Rouses
—¿Qué desastre es este?
—Rouses se volteó
—¿Por qué carajos no me dijiste que era parte de la puta recompensa?
—Por la misma razón que hoy te quedaste todo el día en un puto sillón —Mire a Cronos —Si hubiera sabido que para que despertaras debía ponerle un arma en la cabeza, lo hubiera hecho
—Hazlo y te mato
—No digo un intensivo
—Tenemos que hablar, ¿Qué te parece cenar? O le ponemos fin o esto escalará
—Corta una cabeza y crecerán dos más
—No las centraremos, las dejaremos cenizas. Limpien este desastre. Te estaré esperando.
—Espera sentado —Me tomo del brazo
—¿No queras agravar esta guerra?
—Suéltame
—Dentro de cuatro horas, ni un minuto menos —Nos quedamos mirando —No me retes Maléfica
—No me subestimes
—Nuca lo haría cariño, nunca
El médico suturaba la herida de Alessio, unos segundos tarde, y lo hubiera perdido, tal vez ya lo hice.
—Listo, enviaré a una enfermera
—Gracias
—No iras con él
—Eso no lo podemos discutir
—¿De qué quiere hablar?
—No lo sé
—Le gustas
—No
—Sí, lo conozco mejor que tú, no quiero que vayas
—Alessio…
—Por favor —Lo miré y bufo —Maldita sea
—No me demoraré mucho, ni notarás que me e ido
—Ese es el problema que si lo haré
—Alessio
—Yo iré contigo
—No
—¿Por qué no?
—Porque lo único que pasara es que no se hablara, ustedes pelearan y lo último que quiero es que esto se complique más de lo que ya se ha complicado.
—Esperaré a fuera, pero ni pienses que te dejara a solas con él
Mi celular sonó y lo miré.
“Te estoy esperando”
—Cronos
Llegue a un lujoso restaurante de comida tailandesa, donde Cronos me esperaba, al sentarme él sonrió.
—Pensé que no vendrías
—De que quieres hablar
—Necesito que dejes de fingir que estás bien —Lo mire sin entender —Me sorprende que tu marido no se haya dado cuenta de lo mal que estás, yo lo e visto a la primera, ¿Por qué no me dejas ver como en realidad estás?
—No me molestes Cronos
—Así no ganaremos nada, debes estar por completo comprometida en esto
—Y lo estoy
—¿Sí? Entre tu matrimonio y nuevo título ¿Qué tan cierto es eso?
—¿Qué quieres?
—Te propondré algo nuevo, ven conmigo y nadie te hará daño, podré intervenir directamente, lo único que tienes que hacer es dejar a Alessio
—¿No hablas en serio?
—Si lo hago
—No puedes intervenir directamente —Aclare —Va contra las reglas que tú intervengas
—Sé que tengo el papel de Dios aquí, pero a veces los accidentes pasan ¿No?
—Es peligroso
—Te ofrezco poder y riquezas ¿Qué te puede ofrecer él? Comparado conmigo, Alessio es un niño caprichoso, puedo aceptar que esté casada con él en la luz, pero en la oscuridad quiero que seas mi esposa
—¿Y si no acepto?
—No pasa nada, seguiremos con el otro plan
—¿Cómo sé que no te iras si te digo que no?
—¿Te lo prometí, no?
—Supongo
—Me lo pensaré
—Bien
—¿Algo más?
—Si no arreglas el problema que tienes me encargaré yo, pidamos algo
Alessio me miro de arriba abajo, apenas subía al auto, arranco y se incorporó al tráfico, sabía que iba a preguntar.
—¿Qué te dijo?
—Que me case con él —Me regreso a ver al instante —En las sombras
—¿Qué le dijiste? —Lo quede mirando —¿Rouses?
—Que me lo pensaré
—¿Te lo pensarás? ¿Te lo pensarás? ¿Pero cómo que te lo pensaras?
—Alessio…
—Estás casada conmigo, ¿Lo sabes verdad?
—Si
—Entonces, ¿Por qué debes reflexionártelo? ¿Acaso crees que esto fracasara? Muchas gracias por la fe en nosotros, es perfecto
—Alessio
—Alessio una mierda
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Editado: 23.05.2023