La apuesta

Un decidido Gai caminaba hasta la mesa de Hinata que se encontraba sentada sola mientras sus amigas y amigos bailaban con sus parejas y ella sólo observaba, —Hola Hinata—

—Gai Sensei, hola— Contestó amable y con una sonrisa cálida, —¿Que le parece la fiesta?—

Gai tomó asiento a su lado y la tomó por la mano haciéndola sorprenderse, —En realidad quiero invitarte a bailar— Ella se suelta bruscamente de su agarre y se pone de pie, —¿Ya te vas?—

—No, tengo que ir al tocador y lo siento pero no me gusta bailar— Ella con paso acelerado se aleja de él, se estaba comportando bastante extraño así que supuso que de seguro traía algunas copas de más, luego antes de llegar al área de los baños fue detenida por una mano que la sostenía por el brazo y por supuesto era Gai, —Gai Sensei, ¿Que hace?—

Este tardó en responder ya que de inmediato la aprisionó contra una pared, —La verdad quiero que seas mía esta noche Hinata, vamos a mi casa—

—¡Es un depravado, pervertido!— Ella se soltó y corrió hasta la salida pasando por a lado del Hokage que cuando la miró correr con ese rostro no pudo evitar sonreír ya que era gracioso imaginar el fracaso de Gai y no podía esperar  para ver la cara de decepción de su amigo.

—Veo que no tuviste el éxito esperado— Se acercó Kakashi a su frustrado amigo con las manos en los bolsillos y con sonrisa burlona  cerca de la puerta del baño.

Gai redoplo por la frustración y vergüenza que le daba haber hecho lo que hizo, —Calkate Kajashi—

—Dejame adivinar, se lo dijiste directo y la asustaste—  El pelinegro solo asintió decepcionadao, —Eres un idiota Gai—

—¿Tu lo harías mejor?, Es una Hyuga, esas personas tienen voluntad de Hierro, además esa chiquilla es demasiado decente Kakashi—

—Es una mujer Gai y tiene su punto débil—

—¿Quieres apostar?—

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Mientras tanto una  Hinata avergonzada, nerviosa y temerosa se detuvo en un pequeño puente para pensar en  lo que había pasado mientras observaba el agua corriendo, —Gai esta un poco ebrio Hinata, no tienes de que preocuparte—
 

—Hokage-Sama— Da un rwspigo al escucharlo hablar tan de repente, —Yo lo supuse—
 

—Entonces, ven, regresemos a la fiesta— Kakashi extendió su mano, pero ella sutil y educadamente la rechazó, —Lo... Lo siento, pero yo voy a volver a mi casa—
 

—¿Me permites que te acompañe?— Ella volvió su mirada hacia el para encontrarse con sus ojos negros, —¿Que dices Hinata?—
 

—Le agradezco, pero lo mejor será que regrese sola, es su fiesta y  no quiero imcomodarlo—
 

El se acercó lentamente a ella, —Siempre me he preguntado porque eres así , tan alejada del resto, callada y solitaria— En realidad si tenía esa duda, como siendo ella la  chica más hermosa entre todas, podía tener esa actitud tan introvertida. 
 

—Supongo que es parte de mi crianza dentro del clan—
 

—Anda, te acompaño a casa, tomemos un atajo por los campos de entrenamiento y...— La voz bastante alterada de la ojiperla lo interrumpió. 
 

—¡No yo no iré por allí!— El se acercó un poco más a la alterada chica y puso una mano sobre su hombro. 
 

—¿Estas bien Hinata?— acarició los largos cabellos azulinos que caían a un lado de su rostro, —Parece que tienes miedo de algo—
 

—No pasa nada, discúlpeme pero debo irme— Sin decir mas ella corrió hasta su casa con cierta prisa por llegar, algo la puso nerviosa al ver a Kakashi después de lo de Gai, nunca había estado tan cerda de ellos en esa forma, se habían portado bastante extrañes, Hinata decidió no darle más importancia y se dispuso a dormir. 
 

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Pasaron algunas semanas después de la fiesta y el equipo ocho se encontraba en la oficina del Hokage entregando el debido reporte sobre la misión de la cual acababan de volver, —Hinata ahorita necesito hablar contigo a solas—
 

—Esta bien Hokage-Sama— Después de que Shino y Kiba salieran de la oficina, ella se quedó esperando a que Kakashi dijera lo que tenía que hablar con ella, —Dime Hinata, ¿Gai te ha vuelto a molestar?—
 

—Yo no lo he visto—
 

—Hinata, necesito de tu ayuda, hace tiempo perdí el único recuerdo de mi madre, se que esta en mi casa pero no logro encontrarlo, es un lindo anillo plateado con sus iniciales y quería saber si me puedes acompañar a mi casa y usar tu Byakugan— 
 

—Yo primero debo ir a mi casa y ducharme...—
 

—No importa, ven esta noche y saliendo de aquí vamos a mi casa—
 

—Esta bien— Hizo una reverencia y se marchó rápidamente, por su parte Kakashi rasco su cabeza y soltó una media sonrisa, —Esto será más fácil de lo que pensé—
 

Más noche una chica de coletas castañas entraba a la oficina del Hokage asegurando la puerta, se sentó sobre sus piernas y lo comenzó a besar, 
—Kakashi está noche quiero estar contigo—
 

—Lo siento Tenten, esta noche me ocuparé en un asunto importante—
 

—Mmm... Esta bien pero...—
 

La puerta sonó y la chica se incorporó nuevamente, —Me lo debes Kakashi— Cuando Tenten abrió la puerta se dejo ver Hinata usando esa chamarra morada con blanco que le quedaba muy holgada, —Hinata, pasa— Dijo Tenten antes de retirarse. 
 

—Hinata que puntual eres, esperame unos segundo y nos vamos— El peliplateado se quito la enorme capa blanca de Hokage y se pusieron en marcha. 
 

Todo el camino el intento conversar con ella, pero Hinata era demasiado reservada, así que en un punto el se dio por vencido y dejó de intentarlo, siguiendo todo el camino en un incómodo silencio.