Ya eran pasadas las tres de la mañana y aún no lograba conciliar el sueño, mientras más intentaba dormir, más fuerte era su imagen en mi mente. Decidí darme por vencido de tantos intentos fallidos de dormir, así que comencé a prepararlo todo para el trabajo.
Cuando estaba ya vestido y me dirigía a desayunar algo tocaron a la puerta de la casa. Sentí que todo mi cuerpo se tensaba pues, a estas horas, solo puede tratarse de malas noticias y problemas, incluso antes de abrir pude sentir el aroma de Zack al otro lado de la puerta.
— ¿Qué ha pasado? — fueron las primeras palabras que le dirigí al verlo.
—Hay que reunirse con el consejo, hay serios problemas, será mejor si lo ves por ti mismo, yo no soy capaz de explicarlo.
Como Zack había llegado corriendo en su transformación de lobo, ambos nos montamos en mi camioneta y nos dirigimos al consejo.
Mi padre adoptó a Zack dentro de la manada y dentro de nuestra familia cuando éramos simples cachorros. Siempre lo consideré mi hermano de sangre y lo tuve como un modelo a seguir, al no ser hijo legitimo del antiguo alfa ni siquiera fue considerado como candidato para sustituirlo, aun así, debido a sus cualidades físicas y lo buen luchador que es, no dude ni un segundo en nombrarlo líder de las patrullas designadas para el cuidado de la jauría y el resto del pueblo.
La sede del consejo se ubicaba en una de las plantas del edificio de policías de la ciudad, aunque muchos en el pueblo eran conocedores de nuestro secreto preferíamos no estar exponiéndonos a la luz, por lo que el lugar era bastante discreto pareciendo a primera vista un establecimiento común y corriente. A pesar de que en el pueblo, además de los licántropos, existían diversas especies de cambiaformas y otros seres sobrenaturales, como nuestra tribu era la más antigua y poderosa éramos los encargados de cuidar el lugar y dirigir al resto en general.
Al llegar me sorprendí al ver que, en vez de ir a la sala de reuniones nos dirigíamos a la morgue. Cuando entramos todos se encontraban reunidos alrededor de las camillas en las que descansaban distintos cuerpos o, mejor dicho, restos de cuerpos. ESTO PINTA MAL.
— ¿Qué está sucediendo?
—Una de las patrullas mandadas a rondar en la última luna llena ha aparecido a las afueras del pueblo en la cercanía del bosque.
Me acerqué a la mesa aun sin comprender del todo lo que contaban mis compañeros. Fue cuando logré ver completamente los cuerpos despedazados por todas partes, era aún peor de lo que pensaba a ver visto desde el principio.
—Se supone que debieron regresar antier al amanecer— comentó uno de los presentes—Al no hacerlo mandamos a un segundo grupo en su búsqueda en caso que tuviesen problemas, pero, jamás esperamos presenciar esta escena.
—Hay otro problema Ryan—observó detenidamente Zack—Cuando los encontramos estaban totalmente drenados de sangre, la marca de los colmillos sobresale en lo que queda de sus cuellos.
Vuelvo a girar hacia el resto del grupo y fijo la mirada en el conjunto de cuerpos despedazados e irreconocibles. Luego me dirijo a Nolan, el jefe del consejo y amigo más antiguo de mi difunto padre.
—No podemos acusar a los vampiros sin mayores pruebas, manden a llamar a su líder.
Al decir estas últimas palabras un gran pesar invadió mi pecho, era una sensación que nunca había experimentado, no sé cómo describirlo, pero creo que es algo muy cercano a los nervios.
No deseaba que los vampiros fueran los culpables de toda esta tragedia, pero no por la guerra que pudiese desatarse, sino porque me iba a sentir traicionado, no entiendo porque pero, solamente no quiero perderlo, aunque no era mío. Ya comenzaba a sentirse ridículo pensar así de una persona a la que ni siquiera conocía, pero eso iba a cambiar en pocos minutos.
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Editado: 19.04.2020