme afecto que su hermana le tenía.

—Hunter queda a cargo del clan por lo que dure el evento, diles a los demás que se mantengan en estado de alerta.

—De acuerdo.

—Adiós.

Aiden fue hacia la cabaña de Aria, Riley ya estaba ahí sentada en uno de los escalones del porche, con una expresión de desgano jugaba con una pequeña rama de pino, como si fuese una niña.

Liam estaba apoyado sobre la puerta de su camioneta negra hablando con Alexei, cuando lo vieron llegar, ambos lo saludaron con la mano.




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