Salimos al patio, en el centro había un millar de cosas para entrenar, un auto se estacionó.
—Dame tus aretes, collares, solo déjate las manillas —Asentí y se lo di todo a Ángelo, del auto bajo una chica
—Mi amor —Regresé a ver y se tiró a los brazos de Tomás
—Ella es Elara, la novia de Tomás —dijo Ángelo
—Si no me dices, no me doy cuenta
Sinceramente, no sentí nada, desde que lo vi, lo único que fue, es tristeza en un tiempo muy antiguo, Tomás Caruso fue uno de mis mejores amigos, por no decir el mejor, el Caruso que supuestamente me merecía, el caballero blanco. Seguí con lo mío, si una cosa tenía clara es que debía dejar atrás a los Caruso, y me alegraba por saber que era feliz, el ruido de un helicóptero sonó y aterrizo no muy lejos, Rachel Baker bajo y se acercó a Alessio
—¿Ya no están juntos?
—No es obvio —dije
—Ten ponte esta, es más suelta —Lo miré
—¿Quieres que me cambie aquí? —Él miró al árbol y Alessandro se acercó
—¿Qué esperas, niña? No tengo todo el puto día —Lo mire y vire los ojos —Treinta flexiones —Ambas chicas me miraron
—Parece que tengo algo pegado en la frente —Ángelo sonrió
—Vamos ángel o que tienes miedo
Me saqué la chaqueta y la deje en la mesa, Alessandro la colgó en una rama y después me saque la camiseta con la atenta mirada de todos, me puse la otra, Ángelo me extendió un pantalón y lo mire, ellos me miraron
—Recuerdas cuando tenías once o doce años —Lo mire
—Te has dado cuenta de que ya no tengo once años —No dijo nada
Me saqué los zapatos, me bajé el pantalón y me puse el otro.
—Has crecido niña
—En serio, dime que te lo hizo notar
—Deberías bajar de peso —Escuché, me di la vuelta y recogí el pantalón sin agacharme —Digo por qué el sobrepeso es un problema mundial y además tiende a llamar más enfermedades
—¿En serio? —Miré a Rachel —Pues tal vez no te las han presentado, pero se les llaman senos —Ella me miro —No grasa
—Vaya, al parecer no eres el único cadáver viviente, será que pueden revivir más
—No sé, veámoslo, que tal si te vas y te disparas y esperemos que revivas —Nicolás se rio —O tal vez no
—Ustedes no interfieran con el entrenamiento y tú
—Sí, ya sé —dije caminando a donde estaba un sonriente Ángelo
—Deja de meterte en problemas —dijo él
—Es difícil
—No lo es, solo no les hagas caso —dijo —¿Como antes?
—Era más fácil
—Aún lo es —Sonrió —Vamos a ver si eso es grasa o no
Los entrenamientos de Alessandro y Ángelo no eran para nada fácil, prueba tras prueba, esto solo iba mal en peor, y termino mal.
—Dispárale —Había alguien ahí de rodillas
—¿Por qué?
—Hazlo —Levante el arma y la sostuve —Dispara —El cuerpo se movió y baje el arma
—No puedo —Recibí un golpe más
—Creo que hemos terminado por hoy —Mire a Ángelo —Ve a cambiarte
—Y te quedas sin cenar —Alessandro se acercó al cuerpo y disparo, la sangre mancho el suelo —Vez no están difícil, te has ablandado
—Se le dice sentimientos —Se acercó a mí y yo agaché la cabeza
—Tú no los tienes —Lo mire —O es que quieres morir, porque si es así, adelante entrégate a ellos, quema el mundo y destruye a todos; aquí y ahora tú debes renunciar a los sentimientos, finge con ese príncipe, duque y cásate con él, en las sombras olvídate del corazón olvídate de que esto —Señalo mi pecho —Late —Tome mis cosas —Es lo mejor
—Para ti o para mí —Me miro —Sé lo que es dejar a la persona que amas por miedo a que la yerran y sé que tú sabes; sabes que se siente ver a la persona que amas morir en tus brazos, sé lo que es renunciar al amor, pero aún tengo conciencia y hacer esto; —Dispare al árbol —Y esto —Dispare al blanco —Ya no me llena, crecí y aprendí lo que siempre quise y ahora me dices que debo matar a diestra y siniestra, bueno creo el que está mal aquí eres tú
Entre a la casa y me encerré en la habitación, no entendía lo que él quería enseñarme, lo que quería entendiera era confuso.
—Levántate Rouses, has algo —Me incorporé —Golpea, más duro —Lo hice —Otra vez
Trajeron otro cuerpo, este se movía más, lo miré.
—Ya sabes que hacer —dijo, mientras se fumaba otro cigarrillo, era el cuarto en la mañana, le apunte y mire a otro lado lo que hizo que solo la bala rozara —Hazlo bien —Le dispare otra vez y este dejo de quejarse —No puedes hacerlo bien —Apunte a su cigarrillo haciéndolo estallar —Él me miro
—Odio que fumes —Él escupió lo que tenía en la boca, pase por su lado —Lo sé, estoy castigada o lo que sea que se te ocurra —Entre en la casa y me encerré en el cuarto mientras entraba a la habitación del baño para tomar una ducha
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Editado: 23.05.2023