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De vuelta con Elizabeth... 

El oficial llegó a tiempo y lograron atrapar al sujeto a tiempo. Me encontraba del otro lado del ventanal en el interrogatorio. Llevábamos cerca de 30 minutos y el hombre se reusaba a decir alguna palabra.  

- Creo que nada saldrá de su boca –le dije al oficial que estaba a mi lado. 

- Hoy quedará en custodia y supervisión o por lo menos hasta que se digne a hablar. En algún momento dirá algo, no se preocupe. Ya puede irse a casa. 

- Claro, muchas gracias oficial, llegó justo a tiempo. No quiero ni imaginarme qué hubiera pasado si no.  

- Para eso estamos señorita. Recuerde llamar si algo más sucede. Que tenga buena noche. 

Me fui en dirección hacia el apartamento, ya había realizado todo el protocolo por la presunta desaparición de Brais, lo cual me tenía bastante preocupada y alerta.  

La noche transcurrió de lo más lento, ya que no podía conciliar el sueño. Decidí hacerme una taza de leche tibia y sentarme en el balcón para poder admirar la bella noche estrellada que había y esperar a que el sueño llegara. 

-Ah... -suspiré -Brais... ¿dónde te encuentras querido? Espero no te ocurra nada, no me lo perdonaría. 

El sueño por fin arribó en mí y fui a dormir entre las sábanas de la cómoda cama. Podía sentir en ellas el exquisito aroma del perfume de la persona que altera mi pulso. En ese perfecto estado de una persona perdidamente enamorada, mis ojos se cerraron hasta el alba que indicaba un nuevo día.  

Todo transcurrió como es la rutina y comenzaba otra vez, mi día laboral en la escuela. El tiempo pasó más rápido, lo cual agradecí ya que, traté de mantener mi mente ocupada. Recogí mis cosas y partí hacía la tienda de la señora Ross. Necesitaba algunas cosas para la casa y al llegar me encontré con la amable vecina. 

- Buenas tardes señora. 

- Hola querida ¿Alguna novedad? 

- Todo bien, no se preocupe -preferí omitir todo lo que estaba sucediendo. 

- Que alegría, no sabes lo preocupada que estaba. 

- No hay por qué, ahora todo se resolvió. 

Busqué todo lo que necesitaba y volví al apartamento. Preparé la cena y encendí al tv.  

“Es evidente para muchos, que el crimen ha aumentado en la ciudad. Todos los días vemos informes sobre secuestros, asaltos a mano armada y homicidios. Podemos decir que estos episodios, antes vistos mucho durante la noche, ahora se realizan a todas horas del día. Recomendamos quedarse en casa y protegerse, ya nada es tan seguro como antes” Dijo el noticiero. 

- ¿Qué está pasando en la ciudad? ¿Todos se han organizado para cometer crímenes en este último tiempo?  

Giro mi cabeza para ver la puerta y puedo ver una sombra por la ranura. Un sobre se desliza por debajo y luego la sombra desaparece. Espero unos segundos y me paro para recogerlo. 

Lo abro con sumo cuidado y dentro, puede ver unas fotos con una nota. En la fotografía, se encontraba Brais en una silla, con pies y manos atadas e inconsciente.  

“No fue muy inteligente de tu parte llamar a la policía. Ahora uno de mis hombres está tras las rejas. Tú buscaste esto. Primero él, luego tú” -D- 

- Pero ¿qué demonios?  

Dejé la nota sobre la encimera y decidí que era hora de ir a dormir. Estaba agotada por el largo día y mi inquietud no disminuía al saber que Brais estaba en peligro. ¿Quién es esta persona y por qué quiere dañarnos?  

Mi noche fue un sinfín de vueltas en la cama, ya que no podía conciliar el sueño. Mi cabeza no dejaba de pensar en las posibilidades de que Brais estuviera sufriendo por culpa mía. Es a mí a quién quieren. He decidido tomar una decisión... 

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