La puerta

Se encuentra en su hermoso cuarto mirando por la ventana un paisaje sin precedentes, mira cada flor, árbol y el lago que se ve en la distancia. Ve el danzar de las hojas con el viento y puede imaginar la calidez de sol que brilla para ese día.

No logra entender como teniendo una vista tan hermosa y queriendo sentir en carne propia todas esas sensaciones, porque no logra abrir la puerta al final del pasillo para ir a encontrarse con la pureza de la belleza.

Cada que abre la puerta de su cuarto y se asoma se siente atormentada, porque el camino a la salida no se ve nada grato es oscuro, tétrico y lleno de desaliento, le aterra enfrentarse  y untarse de lo que hay en el camino de su puerta a la puerta que la llevará a ese hermoso paisaje.

Lo que no se ha dado cuenta es que es tétrico camino es solo un paso, de un momento que debe enfrentar para llegar a su destino final, donde le aguarda un hermoso lugar que le dará confort.

Una vez más mira a la ventana y con tantas ganas de salir y disfrutar, pero solo pensar en el camino que deberá recorrer para llegar a allí, le hace desistir de la idea de ir y se queda en el conformismo, se dice así misma: “aquí estoy bien porque experimentar dolores incensarios...”

Ella aún no entiende que se encuentra atrapada y es presa de sus propios pensamientos y emociones, que dominan su actuar, donde el miedo y el conformismo son los protagonistas.

Han pasados 12 lunas, que ha podido observar desde su ventana, que ha visto su cambiar a lo largo del tiempo y ha visto 12 soles salir en diferentes aspectos, ha visto la lluvia caer y bañar las hojas y nutrir la tierra, mas no ha sentido de verdad la frescura del viento, la humedad de una gota de agua y la calidez del calor.

Hoy de nuevo ve la ventana, pero hay algo diferente en ella, es como si una pequeña chispa estuviera en ella, sabe que no puede seguir huyendo y escondiéndose de sus tormentos.

Hoy es el día en que ella abrió la puerta y por primera vez dios 3 pasos, en donde siento miedo, pánico, un dolor tan grande que la hizo llorar como nunca, que le hizo enfrentarse a ella misma.

Tuvo dudas y por un momento se quedó estática, mientras la oscuridad empezó a bañar cada parte de ella. Se sentía sin fuerzas y sin aliento, sin ganas de continuar y simplemente dejar todo ahí.

Sin embargo, antes de que la oscuridad la cubriera por completo una pequeña chispa le hizo reaccionar, la puerta de la salida se abrió dejando ver un paisaje tan hermoso y algo más que no había visto antes, eran las risas y la alegría de sus seres queridos y de su gran amor.

Tomo toda la fuerza que le quedaba suspiro y respiro como si fuera el último, se puso de pie y dijo: “el miedo no me detendrá, la oscuridad no es eterna, es momentánea, es verdad que sentiré dolor, pero no será eterno…”

Camino mirando de frente y enfrentado todo lo que la acechaba, simplemente sonrió y agradeció, cuando llego a la puerta y cruzo el umbral, su mundo cambio.

Puedo sentir la brisa acariciándola, haciéndola ligera, siento como el calor quemaba sus llagas y le daba calidez, siento como la suave llovizna purificaba cada parte de ella y como la tierra le daba raíces y frutos para que viera su camino.

En ese momento ella volvió a vivir y volvió a sentir, supo que no es fácil enfrentar los miedos, pero una vez hecho se puede encontrar una felicidad infinita.